La burbuja cultural -y la economía improductiva- José Luis Brea

Hoy publica José Luis Brea un incisivo relato de la relación institucional con la sociedad del conocimiento (o su abandono), centrado en el campo cinematográfico y artístico. No deja títere con cabeza: instituciones autocomplacientes, el ejecutivo creando redes clientelares ante su inminente debacle y la sociedad civil, articulada alrededor de la precariedad rentable o, por lo menos, capitalizable, sirviendo de coartada (en su relación con la institución) ante la amarga ausencia de una propuesta efectiva para el impulso de esta sociedad del conocimiento.
Todo bastante cañero. En Salonkritik

15 responses to “La burbuja cultural -y la economía improductiva- José Luis Brea


  1. Brea, cada vez más tierno. De verdad. No hay ninguna mofa en todo esto. De verdad que posiciones como la que ha ido tomando Brea estos últimos años, no puede dar más que ternura. No hay nada de ironía en esto. No trato de valorar los personalísimos motivos que pudieran llevarle a tomar tan quijotescas aventuras críticas…muy español por cierto, el lugar desde el que habla, lugar que vuelve siempre peregrino, para tratar de poner a cada uno en su sitio…sin tomar apenas conciencia del lugar desde el que uno habla…. No es de Brea, claro, de lo que habría que hablar aquí. Ójala los comentarios al post de Aitor que nos traen este texto coparan tantas páginas que no diera tiempo a leerlos ni en un día.
    Aún así, esta decidida, pero infructuosa posición, que trata de no dejar títere con cabeza, parece reinstalar a Brea en la peregrina melancolía del intelectual que apenas logra ver más allá de la autoconciencia de su discurso. Descreído del todo, de la política, de las promesas, de la política en su sentido más ortodoxo (políticos que prometen y gobiernan, que traicionan, que tratan de controlar los medios y los significados, que engañan…) Cierto es Brea, lo contrario al conocimiento no es la ignorancia, sino el fraude y el engaño.
    Pero es que esa política, ya lo sabes tú bien, está acabada del todo. Aunque parece que hay algún tipo de interés en mantenerla aún en vida…No veo qué interés pudiera tener ahora hablar de las políticas culturales, si a la vez consideramos que éstas son sólo parte del ámbito del poder de Estado. Así, en plan paternalista. Estado. «Esa cosa» sostenible unicamente por la máquina represora. Que existe Brea. Muchos ciudadanos la sufren. No lo olvides. Centros de Retención por todos los lados. Leyes electorales injustas. Privatizaciones salvajes. En fin. La resistencia no es un invento ideológico ni un afecto-consecuencia de la bienintencionada o malintencionada actividad inmaterial del Estado. En ocasiones, resistencia, es la respuesta justa (en lo que tiene de verdad) o posible (en lo que tiene de potencia) a un estado de las cosas…y muchos no se pueden permitir el lujo de considerar la resistencia como una «cantinela improductiva» del orden del discurso…ni siquiera resistir a no sé qué fantasma del capital, ahora que el capitalismo está por todos los lados….
    Es bastante cansino en cualquier caso, asistir a otro lloriqueo más (tras aquel tierno panfleto contra las políticas culturales del Reina Sofía…reclamando no sé qué falsaria transparencia democrática de lo público..) Pero esta vez las palabras de Brea resultan más retorcidas aún. Evaluando la falsa promesa de no sé qué gobierno. Zapatero? Qué será Zapatero? Quién le adjudicó el pretendido título del socialismo del S 21? Será que trata de entrar, o tratan de hacerlo entrar, en competencia con el espíritu socialista latinoamericano?. Yo te voté el 14M parece decir Brea. Creía en Zapatero quizá. Yo te voté! En fin. Ciudadanos descreídos. Gran filón para llenar las filas del fascismo que viene.
