Femen marca España

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El grupo feminista Femen ha irrumpido en la escena política española, en el congreso de los Diputados (con las tetas al aire como es preceptivo) aprovechando la comparecencia del ministro de Justicia (ese chupacirios de Gallardón), al grito de «Aborto es Sagrado», protestando por la nueva ley sobre el aborto que prepara el gobierno.

En esta misma página ya se ha hablado de las Femen, pero cada vez parece más claro que son un producto de marketing alejado de una lucha coherente, ya la cagaron bastante con su actitud frente al Islam, al punto que Amina Tyler, activista tunecina de Femen , se ha desvinculado del grupo, por considerarlo islamófobo y tener una financiación «opaca».

En un comentario reciente a una de las entradas anteriormente enlazadas, una lectora de nick Lorena, escribía esto:

«[..]FEMEN, fue creada por un cerdo, llamado Viktor Stavyosky (N del R: Sviatski), el cual es un gran cerdo. No es una asociación realmente feminista, y como una persona que ha estudiado feminismo toda la vida lo digo. Estas mujeres sólo son payasos pseduo – pornográficos,que se exhiben como objetos sexuales para llamar la atención equivocada, y la mayoría de los fondos, que obtienen vienen de hombres. Muchas de ellas son seleccionadas, por su aspecto además. No son feminsitas, reales, porque no saben que es el auto- respeto, y una persona que los desconoce, mucho menos sabe el valor de sus propios derechos. Es todo un fraude».

El periódico Liberation hablaba sobre este asunto a principios de septiembre, a cuenta de un documental sobre las Femen presentado en la Mostra:

VIKTOR SVIATSKI, UN MANIPULADOR A LA SOMBRA DE LAS FEMEN

Un documental de la realizadora australiana Kitty Green, presentado esta tarde en la Mostra de Venecia, revela que hace tiempo que un hombre mueve los hilos del grupo feminista.

La noticia que le va a gustar a los detractores, muy numerosos, de las Femen. En el documental Ucrania no es un burdel, presentado este miércoles en la Mostra de Venecia, la realizadora australiana Kitty Green revela que un hombre ha desempeñado, o desempeña todavía, un papel turbio en la organización del movimiento feminista.

Según el diario británico The Independent, que ha podido ver la película, este Viktor Sviatski participó en la creación del movimiento. En el documental critica abiertamente a las militantes a las que considera débiles. «Era verdaderamente horrible con las chicas. Les gritaba y las trataba de putas», cuenta Kitty Green. La realizadora siguió a las activistas durante más de un año en centenar de acciones en 2011 y 2012. Ella misma fue detenida en Bielorrusia por los servicios de seguridad en una de esas agitprops.

El propio Viktor Sviatski no era del todo desconocido para los medios. Ya había sido citado en un artículo de Le Monde, y preguntas sobre su papel de «consultor» volvían a salir cada cierto tiempo. Pero nunca, antes de este documental, había aparecido que tenía un papel central. «Una vez que estuve verdaderamente dentro, no lo pude ignorar: él es Femen», juzga Kitty Green. Hasta ahora, las Femen había siempre declarado que su movimiento había sido creado por mujeres, para mujeres. Criticaban vigorosamente a quienes decían que eso no era posible.

Lejos de negarlo parece que han decidido aceptar este estado de cosas. Ellas también han acudido a la presentación de la película. Viktor Sviatski «nos ha dado la posibilidad de entender lo que hace el sistema patriarcal: las mujeres son esclavas sexuales, la violencia se ejerce contra ellas en los hogares. Nos ha hecho entender lo hijos de puta que pueden ser los hombres» se defiende la líder de la organización Inna Schevchenko.

La militante admite que deberían haberse deshecho de «la influencia» de este hombre, quien oficialmente ha abandonado el movimiento. Una influencia tal que una de ellas habla de «síndrome de Estocolmo», según el Independent. A Liberation, Inna Schevchenko precisa que «Viktor Sviatski no fundó Femen, era un amigo de Anna Hutsol (la fundadora), pero es verdad: entró en el movimiento y su espacio fue cada vez mayor. Venimos de Ucrania, un pais muy patriarcal, no sabíamos como resistirle, no lo habíamos aprendido». Según ella, esta presencia es uno de los motivos que le llevó a dejar Kiev. «Desde que estoy en París, he podido construir a las verdaderas Femen, se ha convertido en una organización internacional, y Sviatski no tiene ninguna influencia sobre las acciones que hemos llevado a cabo», se defiende.

«Desde hace un año que me uní, jamás he visto a Inna hablarle o mencionarle», cuenta Marguerite Stern, una de las activistas encarceladas en Túnez en junio, contactada por Liberation. «He descubierto su existencia hace solo unos días cuando Inna nos habló de él. Para nosotras, la existencia de una estructura patriarcal insertada en las Femen sería algo un poco difícil de aceptar», advierte. Pero añade «Femen se ha liberado, yo veo lo que pasa hoy en día».

Una liberación total que plantea grandes preguntas. Este verano las activistas han dado amplia difusión a la foto del rostro de Viktor Sviatski lleno de moratones después de ser agredido en agosto en Kiev. «Es el mejor amigo de Anna Hutsol, incluso si ya no forma parte de Femen, ha sido miembro, hay que asumirlo», intenta explicar Marguerite.

Entre el incendio de una parte de su sede en París, las diversas agresiones, los registros de la policía ucraniana, el cierre de su sede de Kiev, y la salida de la tunecina Amina, el verano de las Femen ya había sido movido. Con las nuevas revelaciones, viven una grave crisis de credibilidad. La cuestión de la continuidad del movimiento acabará por plantearse.

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