La esquina más bonita de Münster es redonda, como dice un dicho sobre Erbdrostenhof, un un noble palacio construido con estilo barroco por el arquitecto Johann Conrad Schlaun. Aquí, donde Richard Serra puso veinticuatro toneladas de acero en 1987 Andreas Siekmann ha encontrado el escenario ideal para su escultura de protesta. Como se desprende del subtítulo de la obra –El espacio público en la era de la privatización– no es una hitoria corta. Desde 1998, los centros de las ciudades en Alemania han sido invadidos por un ejército de figuras de plástico y referenciadas como «arte urbano» por los especialistas de márquetin de la ciudad. Ahora presentadas en seiscientas ciudades y municipios en Alemania, estas figuras de plástico sirven supuestamente como hitos distintivos y comportan una imagen desenfadada. Pero en realidad son testigos mudos de una amplia transformación económica, en la que muchas áreas de la vida pública han sido vendidas a los inversores privados.
De hecho, el espacio urbano ha sido puesto a la venta. Para skulptur projekte münster 07, Siekmann ha tomado treinta de esas figuras, poniéndolas en un compactador, y usado el deshecho resultante para crear una gran esfera que está poniendo, junto con el propio compactador en frente del Erbdrostenhof. Es n comentario mordaz sobre la teoría «trickle down» [goteo] de Adam Smith, que sostiene que una gran salud, incluso si está concentrada en las manos de unos pocos goteará hacia los segmentos más bajos de la sociedad trayendo prosperidad a todos. Trasladar el proceso económico en simples imágenes es casi imposible, pero Siekmann lo hace exitosamente con su lenguaje visual tipificado, similar a pictogramas. Con estas imágenes, que abarcan el compactador y un friso que adorna el patio interior el artista invoca a los actores económicos del tribunal del arte. Éste trabajo, y la totalidad de la obra de Siekmann, ilustra las relaciones de poder que raramente se ponen a la vista.
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