MAD 03. Arte público

Este es el texto del recién publicado catálogo de MAD 03 (Encuentro experimental de artes visuales en Madrid durante octubre-noviembre de 2003) que corresponde al apartado sobre arte público, en el que exhibieron proyectos de Santiago Cirugeda, Yomango, Rogelio López Cuenca, Minerva Cuevas, Santiago Sierra y Muntadas entre otros artistas…
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Concierto con músicos de la calle en Lavapiés, organizado por Minerva Cuevas


MAD 03. Arte público
LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
Fernando Baena y El Perro (comisarios de MAD 03 Arte público)
Cuando se aborda un proyecto de arte público, realizado con un mínimo de atención a los debates que hay sobre el tema y un mínimo de honestidad y compromiso con lo que significan las intervenciones de arte público -que desgraciadamente en muchos lugares sigue entendiéndose como un mero acto decorativo(1)-, se llega a una serie de puntos comunes con los que la mayoría de los artistas que trabajan en este ámbito se ponen de acuerdo: no se trata de «sacar el arte a la calle» sin más. Más bien se trata de lo que apuntaba uno de los artistas participantes en MAD 03, Rogelio López Cuenca, en una entrevista realizada por Catalina Serra en Babelia.: «Esa idea populista, tan querida de la izquierda ortodoxa, de «acercar el arte a la gente», de «enseñarles lo que es bueno», ese paternalismo autoritario olvida en qué condiciones tiene lugar la producción, distribución y consumo de la obra de arte en el capitalismo. Para quienes creemos que la democracia es algo más que un consenso irreversible, que se trata de un proceso siempre inacabado, un diálogo permanente y que la ciudad ha de ser de todos en lugar de tierra de nadie, el arte forma parte de ese proceso y su silencio o su aquiescencia son cualquier cosa menos inocente» (¬Ö) «la actividad artística puede recuperar espacio público tanto en su dimensión física (como Armajani y otros autores de «arte útil», de escultura-mobiliario o punto de encuentro) como simbólicamente: hacer sitio y a la vez dar lugar, propiciar las condiciones para que surja el encuentro, el diálogo, el debate…»
Estas pretensiones pueden resultar muy dispares y ser abordadas desde diferentes posturas que es lo que se ha intentado hacer visible mediante la selección de los artistas participantes. Incluso se marcaron unos ámbitos distintos en los que intervenir y cómo hacerlo, así se han generado los diferentes apartados de MAD público: «Arte público», en el que de manera general se han incluido los proyectos que tenían una componente urbanística o arquitectónica (los proyectos de Santiago Cirugeda y el colectivo formado por Barbosa y Ricalde), las acciones en espacios públicos (Minerva Cuevas, Santiago Sierra, Isidoro Valcárcel Medina) y la edición (SCCPP.org); «Medias» en los que se han intervenido canales de comunicación como la radio (Concha Jerez y José Iges), la pegada de carteles (Muntadas), la distribución de postales gratuitas (Rogelio López Cuenca), y se intentó hacer lo propio con la televisión (Pedro G. Romero)(2); «Videocontexto», un conjunto de videoproyecciones (de Rafael Burillo, Cabello/Carceller, Eva Koch y Manuel Ludeña) que trabajaban con el entorno donde tenían lugar; y «Microespacios» una selección de vídeos para ser proyectados en el Canal Metro, y que son analizados en otro texto de esta misma publicación
Una vez dicho esto, no querríamos caer en discusiones ampliamente difundidas sobre arte público, sino partir de la propia experiencia que generó MAD 03, y en concreto de las objeciones que se le hicieran tanto desde dentro del mismo evento como desde fuera.
