Queremos aprovechar el siguiente ejemplo grafico de arte público en Madrid (año 1936), en el que podemos ver una intervención sobre la Puerta De Alcalá, para introducir un texto que escribímos para el catálogo de «Ardearganda 2003» (muestra de arte público comisariada por Pepe Murciego en Arganda -Madrid-).
«¿Cómo puede ser algo al mismo tiempo público (democrático) y arte (elitista)?» (1)
El Perro
ICONOCLASIA.
Entre las últimas convulsiones (no sólo) mediáticas que hemos padecido, una especialmente atractiva fue al final de la guerra de Irak, cuando las televisiones españolas retransmitían en directo la defenestración de una estatua de Sadam Hussein. La imagen del sátrapa se resistía a caer ante las acometidas de los ciudadanos de Bagdad, incluso con la ayuda de un blindado norteamericano, finalmente se dobló sobre su pedestal a noventa grados, y allá fue una multitud a golpear con su zapato o sandalia la cabeza esculpida que aún quedaba a una altura considerable, por lo cual tenían que saltar para conseguir su desagravio simbólico.
Allí estaba en la pantalla, ante nuestros ojos de teleciudadanos globalizados, la demostración en tiempo real y a la contra de la definición de monumento. Cohesionando a la masa en una aspiración común.
Dejando atrás ésta imagen, hay quien dice que el arte público tradicional no tiene razón de ser una democracia: «Es una anomalía en una democracia celebrar con monumentos. Una democracia real no debe procurar «héroes» ya que exige que cada ciudadano participe completamente en la vida cotidiana y que contribuya al bien público»(Siah Armajani).
Claro que este tipo de afirmaciones nos pueden llevar a pensamientos insólitos sobre la naturaleza de la democracia en la que vivimos, donde muchos próceres ciudadanos siguen buscando esos héroes donde reflejarnos y donde el disenso expresado libremente puede ser causa de una tunda aunque el escenario sea el más apropiado.
A principios de verano nos enterábamos de que el Ayuntamiento de Madrid piensa recurrir la sentencia que absolvía a unos ciudadanos del delito de daños por pintar de rojo la estatua de Franco en Nuevos Ministerios. Esta noticia venía a corroborarnos las desventajas de una ciudad «fetichizada»: que al final por encima de símbolos todo se convierte en patrimonio.
El patrimonio constituye la ciudad y su historia, nos viene dado (impuesto) y construimos parte de nuestra identidad en torno a él . En el fondo puede considerarse uno más de los acuerdos tácitos en el contrato social. Pero todo acuerdo social, como sugiere Walter Benjamin en su ensayo «Para una crítica de la violencia» , toda norma que regula la convivencia surge de la imposición de una de las partes. La misma existencia de un contrato social implica que las relaciones sociales lejos de estar fundadas en la equidad se basan en una relación asimétrica y en este hecho queda asentada la violencia esencial de éstas.
ICONOLATRIA
«El aire que respiramos es un compuesto de oxígeno, nitrógeno y publicidad» (2)
Ante los episodios iconoclastas a los que antes nos referíamos habría que oponer el gran flujo iconólatra que define a la inmensa mayoría de los mensajes que se reproducen dentro de las ciudades.
La última gran moda publicitaria en el espacio urbano consiste en aprovechar el levantamiento de andamios para la reforma de fachadas y taparlos con un mega-anuncio de varios pisos de alto por muchos otros de ancho.
Situémonos en la madrileña plaza de Colón. Al poco del desastre del Prestige en un edificio de su entorno apareció una gran imagen, cubriendo la totalidad de una de sus fachadas, de unos verdes parajes de ensueño. El eslogan: algo así como «Vive Galicia», el anunciante: una corporación estatal o paraestatal. Estaba claro que a pesar de todo había que hacer campaña en el corazón del Estado de una región que tenía que seguir yendo bien a toda costa. Un tiempo después en ese mismo lugar apareció otro gran anuncio esta vez tres gigantescos rostros interpelaban al transeúnte con una mirada serena y gozosa, no era para menos ya que se trataban de los retratos de dos sacerdotes y una monja que el Papa en su visita a Madrid iba a beatificar en ese mismo escenario, en el que a pocos metros ondea una bandera nacional del tamaño de un campo de tenis.
La propaganda y la publicidad se confunden e interactúan compartiendo códigos y estrategias. Recordemos que la publicidad nace, se desarrolla y consolida en paralelo al modelo de producción capitalista. La publicidad dota de contenidos estéticos y simbólicos al consumo, no es tan importante satisfacer ninguna necesidad como vehicular una aceptación, identificación e interiorización del mecanismo social. A través de la publicidad, entendiendo ésta como reproducción ideológica, estética y mitológica, la sociedad exige y consume su propia imagen.
LA CIUDAD COMO TEXTO
Nos contaba el artista panameño Ramón Zafrani que hace poco una curadora internacional llegó a su ciudad. Ésta preguntó muy interesada sobre la identidad de un artista que pintaba en las calles la imagen de un escorpión mediante plantilla y spray. El artista resultó ser una campaña publicitaria de Nike.
Uno de los grandes (y falsos) mitos del arte público es, por llamarlo de alguna manera, el del «espectador desprevenido», en realidad éste no existe. Es cierto que el arte público no debe esperar que se participe de él como se hace con el arte expuesto en un espacio dedicado para ello, pero por eso mismo no debe esperar una comprensión mayor, ni tan siquiera tendría que ser popular, lo que si que hay que esperar es que sus códigos sean abiertos y asimilables, participativos, bien por desvío bien por identificación con los mensajes que se encuentran habitualmente en el espacio público (los anuncios, la fiesta, lo arquitectónico, lo urbanístico, la relación social…), y que circule libremente, sin nombre.
Siempre nos hemos referido al ámbito público como un canal más de comunicación que como todos los demás esta dirigido y controlado por unos poderes específicos. La ciudad es un texto cuya lectura resulta difícil por la complejidad de los mensajes, por la polisemia de las partes y sobre todo por las distintas habilidades y los diferentes códigos de los potenciales lectores.
Pero el carácter del espacio público que permite simultáneamente exposición -espacio de representación‚Äì y copresencia ‚Äìespacio de socialización- hace que los intersticios desde dónde releer/reinterpretar la ciudad sean múltiples, directos y accesibles.
EL PROYECTO
G.C. Argan define el proyecto de arquitectura y urbanismo así: «el proyecto es la creación de un orden para generar/transformar realidad… Nunca se proyecta «para» sino siempre «contra»:
La especulación inmobiliaria
La explotación del hombre por el hombre
La mecanización de la existencia
La inercia de las costumbres
Los tabúes, las supersticiones, la resignación
Lo impredecible, la casualidad, el desorden
El destino.»(3)
Realmente, esto más que ser una definición resulta una declaración de intenciones que la mayoría de la veces resulta incumplida y no hace falta hablar de oscuras tramas inmobiliarias y sórdidos intereses políticos para ser consciente de ello. Pero como eso que es, como declaración de intenciones, puede funcionar muy bien para buscar la razón de ser del arte público: ser a la contra.
«Sólo a la contra es el arte posible desde que hay radio y televisión y distribución monopolista de palabras e imágenes. El valor estético de una pieza aparece en relación directa con su capacidad para transformar en otra cosa ese canal, ese código, ese signo o sus componentes» (Punto 7 del 5º Comunicado Preiswert a los Medios de Comunicación).
Notas
1. Sennie, H «Contemporary Public Sculpture».Oxford U.P.1992 en «Arte contra el pueblo: los retos del arte público en el s.XXI» . A, Remesar. CER POLIS. Universitat de Barcelona, 2000.
2. Jesús Ibáñez «La publicidad en el capitalismo de consumo», Eroski, 1997
3. G.C. Argan.» Proyecto y Destino». Eudeba. Buenos Aires, 1969 en «Arte contra el pueblo: los retos del arte público en el s.XXI». A, Remesar. CER POLIS. Universitat de Barcelona, 2000.
Saludos, soy venezolana Lic. en Artes Plàsticas, desempleada y soñadora,a√πn. Hace màs de diez años llevo un proyecto de arte de calle de interacci√≤n comunitaria que màs bien, tiene una intenci√≤n integradora en cuanto a lo humano se refiere.Su texto me ha afectado,a pesar de vivir en un pa√¨s subdesarrollado, por acà, se ve mucho de lo que Ud. menciona. Me gustar√¨a conocer su opini√≤n a cerca del aporte que un artista, puede dar en este momento, en una sociedad confrontada, en la que todos quieren imponer su propia doctrina con tanta ferocidad.
Saludos, soy venezolana Lic. en Artes Plàsticas, desempleada y soñadora,a√πn. Hace màs de diez años llevo un proyecto de arte de calle de interacci√≤n comunitaria que màs bien, tiene una intenci√≤n integradora en cuanto a lo humano se refiere.Su texto me ha afectado,a pesar de vivir en un pa√¨s subdesarrollado, por acà, se ve mucho de lo que Ud. menciona. Me gustar√¨a conocer su opini√≤n a cerca del aporte que un artista, puede dar en este momento, en una sociedad confrontada, en la que todos quieren imponer su propia doctrina con tanta ferocidad.
Por favor, denle mi correo a la venezolana Lic. en Arte,, soy un artista plastico venezolano interesado en participar en proyectos de arte.
gracias
Puedes ponerte en contacto con ella al pinchar sobre su nombre (luisa), se abre el editor de correo con su dirección de e-mail.
hola soy un artista joven del PERU y estoy de acuerdo contigo, el capitalismo el consumismo el individualismo es lo que esta llevando al mundo a no tener buenas perspectivas para el futuro y claro el arma que tiene el arte es crear en la mente de las personas una nueva conciencia una nueva idea, el poder de transmitir un mensaje que pueda cambiar el mundo en el futuro, buenoquien quiera ponerse en contacto conmigo bienvenido sea