    Aún así, está muy bien, saber lo que brea opina (que es en lo que parece creer él también…al fin y al cabo, la crítica como un hecho no muy indistinto de la bastarda libertad de opinión democrática…pues se otorga, al menos en este textito, el mismo derecho tertulianero a diagnosticar los dolores que padece este pais…y lo hace a mitad de la película del triunfo deportivo de la selección y el debate del estado de la nación…ahora esto, para hablarnos de que Zapatero es un mentiroso, pelele de los medios y no sécuantascosasmás, incapaz de articular un proyecto de innovación y desarrollo…(aunque Brea, claro, se equivoque de ministro, pues el I+D+I nunca dependió de Cultura….) pero: es la totalidad de la sociedad española, del conocimiento o no, de la ignorancia o no, son los ministros, los directores de museos, tu tocayo José Luis de la Moncloa, son éstos los que has elegido como interlocutores de tu pensamiento?
    La comunidad artística pierde a un gran intelectual si esto es así. Un poco de emancipación. Hablemos entre nosotros. Pensemos. Es que el arte depende definitivamente ya de las industrias culturales? Nadie es ya libre?
    Yo no puedo comentar lo que Brea dice. Y no por falta de tiempo ni ganas como se acostumbra a decir aquí cuando se inicia algún debate. Simplemente hay un montón de cosas que no entiendo. A pesar de que admito haber sido en el pasado, un voraz lector de Brea…Habrá que pensarlas quizá…pero si las cosas andan tan mal…en el arte, en la producción artística, en la cultura….(cierto parece)…sería genial leer a un Brea capaz de rozar un poco el mundo. Incluso lo más material. Algo menos de retórica de estado, de retórica de salón… No veo que potencia hay en el discurso de Brea si no es posible más que decir, «estoy de acuerdo contigo Brea» o «no lo estoy». Sería maravillos oirle hablar (otra vez…) de tal o cual artista. Esta obra. Esta experiencia autogestionada. Sería maravilloso comenzar a hacer crítica del arte, de la obra de los artistas (los que ames, los que te gusten, los que entiendas o los que te lleven a algún problema…no sé…)
    Para la comunidad artística o cultural, lanzarse a la cabeza el maestro ignorante o las antitéticas no parece guardar ninguna potencia. Sólo se perpetúa el esbirrismo y el enemigismo. Se acentúan las facciones. Los que piensan como o con Brea o los que piensan con o contra él. Pero ¿qué puede verdaderamente el pensamiento de Brea para el arte, el conocimiento, y la comunidad en sí?
    Sería genial saber qué piensa Brea de Democracia, o de la Rimaia, o del Cendeac, no en general, sino en concreto. La recepción de un proyecto así en Murcia, por ejemplo, el papel que cumple dentro de ese miniestado murciano, y el papel que juegan los discursos frente a las sagas o matrimoniadas de la comunidad del arte. O que nos comente con un poco más de detalle ese mapa denso de relaciones necesarias para que pudiera darse una sociedad del conocimiento. Como sientes boloña. Qué piensas de los alumnos de la Carlos III que desde un gesto de resistencia, tumbaron los planes que les venían cocinados desde el rectorado. O de Madrid Abierto, que nos hablara yo qué se de esa mierda llamada «Hucha de Deseos», o de la mierda esa de mapearmadrid, o de Tabacalera y los fiambres, tras la experiencia en el Macba…yo que sé..
    Recuperar a Brea a fin de cuentas.
    Un saludo.