Desde dentro, sin lugar a dudas la más importante (por ser a la totalidad) fue la que planteó Isidoro Valcárcel Medina con su intervención en el apartado de «arte público», que consistía en unos carteles pegados en las calles de Codo, Recodo y Escuadra con los que pretendía, según sus palabras, «desencantar al público de lo público». Este objetivo, que ponía en cuarentena toda la propuesta también funcionaba como el adecuado contrapunto para los demás proyectos, advirtiendo de una cierta complacencia social promovida por las instituciones al apoyar eventos de arte público, ya que éstas, muchas veces, presentan las intervenciones de este carácter como sucedáneos de los verdaderos cambios sociales que se reclaman, matiz también apuntado por Manuel Ludeña al llevar el molesto ruido de su obra, grabada en un poblado marginal, ante las mismas puertas de la Comunidad de Madrid como representación de la institución política y del Reina Sofía como representación de la artística.
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Proyecto de Isidoro Valcárcel Medina
Otro propósito de Valcárcel Medina podría ser desautorizar la idea de encontrarnos ante voces privilegiadas, representadas en esta ocasión por los artistas, que puedan hablar con autoridad, sin posibilidad de contestación, sobre el espacio público.
Está claro que cuando hay un autor, hay una voz privilegiada, pero también cuentan las tácticas dirigidas a disolver esa preeminencia. Por ejemplo, confundiéndose con otras voces aún más autorizadas, como hicieron Concha Jerez y José al mezclar su voz con la de los locutores de las noticias de Radio Círculo, para introducir titulares inventados, poniendo en duda la construcción informativa; o, en otros casos, contando con el receptor de la propuesta para que ésta adquiriera su forma definitiva. Esta última cuestión se manifestó abiertamente en la receta urbana de Santiago Cirugeda, cuando planteó hacer una estructura habitable en un solar aprovechando ciertos vacíos legales. La Red de Lavapiés y los colectivos afines al centro social autogestionado El Laboratorio, recién desalojado en aquel momento, se ocuparon de llenar de vida el proyecto de Santiago al utilizarlo como sede provisional del Labo. Este proceso que resumimos en dos frases fue un complejo procedimiento de encuentros y desencuentros en distintas asambleas sobre la oportunidad de su utilización, en las que la construcción de Cirugeda fue finalmente entendida como una herramienta puesta a su servicio y asumida como propia. La obra de Barbosa y Ricalde también utilizaba una estrategia similar a la que acabamos de ver en tanto que se limitó a poner en marcha un mecanismo para que los usuarios le den sentido: su proyecto consistió en la colocación en un cruce de calles de una mesa para jugar al ajedrez.
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Construcción de Santiago Cirugeda para el Labo en el exilio.
Claro que pensando sobre la conveniencia de establecer o no «voces privilegiadas» no podemos perder de vista las objeciones que se hicieron desde fuera, desde la crítica. Eugenio Castro, a través de una entrevista a Manuel Rufo(3), apuntaba que si al programar esta sección de arte público «no se estaría privatizando así a la calle, convirtiéndola en un producto más de mercado», para preguntar después: «¿la calle no debería ser lo que ya es, un ámbito de libertad absoluta, y las acciones que en ella se realicen no deberían ser anónimas, no sustantivas, para así preservar su verdad, su ámbito de libertad? Pongamos como ejemplo ese tipo de intervenciones callejeras que circulan por Lavapiés, y que precisamente no llevan firma, son anónimas, un anonimato que las preserva de ser subsumidas, integradas, siendo como son, por lo demás, acciones bellas, creativas, que invitan a la exaltación». Nuestra respuesta es que o no vivimos en la misma ciudad, en el mismo planeta acaso, o en absoluto se puede entender la calle como «un ámbito de libertad», la calle de hecho es un espacio de imposición, ¿se ha preguntado tan sólo qué hace la policía (pongamos por caso al cuerpo municipal, por no ir a mayores) cuando ve un acto de libertad absoluta (y bajando mínimos pongamos por caso que, como ejemplo de libertad absoluta, nos pueda valer la realización de un graffiti que invita a la exaltación)?.
