Propuesta de mínimos de la comisión de Cultura Acampada Valencia.

Nos llega un correo con la propuesta de mínimos de la comisión de Cultura de la Acampada Valencia. Un borrador al que se ha llegado tras semanas de debate, asamblea y charla, tratando de unificar puntos de vista y que pretende ser ampliado, debatido y sobre todo abierto a sugerencias y puntos de vista:
Propuesta de mínimos de la comisión de Cultura Acampada Valencia.

El movimiento 15-M, ante la crisis de representación política actual, pretende una mejora y evolución de nuestro sistema democrático en el que la ciudadanía forme parte integrante de la toma de decisiones. Todas las propuestas del 15-M están articuladas en torno al concepto de democracia participativa y transparencia. La cultura considerada como un bien común, a la vez que reflejo de una sociedad o comunidad dada, no puede ser menos y por ello articula una serie de exigencias inspiradas en este movimiento. Consideramos la cultura y el conocimiento como el eje VERTEBRADOR para el desarrollo del pensamiento y sensibilidad críticos. La exigencia de transparencia en la toma de decisiones colectivas es el pilar en el que se apoya la democracia. La información y el acceso a ésta constituyen el elemento indispensable que permite la participación ciudadana, democrática y el desarrollo de un pensamiento y sensibilidad críticos.


LA CULTURA CAMPO DE EXPERIENCIA PARTICIPATIVA.
-Aplicación del modelo de democracia participativa a todas las administraciones culturales cuyos recursos económicos sean públicos.
-Desarrollo de estructuras consultivas de participación ciudadana y profesional para la toma de decisiones.
-Aplicación íntegra del Código de Buenas Prácticas en los organigramas de todas las instituciones culturales españolas atendiendo al acceso en régimen de igualdad, mérito y capacidad constitucionales.
-Respeto y apoyo a la gestión independiente, autónoma y democrática.
-Generar estructuras consultivas adecuadas donde la libertad de expresión esté por encima de la instrumentalización partidista.
PARTICIPACIÓN Y TRANSPARENCIA:
-Cese de todos los cargos directivos de las entidades culturales privadas que reciban financiación pública que no hayan pasado para su adjudicación por concurso público.
– Desarrollo de programas consensuados, debatidos y aprobados por la administración con la inclusión obligada de consejos ciudadanos y comisiones técnicas profesionales.
-Incorporación de la ciudadanía y los sectores profesionales en los programas de acción cultural, los concursos para las direcciones de centros, las líneas de adjudicación de becas, subvenciones u otros, y la toma de decisiones de gran calado.
-Transparencia informativa en la gestión y administración de las instituciones culturales con la publicación obligatoria de los presupuestos reales de gastos e inversiones.
-Desarrollo de un sistema de comunicación y homologación de criterios presupuestarios comprensibles para la ciudadanía.
– Redefinir claramente la diferencia jurídica y legal que existe entre las instituciones públicas y las instituciones privadas con financiación pública, para acabar con las transversalidades entre ambas.
VECTORES DE UN MODELO CULTURAL PARTICIPATIVO.
CULTURA PÚBLICA LIBRE
-Adscribir e implementar la Carta del Free Culture Forum.
-Seguir los Modelos para una Creatividad Sostenible en la Era Digital.
-Exigir el 6% de los presupuestos públicos dedicados a cultura velando por la proporcionalidad y equidad presupuestaria entre sectores, áreas y ministerios.
– Favorecer modelos para la gestión autónoma de los recursos públicos.
– Diversificación de los espacios, actividades y acciones culturales.
– Re-definición expandida de los usos culturales del espacio público.
– Cambio del modelo de industria y empresa cultural por cultura y conocimiento de acceso libre, plural y no vinculada exclusivamente al beneficio económico.
– Eliminación de las ayudas económicas de presupuesto público a las instituciones privadas: éstas deberán autogestionarse y autofinanciarse.
– Eliminar las líneas de subvención de capital público a empresas privadas cuyo objetivo es el beneficio económico (bancos, cajas, fundaciones y obras benéficas).
– Elaboración de fórmulas de colaboración financiera colectiva impulsadas desde las administraciones públicas.
– Desarrollo de campos de cooperación e interacción entre las políticas culturales y las demás políticas públicas: sociales, económicas, ambientales, urbanísticas y especialmente las educativas.
– Potenciar los departamentos de actividades de los centros culturales para tejer redes con amplios sectores, frente a las políticas culturales patrimonialistas-economicistas.
– Apoyo a un modelo cultural diverso que siendo sostenible económicamente permita y facilite una regeneración del tejido cultural a todos los niveles y que favorezca la participación ciudadana.
– Apoyo a modelos cooperativos y colaborativos de trabajo frente a la privatización de la gestión cultural.
– Especial atención a la generación de contenidos ligados a «procesos» frente a la «adquisición» de objetos.
– Exigir la renovación de la burocracia de la administración cultural y de los procedimientos administrativos adecuadas a una nueva realidad cultural.
– Ponderación de las infraestructuras culturales para dar soporte a la prácticas culturales más plurales, experimentales y participativas.
– Potenciar la comunicación y enseñanza de la cultura, desarrollando planes de formación para los diferentes segmentos de la sociedad: educadores, profesionales, jubilados, etc.
– Apoyar a las iniciativas ciudadanas relacionadas con la cultura popular, tales como festivales, encuentros y otras iniciativas destinadas a la cohesión y redefinición de los barrios y la descentralización de las propuestas institucionales de cultura.
– Desarrollo de un estatuto y fiscalidad específica para los trabajadores culturales en aras de reducir y perseguir la precariedad laboral.
– Derogación de la ley «Sinde»
– Normalizar el uso del valenciano en la práctica general de recursos de difusión y organización de todos los centros públicos.

