El artista conceptual según Caja Madrid

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En su nueva campaña para vendernos planes de pensiones Caja Madrid ha realizado un retrato de lo más cool del artista contemporáneo, por supuesto conceptual. Cabe preguntarse si el estereotipo que se maneja responde exclusivamente a los intereses publicitarios o, asimismo, obedece a una especie de imagen simplificada del artista que se ha ido fraguando, en los últimos años, en el propio seno de las instituciones artísticas. ¿Existirá un acuerdo en relación con esta imagen sexy del artista entre los publicistas, incluyendo toda estirpe de comunicadores, y los responsables de la actividad cultural y artística de dicha caja?


Parece que el estereotipo de artista elegante y frío que se propone en esta imagen no deja de ser una continuación de las simplificaciones mistificadoras que, sobre la idea de quién se dedica a la producción artística, se han ido sucediendo y cuyo antecesor fue la del artista torturado y vitalista de los años ochenta.

El papel de los media, en general, y de la publicidad, en particular, desde hace tiempo sabemos que ha sido de gran importancia en la construcción de una imagen del artista, que pueda rendir beneficios en un contexto cultural masivo. Quizá podríamos, entonces, suscribir lo que hace ya tiempo decía Bill Hicks sobre el marketing y la publicidad.

No obstante, no se puede dejar de señalar la responsabilidad en la definición de este estereotipo, de los mecanismos propagandísticos de la industria cultural y de la aceptación y fomento del mismo por parte de no pocos artistas. En cualquier caso, la imagen del artista conceptual, usando una noción amplia y deformadora del término, que compatibiliza su labor artística con ser modelo no es, ni mucho menos, un invento de los avezados publicistas contratados por Caja Madrid. Recordemos aquí el artista-modelo por excelencia, Matthew Barney.
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21 responses to “El artista conceptual según Caja Madrid

  1. Es evidente que los media y la publicidad tienen una enorme influencia en la construcción de la imagen del artista y en general, en la imagen de todo lo que nos rodea.
    Sin embargo, creo que los principales responsables de esta imagen lamentable son los propios artistas, que demasiadas veces actúan como auténticas caricaturas de sí mismos.
    Es demasiado fácil culpar a los otros de los defectos propios. Por favor, un poco de autocrítica.

  2. Lo que resulta fácil es opinar sin tener en cuenta lo que está escrito. Por favor, si no te da demasiada pereza, lee el último párrafo del post.

  3. bueno.. al menos queda claro cómo son retratados los artistas colaboracionistas que se mueren por exponer y exponen en la casa encendida… Tanto discurso critico, artistas políticamente comprometidos, arquitectos super guays, montando sus semianrios y talleres para esto… esperemos que algún día arda esa cutre institución… qué patético…

  4. nunca dejará de sorprenderme la cantidad de comentarios necios e intrascendentes que puede suscitar una entrada inteligente. no lo digo por todos, sino por los que insultan o se instalan en lo obvio.
    el tema de la imagen del artista es crucial para los productores culturales y va íntegramente ligado a su profesión. no olvidemos que el artista visual crea imágenes y la suya propia ha de ser una de ellas.
    los estereotipos, claro, la publicidad trabaja con ellos, es difícil colocar en una página de prensa, que debe llamar la atención de un fogonazo, las reflexiones de Lucy R. Lippard y que el asunto funcione. el arte, no lo olvidemos, también trabaja en muchos casos con estereotípos, por ejemplo, cuando habla de publicidad.
    en cuanto a la imagen del artista conceptual, a aquél que haya tenido la suerte de estrechar la mano de Joseph Kosuth, no se le pasará por alto que su imagen resplandece como un estereotipo casi cómico del artista neoyorkino de los sesenta. pero mira, ahí está, dale que te pego con las tautologías.
    por otro lado, me acerco a pensar, que puesto que los medios han de usar estereotipos, prefiero éste de Caja Madrid que el tan manido genio atormentado. quizá sea porque me gusta más el nitrógeno que el goterón.
    PD- para el de ‘colaboracionismo’, le aconsejo que agarre su portátil y lo tire a la basura, haga lo mismo con su móvil y cualquier otro producto que la sucia sociedad de consumo le haya proporcionado y se vaya (andando) hasta el entorno más natural y virgen del planeta y cree allí una comuna o se encierre en una cabaña, separada de este mundo de colaboracionistas que somos todos cada vez que cruzamos la puerta de un supermercado.

