Arte y diseño

Este texto es una respuesta a una cadena de mensajes cruzados en la lista de correo de www.e451.net (con motivo de la preparación de una clase de diseño para los estudiantes de Bellas Artes en la UEM) y aborda la cuestión ontológica del arte y el diseño a partir de una conocida entrevista con Joan Costa. Aunque se hacen referencias explícitas a los mensajes de Saioa Olmo, Miguel Vagalume, José María Cerezo y Álvaro Sobrino, puede leerse de forma independiente.


Lo primero para la delimitación de las categorías es considerar que éstas no existen objetivamente y que son las personas quienes las definen. La definición puede ser distinta dependiendo de dónde venga por lo que es importante, si no imprescindible, comprender los intereses de cada fuente en su labor taxonómica.
Lo segundo es aceptar que tales categorías se utilizan y que su utilidad es indiscutible en nuestra vida cotidiana. Por tanto, aunque no poseen existencia objetiva sí existen en una subjetividad consensuada.
Lo tercero es comprender que la definición de cualquier sistema complejo, como lo es el arte y el diseño, está sujeta a la fractalidad de sus límites (fenómeno que paso a explicar).
El desarrollador, descubridor o inventor, como quieran, de la geometría fractal, Benoit Mandelbrot, explica el concepto planteando el problema de la medición del litoral, la línea imaginaria que separa la tierra del mar (¿Cuánto mide la costa de Bretaña?) Si observamos el límite de la costa desde un satélite obtenemos una línea determinada, pero si nos acercamos observaremos con más detalle que esa línea adquiere rugosidades que desde más lejos no percibíamos. Si nos acercamos más aún, aparecen otros detalles y rugosidades. Esta operación puede repetirse indefinidamente, por lo que la definición exacta del litoral parece inalcanzable. Así, la costa está compuesta de fracciones (fragmentos) que pueden dividirse hasta el infinito, de ahí el término fractal.
Manderblot resolvió matemáticamente el problema introduciendo la recursividad en los algoritmos(1) que definen las formas de los objetos en la naturaleza y desde entonces la geometría fractal es capaz de describir cosas inalcanzables para la geometría euclidiana. Nubes, árboles, texturas, sistemas de distribución… Su aplicación en distintos campos del conocimiento ha supuesto enormes avances (no es momento para detenerse en este tema).
Un sistema(2) complejo(3), abreviando, es aquel que cumple los principios de recursividad(4), dialógico(5) y hologramático(6). Primero señalar que la fractalidad, como hemos visto, se deriva de la recursividad y que, por tanto, un sistema complejo, al ser recursivo, sólo puede delimitarse fractalmente. Luego pondré un ejemplo comprensible de la fractalidad de los límites al relacionar la definición del arte con la del diseño.
Señalar también que todo signo deviene en sistema complejo desde el momento en el que se introduce la noción de referente y referencia(7) y que de lo que aquí se trata es de delimitar el arte y el diseño, que viene a ser lo mismo que delimitar el signo /arte/ o el signo /diseño/.
En cuarto lugar, los intentos para definir arte y diseño que se han abordado en la lista de correo apuntan diferencias o convergencias puntuales, pero no describen la totalidad del sistema «arte» o el sistema «diseño». Saioa Olmo se acerca al apuntar: «lo que sí existe bien diferenciado (aunque se hagan intentos por trabajar de manera transversal) es el sistema del arte, y el sistema de diseño (redes de contactos, mercantilización relación con el público/cliente/consumidor», aunque, apunto yo, esto no es estrictamente el sistema diseño, que también englobaría el método, los intereses, el conocimiento, la práctica y todas sus particularidades. Lo que Saioa señala como «sitema diseño» es meramente el sistema que legitima el diseño (desde el ámbito profesional), de la misma manera que para la legitimación del arte intervienen la crítica, los museos, institciones, el público, las galerías y el mercado.
Es interesante cómo Saioa(8), procedente del ámbito del arte, prefiere definir el diseño como «arte aplicado», idea que produce urticaria a cualquier diseñador gráfico, como hemos podido comprobar en la respuesta de José M¬™ Cerezo(9). El mismo rechazo tiene un diseñador por la expresión «arte aplicado» para definir diseño que un artista tendría por la expresión «diseño liberado» para definir el arte(10).