  2. Aitor, se llama síntesis, y ni tu airada reacción es de recibo ni son siete palabras, sino nueve.
    Tu mismo no has empleado muchas más para formalizar tu respuesta o para llegar a la peregrina conclusión de que la opinión expresada pretenda «arruinar» una conversación.
    ¿Que no estás de acuerdo en que los argumentos, el tono y el formato elegido por Brea en este texto rebosan dialéctica pastoral y antropofagia dominical estéril?
    Perfecto.
    Yo si veo esos elementos, y en consecuencia, opino.

  3. Usted perdone, pero le hacía criticando al anterior comentarista. Es, en cierta manera, la prueba de que la respuesta era demasiado escueta. No hay sujeto en la oración. Todo esto viene por la extendida costumbre de despachar problemáticas complejas con frases cortas de azarosa interpretación (al estilo del anterior comentario de marat). Así no hace falta seguir una lógica interna, claro. Es demasiado fácil. Mis disculpas, si no era el caso.

  4. Perdón Aitor por no estar a la altura intelectual deseada, no sabía yo que había un listón, un número mínimo de palabras a cumplir. A mi sobre todo me ha parecido prepotente, zafia y fácil la crítica de Brea, y era lo que quería expresar EN UN COMENTARIO DE BLOG.
    Me quedo atónito con este apunte tuyo a mi comentario, como si ahora no se pudieran hacer observaciones breves, en fin…

  5. Nada que perdonar, Aitor, es cierto que lo conciso de mi mensaje podía generar lecturas como la tuya.
    Tomo nota de tu apreciación, pero no me trates de usted o romperás la ilusión de que todavía «estoy hecho un chaval»… y créeme, a estas alturas cuesta mucho mantener un constructo subjetivo de tales dimensiones.
    Respecto al comentario de «otro», me parece muy acertado, también yo soy de la opinión que Brea ha desvinculado peligrosamente su discurso sobre los «estudios críticos» de aquella realidad que pretende analizar.
    Me entristece observar la progresiva «Jimenez-Losantización» de Brea y la continua aparición en sus textos de rencores y derrotas personales que, en mi opinión, acaban por volver sus opiniones altamente «improductivas»

  6. Me ha sorprendido también la forma en que nos muestra el panorama de los movimientos sociales, el cuestionamiento de la resistencia y el pensamiento situacionista, que sale mal parado: «toda la producción artística se consagra a beneficio de la cantamañanería antagonista (tardofrankfurtiana-situacionista), ocupando (insistiendo en okupar: haciendo de precariedad virtud) el terreno figurado de la antitética, de la resistencia al demonio Capital». Aunque es posible que no se refiera al pensamiento situacionista en sí, sino a la forma en la que se hace bandera con él en la actualidad. La claridad del texto es, aveces, escasa, quizá debido a las pretensiones literarias. Una prosa que aporta matices pero puede esconder la lógica del planteamiento.
    Sin embargo comparto ese espíritu de sospecha sobre la connivencia entre institución y movimiento social que viene señalando desde hace tiempo.
    En términos generales coincido con sus planteamientos, aunque es un terreno que me queda lejos y no tengo autoridad alguna. Echo de menos es una propuesta clara sobre las alternativas. Sólo se pueden leer esbozos algo confusos. En una ocasión habla del «despliegue en nuevos escenarios desde los que potenciar tanto la emergencia de un sector verdaderamente productivo y generador de riqueza colectiva, el del conocimiento, como la capacidad de reconfigurar toda su fuerza simbólica en receptividad crítica y no en la reiterada e improductiva proclamación tediosa de la resobada cantinela resistente.» En otro, «para que el sector del arte pudiera transformarse en profundidad en una escena de economía productiva, su “industria” -por llamarla con un nombre por completo inapropiado- necesitaría verse transformado en un amplio espectro de subsistemas, desde la formación del artista hasta la generación de aparato crítico, desde la educación misma del ciudadano-receptor y las propias condiciones de establecimiento de un mercado real (y no una pura burbuja asistencial artificialmente alimentada por las compras y las subvenciones públicas) en su espacio.» Estos dos apuntes parecen poco definidos como para acabar de entender qué pretende.

  7. …no veo que B haga ninguna crítica a los situs ni a los movimientos sociales…sólo los menta para desdeñarlos, sin haberlos sacado del cliché que se les supone…es una cosa muy de intelectual ya medio de vuelta…ni unos ni otros…yo soy superindependiente…y además le pido explicaciones o le hago un desplante al mismo presidente del gobierno…recordándole sus promesitas….desdeña, claro, la lucha de clases (asistida, recordemos, desde el discurso situ, …pese a las nuevas babilonias o el nuevo urbanismo o el casi cine….) pues le suena a antigualla…como a tantos otros…y es verdad que el raca raca de los situs con el espectáculo y el eslogan desviado…. pues termina, por lo que se puede ver por ahí, ocupando un espacio exclusivamente publicitario…hacen buenas migas vaya, los situs y la publicidad…( ver nueva colección de Zara…con propaganda situ http://agenciamarienbad.wordpress.com/2010/07/14/fin-de-los-situs/ ) es verdad que no trae (o no ha traído) nada nuevo con él…sólo el cacareo de un buen número de artistas que dicen situs situs situs….vaya…que de los situs es de algún modo comprensible que uno pueda estar ya harto…más incómodo resulta simplemente esa posición desde la que brea escribe…siempre tratando de convocar aparentemente otra cosa en la política y en el arte…un hacer mucho más moderno y acorde con los tiempos pero luego ahí está Brea, perpetuando el cliché de cada cosa…voilá el estado improductivo…allá el anarquista…en fin…muy a grandes rasgos sólo…resumiendo procesos muy complejos (habla en la misma cita del post anterior de aitor…de la formación del artista, de la generación de aparato crítico, la educación del ciudadano….aunque promete continuar más adelante!!! igual está escribiendo un nuevo libro!!!) por otro lado….a mi lo literario…no me molesta del todo…eso es ya cuestión de gusto…crítica fácil….es parte del «arte» que pudiera tener este hombre…son más bien las ideas, los prinicpios que mueven estos discursos, «lo que pueden», las afirmaciones por las que se apuesta…pareciera que Brea pide eficacia de estado o algo así, y a mi eso me da bastante mal rollo…y da rabia que este brea yo que sé!…no escriba sobre el papel de los artistas en relación a las luchas políticas…o la huelga…existe un arte salvaje???…habla de ciudadanos…de ministros…del presidente…de sus promesitas….de artistas….no sé no sé…un como un viejito ortega….ya al borde de la atrofia de los discursos… en plan…raciovitalista….
    Un saludo.

