Si en algo coindicen las figuras de Salvador Dalí y Andy Warhol es en elevar a categoría estética su propio personaje. Es más, en el caso de Dalí, a mi juicio, el personaje supera con creces la obra.
También coincidian en su obsesión por el dinero, recordemos el pasaje de la «Vida secreta de Dalí» donde éste relata su conversión mística al negocio cuando achuchado por penurias económicas acude a una cueva de Cadaqués y tras masturbarse allí, ve el semen en su mano como una dorada moneda, jurando en ese momento (al más puro estilo de Scarlet O´Hara) que nunca más tendría escasez de dinero.
Qué decir de Warhol, en este aspecto, ya dijo claramente que mejor que ver obras de arte colgadas de las paredes sería que se exhibieran los fajos de billetes que costaban esas mismas obras.
No es de extrañar que entre sus actividades laborales estuvieran los anuncios para la TV:
Warhol en un anuncio Japonés de TDK. «Aka… Midori… Ao… Gunzyouiro…Kirei!» Rojo, verde, azul, ultramarino, bello, para grabar.
A Warhol le gusta volar en Braniff Airlines… y a Sonny Liston, el campeón de boxeo.
Y a Dalí! (con Whitey Ford , la estrella del beisbol).
Artistas y deportistas, artistas de la pista… que buena la campaña de Braniff!