La forma de abordar la delimitación entre arte y diseño pasa, según Costa, por establecer sus diferencias pues «lo que define nuestra identidad como individuos únicos e irrepetibles no es lo que tenemos en común, sino justo lo que nos es propio psicológica y culturalmente».
A continuación Costa ofrece dos diferencias fundamentales entre arte y diseño que nos conducirán inevitablemente a situaciones paradójicas.
1) Lo esencial es que el arte se hace preguntas y el diseño soluciona problemas.
2) El cliente [del diseñador] (quien le paga) le impone el objetivo, el fin, la función de lo que ha de hacer e incluso lo que debe conseguir.
La primera proposición está desarrollada más ampliamente en su entrevista incidiendo especialmente en la funcionalidad del diseño y la libertad del artista. Sin embargo estas dos aseveraciones presentan tal número de excepciones que es difícil suscribirlas.
En la primera proposición, como ha dicho Álvaro Sobrino(11), la intención de solucionar problemas no es exclusiva del diseñador sino que también está presente de muchas formas en la práctica del arte. De hecho, la misma acción de plantear una pregunta es en sí un problema funcional que el artista debe resolver. La recursividad entre los extremos planteados «formular preguntas» en lugar de «resolver problemas» evidencia la fractalidad en la delimitación de las disciplinas.
En la segunda proposición observamos el mismo fenómeno. Por una parte la influencia de las fuentes de financiación son determinantes a la hora de configurar los objetivos del trabajo de un artista y se dan casos muy distintos de condicionamientos directos e indirectos, ya venga el dinero de coleccionistas privados, instituciones u otras fuentes.
Por otro lado, gran parte de la práctica del diseño, desde el punto de vista de la libertad de trabajo, se encuentra exactamente en el mismo lugar que la practica artística. Muchos de los trabajos propuestos en carteles, portadas de libros, de discos y en especial en una gran parte del diseño publicitario presentan desarrollos conceptuales totalmente ajenos a los objetivos funcionales que se presuponen en un trabajo de diseño. Es una consecuencia directa del impulso que la economía de la atención ha cobrado en nuestro tiempo ya que el objetivo de este tipo de actuación es meramente la seducción(12).
Así queda explicado cómo se dan situaciones contrarias a las señas de identidad que propone Costa para ambas disciplinas en relación con la libertad de actuación, tanto en un sentido (el diseñador es libre) como en el otro (el artista está condicionado), lo que plantea de nuevo la relación recursiva o delimitada fractalmente entre las dos disciplinas (si las observamos desde la perspectiva de la libertad de actuación). Igual que aparecen nuevos detalles a medida que nos acercamos a la costa de Bretaña, aparecen nuevos detalles a medida que tratamos de delimitar con mayor precisión la frontera entre arte y diseño.
Hasta aquí hemos visto cómo la delimitación ente las disciplinas no se puede hacer de manera convencional. Las diferencias entre ambas son en realidad similitudes y no se pueden definir las disciplinas solamente con sus diferencias (dimensión dialógica). En tanto que sistema complejo también hacen falta las similitudes (dimensión hologramática) y la relación entre los dos extremos (recursividad).
Ésta es mi impresión de por qué hasta el momento no se ha conseguido una delimitación satisfactoria. Queda lo más difícil.
—————–
1) Por ejemplo n = 2n donde 2n = 2(n2) y 2(2n) = 2(2(2n)) y así sucesivamente. Es decir, n se contiene a sí misma dos veces.
2) Las definiciones de sistema no son necesarias para la argumentación, pero pueden considerarse, si se quiere, la de Ferdinand de Saussure (1931) «Sistema es una totalidad organizada, hecha de elementos solidarios que no pueden ser definidos más que los unos con relación a los otros en función de su lugar en esa totalidad» o la de Mario Bunge que describe composición, entorno e interrelación «Sistema Σ es una terna ordenada [C(Σ), E(Σ), S(Σ)] en la que: 1) C(Σ) (composición de Σ) representa el conjunto de partes de Σ. 2) E(Σ) (entorno o medioambiente de Σ es el conjunto de aquellos elementos que, sin pertenecer a C(Σ), actúan sobre sus componentes o están sometidos a su influencia. 3) S(Σ) (estructura de Σ) es el conjunto de relaciones y vínculos de los elementos de C(Σ) entre sí o bien con los miembros del entorno E(Σ)
