Fraga tiene las manos manchadas de sangre. (Joan Tardá)

Menos mal que existe ERC.

Veamos una breve semblanza de un democrata de toda la vida…


… desde la Wikipedia:
Manuel Fraga Iribarne (Villalba, Lugo, 23 de noviembre de 1922) es un político español. Fue ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969, siendo jefe del Estado el dictador Francisco Franco, así como vicepresidente del Gobierno y ministro de la Gobernación inmediatamente después de su muerte, entre diciembre de 1975 y julio de 1976, bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro. Fundador del partido Reforma Democrática, embrión de Alianza Popular y a su vez del Partido Popular, el principal partido de derecha en España, fue uno de los Padres de la actual Constitución Española de 1978. Líder de la oposición a Felipe González durante los años ochenta del siglo XX, presidió la Xunta de Galicia entre 1990 y 2005.
Algunos datos significativos:
Desde el 10 de julio de 1962, como Ministro de Información y Turismo con el general Franco, promovió el desarrollo de la industria turística, sobre todo favoreciendo la imprescindible relajación de la estricta moral pública imperante en los años anteriores. De estos años es el eslogan Spain is different! («¡España es diferente!»), interpretado por algunos como una justificación encubierta del régimen político del franquismo.
Organizó también la campaña XXV años de paz para celebrar los veinticinco años transcurridos desde la victoria nacional en la Guerra Civil.
Por otra parte, en tanto que ministro portavoz informó de la ejecución de prisioneros políticos. Por ejemplo en el caso del dirigente comunista Julián Grimau, ejecutado en 1963. La condena de Grimau provocó una gran campaña de rechazo en el exterior, que no logró salvarle la vida. Fraga justificó la ejecución y a fecha de hoy aún no ha expresado su arrepentimiento.

Otras verdades como puños de boca de Joan Tardá:
«Hace 25 años, durante la transición, hubo un pacto no firmado entre los líderes políticos. Adolfo Suárez, presidente del gobierno, Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España, Jordi Pujol, secretario general de Convergencia Democrática de Catalunya y Felipe González, secretario general del PSOE, entonces, líder de la oposición, acordaron pasar página a la historia reciente española. Quisieron convertir la ley de amnistía del 15 de octubre de 1977 en una ley de punto final como la de Argentina o la de Sudáfrica.»
«No se reconoció ni moral ni económicamente a las víctimas de la dictadura franquista. A la gente que pagó con la cárcel, a quienes se les incautaron bienes. En aquel momento se consiguió que naciera una democracia que no asumía la historia pasada». Para el diputado catalán «cuando un dirigente alemán se arrodilla en Auschwitz, Alemania crece». Según el diputado catalán, el rey Juan Carlos debería hacer algo similar.
Sobre la ley de la memoria histórica: «Está en juego el carácter criminal de las leyes franquistas»

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