Extractos de Boris Groys, Art Power (MIT Press: 2008)
«El arte se vuelve políticamente eficaz sólo cuando se realiza fuera del mercado del arte, en el contexto de la propaganda política directa»
«Por supuesto, uno puede fácilmente argumentar que el arte sería simplemente el diseño de propaganda…. Los artistas estarían haciendo publicidad de una meta ideológica determinada y subordinando su arte a este objetivo. Pero ¿qué es, en realidad, este objetivo en sí mismo? Toda ideología se basa en una «visión», en una cierta imagen del futuro, ya sea una imagen del paraíso, de la sociedad comunista, o de la revolución permanente. Y esto es lo que señala la diferencia fundamental entre los productos del mercado y la propaganda política. Que el mercado opera por una «mano invisible» no es más que una oscura sospecha, en realidad el mercado hace circular imágenes, pero no tiene una imagen propia. Por el contrario, el poder de una ideología es siempre el poder de una visión. Y esto significa que al servir a una ideología política o religiosa, un artista también sirve al arte. Es por eso que un artista también puede desafiar a un régimen basado en una visión ideológica de una manera mucho más eficaz que al mercado del arte. Un artista trabaja en el mismo territorio que la ideología»
«El arte se vuelve políticamente eficaz sólo cuando se realiza fuera del mercado del arte, en el contexto de la propaganda política directa»
… y a su vez, la propaganda política directa se vuelve políticamente eficaz sólo cuando se realiza de forma artística.
Lo interesante es hacer arte en la política (dotando de una estética a sus mensajes) y política en el arte (suministrando ideología y radicalizando la obra). Es una relación mutua transversal.