3) La acepción de «complejidad» puede entenderse de dos formas, una en su sentido lato, sinónimo de «complicación» o en su sentido estricto, el utilizado en las ciencias de la complejidad y el adoptado en este texto.
4) Cada parte del sistema se contiene a sí misma.
5) En un mismo sistema coexisten diferentes lógicas excluyentes.
6) Cada parte del sistema contiene la totalidad del mismo.
7) Respecto a la complejidad del signo: Ogden y Richard, de forma similar a Peirce, introducen la noción de referencia y referente para definir la función simbólica. Ejemplo: el signo /perro/ tiene su referencia (el conjunto de todos los perros) y su referente (un perro en concreto). Así, el conjunto de todos los perros, en constante evolución, modifica constantemente a su referente (un perro en concreto) que a su vez forma parte de la referencia (el conjunto de todos los perros, estableciendo así una relación recursiva entre su dimensión hologramática u holística (el conjunto de todos los perros y aquello que los hace iguales) y su dimensión dialógica (cada perro individualmente con sus diferencias ya que no hay ninguno igual). Esta es mi interpretación de la función simbólica desde el paradigma complejo.
8) Saioa Olmo: «Yo les diría que las disciplinas son una entelequia para poder organizar el mundo en nuestra cabeza de una manera sencilla. Que no existe el arte, sino las artes y que el diseño es un arte aplicada. Que no es más o menos arte porque tenga formato de cuadro, formato gráfico, textil, espacial o de experiencia. Que será más o menos artístico en función de lo que transmita, en función de la visión sobre el entorno que se desprenda de él, si permite mirar y aproximarnos a la realidad de una manera alternativa a la que se suele dar.» http://e451.net/pipermail/451-lista_e451.net/2008-April/001021.html.
9) José Mª Cerezo: «Yo les diría todo lo contrario. Que el arte es el arte, el diseño es el diseño, la veterinaria es la veterinaria, la publicidad es la publicidad, etcétera. Que existen las artes, pero que es un residuo lingüístico: bellas artes, artes marciales, artes de la guerra, artes de pesca, arte culinario. Que destierren de sus vidas la palabra arte si se quieren dedicar al diseño». http://e451.net/pipermail/451-lista_e451.net/2008-April/001023.html
10) Costa tiene un texto que, en la misma dirección, rechaza la expresión artes decorativas en aplicación al diseño: http://www.foroalfa.com/A.php/Cuando_el_arte_sirve_para_____deja_de_ser_arte/64 Además apunta lo mismo que Cerezo en la misma entrevista que estoy considerando en este texto: –«Lo artístico» no es el arte. Leonardo, Van Gogh o Picasso no son «artísticos». El adjetivo «artístico» está ligado al acto de la creación. Pero estamos hablando de sustantivos y con mayúscula: Arte y Diseño. Desconfía del adjetivo «artístico» cuando se aplica a algo que no es arte. Pero desconfía también del «diseño» como adjetivo: muebles de diseño, ropa de diseño, peluquerías de diseño o drogas de diseño.
11) «Exacto. La mejor definición que conozco de «diseñador»: Diseñador: Profesional capaz de encontrar un problema para cada solución» Álvaro Sobrino en: http://e451.net/pipermail/451-lista_e451.net/2008-April/001027.html
12) Este párrafo trata de dar respuesta a la inquietud manifestada por Miguel Vagalume: «me parece el colmo que alguien pueda pensar en «expresarse» usando el soporte de la marca y el dinero del cliente». Es evidente que a menudo, cada vez más y en virtud de una economía de las ideas donde el bien escaso es la atención, este tipo de trabajo expresivo y personal en el que predomina la subjetividad del diseñador, es demandado por el mismo cliente y no supone una injerencia en sus objetivos de comunicación.

2 responses to “Arte y diseño

  1. ahora que lo tengo aquí, comentar que a lo que me refiero con «expresarse con la marca y el dinero del cliente» no es a los casos en los que el cliente busca una determinada estética, sino cuando se olvidan los objetivos del briefing y se intenta que el cliente acepte algo sin ninguna justificación teórica. Algo no tan poco común.

Responder a miguel vagalume Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *