5º aniversario del Manifiesto de la Sección Madrid

En estos momentos de efemérides, la Sección Madrid también tiene un motivo de recuerdo: el quinto aniversario del lanzamiento de su manifiesto el 20 de mayo de 2011. Ayer como hoy, estos principios inquebrantables guían nuestra acción colectiva, definen nuestras alianzas y sitúan nuestro posicionamiento.

Manifiesto de la Sección Madrid

Un profundo malestar avanza. Desde que hace ya más de tres años, los dueños del mundo provocaran -como parte del desarrollo de un sistema capitalista especulativo- la situación social y económica actual, las condiciones de vida que se han ido, paulatinamente, instalando, por obra de los intereses del poder económico cuyo instrumento es el político, han provocado este malestar.

La notable contestación popular a esta situación, en las calles de numerosas ciudades del Estado español, indica la profundidad del descontento que, sin embargo, no acaba de encontrar en este movimiento una clara definición de objetivos. Las movilizaciones, que comenzaron el pasado 15 de mayo, han concitado más y más apoyos según han ido avanzando los días. Este hecho demuestra el referido y creciente malestar y, lo que es más importante, que existe una conciencia sobre las nuevas reglas de juego impuestas, que nos abocan a un futuro de sometimiento. No obstante, este fenómeno es ciertamente difuso en lo que se refiere a las demandas derivadas del mismo. Las presiones -fundamentalmente externas provenientes de aquellos que ven en este movimiento una amenaza- han provocado que se haya perfilado una especie de programa, secuestrado por el pánico de ser descalificado como radical. De modo tal, que tanto las peticiones políticas como el comportamiento de los integrantes del movimiento,que se ha convertido en régimen ético para cualquiera que se fuera uniendo al mismo, se han ido decantando hacia el reformismo y el buenismo.

Dada la arrogancia con la que, desde hace tiempo, se expresan los dueños del mundo, de forma directa o a través de sus lacayos políticos, no parece que la vía reformista vaya a tener la capacidad de transformación suficiente para conjurar ese siniestro futuro, que ya ha sido diseñado en los despachos corporativos e institucionales. En el Estado español, tales circunstancias se agravan por la influencia del ideario nacionalcatolicista. Resulta difícil creer que este conglomerado de poder no vaya a defender, hasta las últimas consecuencias, su extremadamente rentable sistema de explotación. No es, por tanto, hora de pedir reformas, lo es de exigir una verdadera transformación. Con este fin se ha reunido en la Plaza de Tirso de Molina la Sección Madrid y ha redactado el presente manifiesto que exige:

I. Cierre de las bolsas. Abolición del dinero como medio de intercambio. Tasación, expropiación y reparto igualitario de los bienes y propiedades. Enajenación de los medios de producción para ser explotados colectivamente. Declaración clínica de la acumulación de propiedad como sociopatía.

II. Deposición de sus cargos a los responsables políticos y judiciales. Derogación de la Constitución. Disolución de las cámaras donde, desde este momento, ya no residirá la representación de la soberanía popular. Favorecer la aparición de sistemas de autoorganización.

III. Muerte a la monarquía. Disolución de la institución y decisión por plebiscito universal de la suerte reservada a la familia real y miembros de la nobleza.

IV. Disolución de las instituciones religiosas. Quema inmediata de todo local empleado para el culto a deidades imaginadas. Creación de un calendario y medidas temporales nuevas.

V. Facilitar la emigración voluntaria a todo aquel que quiera seguir viviendo bajo la explotación capitalista.

VI. Disolución de los cuerpos de seguridad del Estado y el ejército. Reparto de armas entre la población que, a partir de este momento, tendrá la responsabilidad directa sobre la defensa.

VII. Erradicación absoluta del nativismo. La ciudanía y sus plenos derechos serán obtenidos mediante la manifestación de voluntad por parte del individuo, resida o no en el territorio nacional.

Madrid, 20.05.2011

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