No obstante también podemos apreciar otros matices interesantes en esta cuestión como podría ser el carácter abusivo de la ocupación de la calle por el arte. En Madrid hemos sido testigos de un despropósito tras otro por parte de las políticas municipales. Quizás el último ejemplo significativo haya sido del destrozo de la plaza de Antón Martín, con la erección de un monumento que por sus dimensiones la oculta, la vuelve inexistente. Si el homenaje es adecuado (a los abogados laboralistas asesinados por el fascismo durante la Transición) la forma en que se ha hecho es totalmente repudiable, ¿no habría sido más ajustada si se hubiera pensado en la horizontalidad, en una conmemoración a pie de calle, más acorde con lo qué representan los homenajeados?. MAD público fue diseñado para que las intervenciones fueran efímeras y las acciones ocurrieron en un marco temporal ligado con la experiencia del momento, y justamente por un deseo de no caer en los patrones impositivos del arte público tradicional, también se apostó por una circulación distinta: a través de la edición en el caso de SCCP o como en las obras de Rafa Burillo y Eva Koch por la utilización de la proyección de vídeo, contextualizada en la vía pública, dando como resultado intervenciones mínimas por su presencia física.
Hemos de ser conscientes de que el espacio público es un espacio altamente controlado, donde los mensajes dominantes son los de la propaganda (y aquí hay que incluir la monumentalidad) y la publicidad, las intervenciones en el espacio público no convierten «la calle en un producto más del mercado» pues ésta ya lo es, cuestión que ponía de relieve el proyecto de Cabello/Carceller donde en unos monitores vemos el reclamo SE VENDE sobre el fondo de la bandera arco iris en el escaparate de una tienda de moda de Chueca, barrio en el que más visiblente se asienta la comunidad gay de Madrid. Las intervenciones que se proponían en MAD público precisamente buscaban interferir las lógicas dominantes en el espacio público como lo pueda hacer un graffiti anónimo en una pared. Y hablando, como se mencionaba en la pregunta de Eugenio Castro, de intervenciones anónimas en Lavapiés, allí tuvo lugar la acción de Minerva Cuevas, que reunió a más de medio centenar de músicos callejeros, solistas o pequeños grupos de distintas nacionalidades para tocar juntos en la Plaza de Agustín Lara durante dos horas un domingo por la mañana, ese concierto totalmente imprevisto para los vecinos fue sin duda una exaltación para quién pasó por allí y para quién participó. ¿Para quién es importante el anonimato o la firma? No para aquel público, lo es para nosotros que ahora mismo, como comisarios, nos encontramos envueltos en un proceso de distribución, de colaboracionismo con la industria cultural, al escribir este texto. Recordemos a Godard: «La cultura es la difusión, el arte la producción».
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Intervención en un escaparate de Cabello/Carceller
Ya que nos hemos referido a estrategias aplicadas en MAD, tenemos que decir que no sólo se trata de interferir sino también de evidenciar, de mostrar el conflicto latente, como, paradójicamente, hizo Santiago Sierra ocultando 100 parados. Podemos creer que el conflicto que está en la calle es visible, aunque si damos crédito a conceptos que asimilan el espacio público a un espacio libre, será más difícil verlo¬Ö por eso tampoco estaba de más que por unos días desde los muros del centro de Madrid los carteles de Muntadas se recordara el optimista eslogan aznarista «ESPAÑA VA BIEN» sobre la imagen de un tétrico paisaje.
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Pegada de carteles de Muntadas
Continuando con las objeciones que se pusieron a MAD, si pensamos que tanto las propuestas como su modo de organización daban el juego suficiente para abrir una discusión sobre distintos aspectos de la práctica artística, resultó, si no una sorpresa, al menos una decepción que desde las hojas de cultura del diario conservador ABC se recurriera al amarillismo más grueso como forma de crítica. Precisamente por ahogar cualquier atisbo de debate serio; también sorprendente resultó que desde Brumaria se apresuraran a difundir el mismo artículo con la excusa posterior de querer abrir un diálogo sobre la figura del artista-comisario (el propio medio de difusión mediante lista de correo administrada no propicia intercambio alguno), aunque, bien pensado, con la excusa (¿el simulacro?) del debate, tampoco les tembló el pulso a la hora de defender en su momento al entonces ministro Zaplana con ocasión de la polémica suscitada por la suspensión de la muestra de arte joven Injuve.