  5. lo que pasa es que no tenéis huevos a decir no a caja mandril…
    a lo mejor si la gente se negase a participar, cambiarían su estrategia de concentrar todas sus actividades en un edificio y mercantilizar lo que ocurre ahí…
    estáis colaborando… lo que pasa es que os pone…

  6. Excelente post, Daniel.
    Cajamadrid, a traves de su ultraconservadora y retrógrada obra social, ha realizado y realiza una tarea destacada en la formulación y afianzamiento de unas estéticas blandas que se amoldan a la perfección a la idea de consumo cultural como objetivo final y único de la experiencia artística.
    Generación tras generación, directos del catálogo a la basura.
    La casa encendida es un claro ejemplo de esta concepción limitadora de lo artístico, articulada desde la sumisión a intereses corporativos mediante apuestas expositivas (hablar de bases conceptuales es concederles un crédito para el que no presentan avales válidos) que apenas se limitan a la decoración temporal de las salas bajo los parámetros de la asepsia estética, la irrelevancia discursiva y la fugacidad de la tendencia.
    Al comentarista anterior a quien levanta llagas el uso de la palabra «colaboracionista» le invito a reflexionar con honestidad sobre el papel que cumplen aquellos artistas y gestores que escenifican esta fingida cesión a los bancos de la legitimidad necesaria para establecerse como agentes determinantes en la creación de subjetividad.
    Suerte que los banqueros son (en estos temas) burros como cantos rodados, y sus adláteres apenas unos trepas ansiosos, que sino, esto estaría perdido.
    Y no lo está.

  7. Estimado sin banco,
    Gracias por invitarme a reflexionar sobre «el papel que cumplen aquellos artistas y gestores que escenifican esta fingida cesión a los bancos de la legitimidad necesaria para establecerse como agentes determinantes en la creación de subjetividad», sin duda, es una obligación que todos los productores culturales nos deberíamos imponer y muchos lo hacemos a menudo.
    Me gustaría responder a tu comentario por partes. Debo decir de antemano que hace años que no vivo en Madrid y he perdido la pista a las actividades que se desarrollan en La Casa Encendida, catedral de la producción de subjetividad de Caja Madrid, pero recuerdo haber visto por allí estéticas nada blandas. Conviene no confundir los planos y centrarse en el punto oscuro del asunto. Los artistas que ejecutan o han ejecutado proyectos en ese centro, y otros de esa entidad dominada por poderes conservadores, son y han sido del más variado pelaje, como en todos lados. Adherirles la etiqueta de decoradores estéticamente asépeticos, discursivamente irrelevantes y cautivados por la fugacidad de las tendencias es confundir la política ideológica de los poderes con las obras particulares y las propuestas concretas artísticas que utilizan los espacios del poder como vehículo de exhibición. Yo no consideraría a las ‘Meninas’ de Velázquez, por recurrir a lo recurrente, como una obra de estética blanda (no sé tú), sin embargo, la obra supone la más descarada instrumentalización del arte y sus retóricas por parte de la clase dominante y sus elites. Por resumir, una cosa es la estética y otra la política. Se deberían valorar ambas esferas en su justa medida antes de estudiar también los puntos en los que confluyen.
    No cabe duda de que la neutralización del discurso actúa en muchos casos sobre las propuestas artísticas que utilizan las instituciones privadas o estatales como escenario legitimador. Y esto incluye a todos los artista y colectivos que tienen ‘presencia’ ya que, como se sabe, si el artista no coloca sus productos en los canales de exhibición, crítica especializada, y circuito comercial pertinetes, su propuesta artística se hallará fuera del ‘campo’ de legitimación. Simplemente no existirá, o vagará en los lindes de lo visible como una presencia tangencial, en la forma de una alternativa política-estética absolutamente desligada de la práctica profesional, pero que irremediablemente habrá de financiarse de algún modo. ¿Cómo? A buen seguro, el dinero provendrá de otros intercambios comerciales adscritos al sistema de dominación capitalista. Por refrescar un poco la memoria, viene al caso recordar que, como señala Stewart Home, las actividades del grupo situacionista fueron financiadas casi al completo con los beneficios extraídos de la venta de la ‘pintura industrial’ de Giuseppe Pinot-Gallizio, expuesta siempre en galerías comerciales. Una obra que ponía en evidencia el fin último de la pintura (la decoración) y que utilizaba el mismo medio que criticaba como una fuente de ingresos. ¿Colaboracionismo? Puede ser, habrá que reflexionar sobre ello.
    En cuanto al «consumo cultural como objetivo final y único de la experiencia artística»: todo producto tiene como fin último su consumo, eso es un hecho. Si te refieres al ‘consumo cultural’ como a ese campo en el que también se encuentra el turismo cultural, la industria cultural o la administración total del campo de la cultura, que diría Adorno, vale. Pero me da la sensación que volvemos al mismo callejón sin salida en cuanto a la práctica artística contemporánea. Resulta realmente difícil, por no decir imposible, colocarse en un ‘afuera’ de este sistema que engulle a su crítica como alimento. Sin embargo, comparto contigo el discurso de base. Y mucho más si hablamos de los bancos, contra los cuales se debería idear algún tipo de acción coordinada. La situación lo demanda urgentemente (eso sí, a poder ser, algo más pensadito que la pueril, aunque bienintencionada, propuesta de Cantona).
    ¿Quizá pasar a todos los profesionales del arte un documento a firmar en el que se rechace ‘colectivamente’ la colaboración con cualquier entidad bancaria, como responsables de la crítica situación económica y social que nos sacude? No estaría mal. Sería maravilloso que todos los artistas en pleno, como colectivo, nos negásemos a exponer en los espacios que se identifiquen con el logotipo de un banco y dejar sin contenido sus salas y publicaciones. Eso sería algo que no tendría precedentes.
    Por desgracia, y como bien apunta Daniel Buren (y él y su colega Hans Haacke, lo sufrieron reiteradamente en sus propias carnes), la ‘clase’ artística es una de las menos solidarias entre sus miembros. De hecho, no se debería hablar de ‘clase’, ya que el mundo del arte, que parecería estar formado por almas progresistas, es uno de los campos donde las desigualdades sociales se hacen más patentes (sin una clase media artística; unos cuantos multimillonarios artistas y una gran masa de artistas pobres cuya única aspiración es poder vivir de su trabajo). Tristemente, todos sabemos que el vacío institucional que dejáramos aquellos que firmáramos tal documento sería inmediatamente ocupado por una riada de ‘esquiroles’. Todo esto es algo que hay que valorar, pero sí, desde aquí me apunto a la revuelta. Cualquier idea al respecto será bienvenida.