3 responses to “Propuesta de mínimos de la comisión de Cultura Acampada Valencia.

  1. – Eliminación de la figura del falso autónomo, cumplimiento de todos los convenios colectivos en las instituciones culturas. Salario y trabajo digno para todos los trabajadores de la cultura desde lxs vigilantes de sala hasta lxs curadores (en este caso el salario debería ser proporcional y justo en comparación con el resto de trabajadores).

  2. Quería además añadir una breve reflexión. Desde 2008 con la expansión de la crisis económica las instituciones han visto mermado considerablemente su presupuesto. Pero llevadas por la vorágine de la competencia no han disminuido el ritmo de las exposiciones ni proporcionalmente el presupuesto para las mismas. Muchos museos y centros de arte se han enorgullecido de seguir con una programación de «calidad» a pesar de los recortes. ¿Cómo se ha hecho esto? Haciendo cargar sobre las espaldas de los trabajadores el peso de la crisis, volviendo aún más precaria su situación laboral. Gran parte del personal de los museos y centros de arte públicos y privados son personal subcontratados o trabajan bajo la figura del falso autónomo. Actualmente es una situación normal que trabajadores mileuristas deban pagar a la seguridad social como si fueran autónomos puntualmente todos los meses cuando su sueldo normalmente se retrasa (a veces por meses), también ocurre que en la competencia por abaratar los costes se contraten servicios con las empresas más baratas haciendo precario el trabajo del personal de limpieza, los auxiliares de sala, etc. Cada vez que uno de estos servicios sale a concurso el personal sale perjudicado. Nuestras instituciones se mantienen con el esfuerzo mal pagado y alienante de miles de personas para las que el arte no es otra cosa que una forma de sobrevivir y ganarse la vida.
    Desde el mundo profesional se habla mucho de la precariedad de los creadores, y está bien, pero poco o casi nunca se habla del resto de trabajadores de la cultura, mano de obra no especializada sin la cual sería imposible que el sistema arte se mantuviese. Es cuanto menos hipócrita ver exposiciones de arte «político» en instituciones en las que uno sabe que existe explotación laboral.
    Espero que las comisiones de cultura no se olviden de los trabajadores «no creadores» – por llamarlo de alguna manera -.

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