A pesar de estos intentos de cerrar cualquier respuesta, circuló por la red un texto, que se colgó en la web de MAD 03, que daba la dimensión justa de las intenciones del ABC: «asistimos estupefactos al exabrupto en forma de artículo, no por la sintonía o discrepancia con lo expuesto, sino por la incoherencia de las pocas referencias argumentales expuestas». «Sin lugar a dudas, la decisión de los artistas de AVAM, de autogestionar los escasos recursos públicos disponibles para la creación artística madrileña, haciéndolo a través de una estructura asociativa, como medio de defender sus intereses democráticamente, y sin dejarse amedrentar por el hegemonismo legitimador de quienes promocionan un sistema-arte basado en la lógica más agresiva y casposa del capitalismo cultural». De modo «que cualquier modo de distribución de fondos públicos, que no siga la lógica del beneficio capitalista asegurando el status quo imperante, ha de ser combatida sin titubeos y sus responsables puestos a enfriar. Cuando la redistribución del beneficio a través de la esfera pública, se pretende democrática, como es apreciable en la decisión de los artistas-comisarios de MAD.03 al retribuir por igual a todos los artistas participantes, -además de incluir un número ingente de piezas sin menoscabo de la calidad de las obras presentadas-, el modo de comisariar se vuelve problematizador utilizando una táctica que pone en práctica modos de resistencia políticos, donde la subvención pública deviene utilidad social».(4)
Desde una perspectiva más dialogante y hablando en general sobre el proyecto, Mariano Navarro en El Cultural, ponía el acento en la conveniencia para Madrid de generar un evento de estas características «una de las más viejas discusiones en el mundillo artístico madrileño se ocupa en dilucidar si la capital necesita o no una gran convocatoria artística internacional como la que caracteriza a otras ciudades, así Venecia, Kassel, etc. Hay tantos argumentos y partidarios del sí como los hay del no. Personalmente, creo que sólo se justifica si alcanza un nivel superior al de la oferta existente en galerías, instituciones y espacios alternativos, así como una definición y un objetivo que permitan reflexionar sobre los acontecimientos más inmediatos; para caprichos, excentricidades o voracidad de protagonismo, ya existen planes en marcha que cubren esos bajos aspectos de nuestro mercadeo con el arte»(5). Cuestión ésta que nos devuelve a las «objeciones hechas desde dentro» ya que es similar a la que abriría un análisis en el seno de la asociación sobre las necesidades reales de los artistas en Madrid, y si se debe optar por apoyar más la creación de recursos permanentes para la práctica artística en nuestra ciudad o bien optar por la visibilidad (este desde luego fue uno de los logros de MAD 03 con respecto a AVAM) y la distribución. Discusión en la que necesariamente había que integrar, con su participación en MAD público, a distintos espacios alternativos que están funcionando en Madrid como Los 29 Enchufes, Circo Interior Bruto, Cruce, Liquidación Total, Off Limits, The Art Palace, La Enana Marrón y EfectoKiwano.
Como podemos constatar por este somero repaso de los reparos de los que fue objeto esta propuesta (la pertinencia del arte público actualmente, el concepto de espacio público, la figura del artista-comisario, su propia viabilidad) al menos tuvimos una oportunidad de discutir, ocasión que en nuestro entorno no es lo más habitual, una oportunidad que propiciaron los distintos proyectos llevados a cabo tanto como la organización de la misma iniciativa. En este sentido si la finalidad de un evento de este tipo es procurar encuentros y disensiones, la tan necesitada finalidad de «crear debate», cabe hablar de un balance satisfactorio integrado tanto por sus aciertos como por sus errores. Al menos fue un momento de hacer y hablar¬Ö de generar esfera pública.
1.-Para ver un ejemplo leer el artículo «Mercenario cultural a La Marina» en: www.e-valencia.org
2.-Este proyecto no pudo llevarse finalmente a cabo.
3.-Texto completo en www.ubicarte.com/_ubicarte/site/articles-detail.php/lang/es/id/682/
4.-Texto completo en http://www.mad03.net/foro/foro_mensajes.php?cod_canal=2&cod_mensaje=4
5.-Texto completo en http://www.elcultural.es/HTML/20031030/Artes/ARTES8123.asp

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