  8. Es curioso? que en poco tiempo hayan aparecido artículos relacionados con este tema de los comisarios…de los «adentros» y los «afueras» expositivos…
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/subversion_y_consagracion_en_l.php#more
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/sociedad_estatal_de_demolicion.php#more
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/respuesta_a_los_hijos_del_macb.php#more
    lástima que no se hable de gente concreta y siempre del «sistema»…algo demasiado difuso.
    ¿Quién se atreve?

  9. Me parece una curiosa coincidencia que en tan poco tiempo se hable tanto de la figura del comisario…de los «adentros» y los «afueras» de los espacios expositivos…
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/subversion_y_consagracion_en_l.php#more
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/sociedad_estatal_de_demolicion.php#more
    http://salonkritik.net/10-11/2010/12/respuesta_a_los_hijos_del_macb.php#more
    Pero quién es el valiente que empieza a ponerles nombres…en vez de abusar tanto del concepto difuso de «sistema»?

  10. llamas «esquiroles» a los que no comulgan con tus criterios…mucha oferta y poca demanda…y mucha purga estalinista
    si uno puede beneficiarse de los bancos…debe aprovecharlos!
    si uno puede beneficiarse de las instituciones…debe aprovecharlas!
    España, no lo olvidemos, no pinta mucho en la «escena» artística…esa es nuestra triste condición bipolar.
    Bebemos del mercado internacional y sus circuitos y regurgitamos lo que regurgitamos (no hay más que darse una vuelta por todos los museos localistas de arte moderno abiertos en la última década, cuando las vacas eran gordas.
    Fortasec para todos!

  11. …por no olvidarme de todos aquellos «artistas» regionales (vascos, catalanes, gallegos, canarios, castellano leoneses, etc…) que se beneficiaron de sus orígenes para pillar financiación de sus exposiciones, catálogos, becas, etc. al calor de la teta autonómica
    …a fondo perdido!
    (claro que aquí los que mejor se lo montaron fueron los «comisarios» de turno, que han vivido mejor que los propios artistas, y no quiero decir nombres…)

  12. El concejal-presidente de Moncloa critica que se hayan publicado otra vez las fotos en Interviú de Cintia Martínez, una chica que trabajó en la Junta de Distrito
    (…) hizo un trabajo «extraordinario» y que sin duda «volvería a contratarla mañana», algo que no sucederá ya que la Junta trata de «dar oportunidades a los artistas emergentes».
    http://www.publico.es/espana/360740/ballarin-considera-que-alguien-se-ha-pasado-de-frenada

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