  8. Me gusta el retoque.
    Se agradece que mantengais esa hermosa pareja en ropa interior paseando de la mano, viva estampa de Gallardón y Esperanza recorriendo, juntos y cara el sol la senda que nos lleva a un destino universal.

  9. hola aitor
    gracias por reenviar mi análisis a contraindicaciones y moderar la cadena de comentarios intentando que el debate se centre un poco más en la discusión de las ideas y no en la de las personas.
    en cuanto a tu comentario último, admito que tienes razón al señalar cierta insuficiencia en mi propuesta de “alternativa” –creo que localizas muy certeramente los párrafos en que ella se enuncia, pero ciertamente no constituyen un “programa” completo.
    lo que sí espero que quede claro es que aquél proyecto enunciado en su programa inicial por los socialistas me resultaba –y resulta- extremadamente sugerente y lo suscribía y suscribo todavía (digo esto para los despistados que se empeñan en atribuirme simpatías políticas que ni de lejos comparto). a mi modo de ver era, y aún es, un “programa” de política para la cultura defendible bajo una perspectiva de izquierda moderna, del siglo 21.
    a lo que el artículo se dedica, obviamente, y en eso tienes razón, no es a contar cómo todavía ese programa podría retomarse y llevarse a realidad –sobre las posibilidades de hacerlo a estas alturas es verdad que en estos momentos soy muy escéptico- sino fundamentalmente a contar de qué modo se ha producido históricamente su escamoteo o extravío. la primera a beneficio de la producción de ideología retórica y “economía de colegueo” y la segunda a beneficio de las industrias mediáticas que controlan el sector editorial-mediático.
    acaso la fórmula en la que de una manera más constante insisto para recuperar la viabilidad crítica de ese proyecto de una política cultural enmarcada sin prejuicios en el marco del capitalismo cognitivo sea la de favorecer la institución de un “campo intelectual” para las artes y la cultura. acaso también, y como sugiero, para que verdaderamente ese campo se empiece a fortalecer son precisos cambios en el conjunto de los subsistemas y agencias sociales que intervienen en él: desde los establecimientos de educación de los productores a los de los receptores, desde las herramientas de producción y exposición pública de opinión crítica y pensamiento hasta la totalidad de los aparatos de investigación e innovación en modos de producción de riqueza simbólica e inmaterial hasta los aparatos de estado que regulan su mostración pública (museos, equipamientos culturales, etc) …
    llegar a formular de una manera más precisa todo ese conjunto de actuaciones que lo haría posible ciertamente requeriría, pienso, un espacio separado, y adecuado. seguramente el lugar para hacerlo sería, pienso, un programa electoral, acaso un informe completo sobre el sector cultural y su reconversión en el contexto del capitalismo del conocimiento … incluso podría ser que una especie de “ley integral” para la cultura, o las artes, como reclaman algunos, fuera ese “lugar adecuado”.
    pero, ciertamente, esa formulación desborda no sólo mis capacidades –sobre todo mi “encomienda”, la que a mí mismo me hago- y el espacio (ya abusado) de un desayunito dominical.
    creo que sería maravilloso si otras voces quisieran contribuir a definir colectivamente ese programa, seguro que entonces sí que podría hacerse y reclamarlo desde la sociedad civil al poder político … ojalá el trabajo que nos tomamos en estas plataformas pueda en algo servir para ello.
    un abrazo

  10. Gracias por las aclaraciones, José Luis. Ya veo que el asunto desborda este ámbito de discusión. En todo caso, si tuvieras desarrollos más amplios de tal proyecto, no dejes de avisar.
    Abrazo.

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