Cuando empecé a dibujar mis locuras no tenía límites. Había una cultura popular muy rígida y luego estaba esta especie de anarquía de los sesenta a la que me sumé a mi manera. Más adelante, los movimientos de izquierdas se inventaron la corrección política. No puedes decir esto porque es sexista, racista, bla, bla, bla. Tienes que aprender a vivir con ello para seguir trabajando. Gente que en los sesenta estaba conmigo empezó a criticar mi trabajo diez años después. En los sesenta teníamos menos complejos, la cultura hippy era muy abierta y experimental. Luego todo cambió, se dieron cuenta de que aquello no era posible y empezaron a escuchar a nuestros padres, que creían que no podíamos tirarlo todo por la borda. Eso de que todo el mundo se podía acostar con todo el mundo no funcionó. Tenía que haber algunos parámetros, un mínimo orden. Aprendimos que no podías llegar y simplemente follarte a cualquiera, no funciona así. Nos llevó algunos años darnos cuenta.
Robert Crumb en esta entrevista