La celda de Öcalan, el pueblo kurdo y la revolución social

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En 2002, el artista Gianni Motti presentó en Manifesta 4, que tuvo lugar en Frankfurt, la obra «La celda de Öcalan». Esta pieza se insertaba dentro de una serie titulada «Liberad a Öcalan» que empezó en 1999 en apoyo a la lucha del pueblo kurdo. Abdullah Öcalan, líder del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) que luchaba por la independencia del Kurdistan turco, contó hasta 1998 con la protección del gobierno de Siria , pero luego, debido a la presión de Turquía, fue expulsado del país. Öcalan se trasladó entonces a Rusia y desde allí viajó a varios países, incluyendo Italia y Grecia. En 1998, el Gobierno turco pidió a Italia la extradición del líder guerrillero kurdo, que en ese momento estaba siendo asesorado por la abogada alemana Britta Böhler, quien arguyó que su defendido organizaba una lucha legítima contra la opresión de su pueblo. Öcalan fue finalmente detenido en Kenia el 15 de febrero de 1999, y trasladado a Turquía para ser juzgado.

Desde entonces, Öcalan, condenado primero a muerte y después a cadena perpetua, en 1999 (cuando la pena capital fue abolida en Turquía), es mantenido en confinamiento solitario en la isla de İmral, en el Mar de Mármara. Hoy, vista en perspectiva, esa reconstrucción de la celda en una isla del rio Meno de Frankfurt realizada por Motti adquiere un nuevo significado, que no es otro que el de como el confinamiento de Öcalan ha transformado la ideología del nacionalismo separatista del PKK en una revolución social de carácter anarquista.

En sus años de confinamiento solitario, Öcalan adoptó una forma de socialismo libertario: el municipalismo libertario teorizado por al anarquista norteamericano Murray Bookchin. Öcalan continuó modificando la visión de Bookchin y la renombró como «confederalismo democrático», con la consecuencia de que la Confederación de los Pueblos del Kurdistán (Koma Civakên Kurdistán o KCK), el experimento territorial del PKK de una sociedad libre y basada en la democracia directa, se ha mantenido en gran medida en secreto, hasta fechas recientes, para la mayor parte de los anarquistas, y mucho más para el público en general. Hoy mismo The Guardian informaba que «El PKK ha declarado que ya no trata de crear un estado kurdo. En su lugar, inspirado en parte por la visión del ecólogo social y anarquista Murray Bookchin, ha adoptado la visión del «municipalismo libertario», llamando a los kurdos a crear comunidades libres, autónomas, basadas ​​en los principios de la democracia directa, que posteriormente podrían confederarse más allá de las fronteras nacionales, esperando que estas tengan cada vez menos importancia con el tiempo. De esta forma, proponen la lucha kurda como modelo para un movimiento global hacia una auténtica democracia, la economía cooperativa, y la disolución gradual del estado-nación burocrático»

Rafael Taylor [roar magazine] escribía hace poco que «Öcalan se embarcó, en sus escritos en prisión, en una profunda reflexión autocrítica de la violencia, el dogmatismo, el culto a la personalidad y el autoritarismo que había fomentado: «Ha quedado claro que nuestra teoría, programa y praxis de la década de 1970 no produjeron nada más que separatismo y violencia inútiles y, lo que es peor, que el nacionalismo al que nos deberíamos haber enfrentado nos infestó a todos. A pesar de que nos opusimos a él en teoría y retóricamente, lo aceptamos como algo inevitable». El anteriormente líder incuestionable, Öcalan, pasó a razonar que «el dogmatismo se nutre de verdades abstractas que se convierten en modos habituales de razonamiento. Tan pronto como pones esas verdades generales en palabras te sientes como un gran sacerdote al servicio de su dios. Ese fue el error que cometí».

Öcalan, ateo, escribía al fin como librepensador, emancipado de la mitología marxista-leninista. Afirmó que estaba buscando una «alternativa al capitalismo» y un «sustituto al fracasado modelo de … ‘socialismo real'» cuando encontró a Bookchin. Su teoría de confederalismo democrático se desarrolló a partir de una combinación de inspiraciones de intelectuales comunalistas, «movimientos como el zapatista», y otros factores históricos de la lucha en el Kurdistán turco. Öcalan afirmó ser un estudiante de Bookchin, y después de una fallida correspondencia por correo electrónico con el viejo teórico, que a su pesar en 2004 estaba demasiado enfermo para un intercambio epistolar desde su lecho de muerte, el PKK lo proclamó como «uno de los más grandes científicos sociales del siglo XX» en ocasión del segundo aniversario de su fallecimiento».

El artículo de Rafael Taylor ha sido traducido por A las Barricadas y no tiene desperdicio.

Ahora combatientes anarquistas se unen a los kurdos que enfrentan al fundamentalismo del Estado Islámico patrocinado por los EEUU y la OTAN para defender las áreas autónomas de la Confederación de los Pueblos del Kurdistán.

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2 responses to “La celda de Öcalan, el pueblo kurdo y la revolución social

  1. Me parece remarcable este ultimo parrafo del artículo del Guardian:

    «If there is a parallel today to Franco’s superficially devout, murderous Falangists, who would it be but Isis? If there is a parallel to the Mujeres Libres of Spain, who could it be but the courageous women defending the barricades in Kobane? Is the world – and this time most scandalously of all, the international left – really going to be complicit in letting history repeat itself?»

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