Muy bueno el vídeo.
Respecto al título del post, cualquier afirmación sobre la bondad de una cosa u otra (en este caso, el comunismo) podría dar lugar a un interminable debate bizantino, pero en lo referente a la estupidez del cristianismo la cosa cambia, ya que la anterior constituye, bajo cualquier prisma, un aseveración empíricamente cierta.
Si, el cristianismo es estúpido, sus dirigentes unos listos y la imaginería que despliegan, una sucesión de horteradas.
CRETINISMO:
El bocio hipotiroideo ha sido tradicionalmente una enfermedad endémica de los valles altos, debido al aporte insuficiente de yodo y otros factores asociados al aislamiento, como la alimentación escasa, la consanguinidad, la pobreza y la falta de higiene. En 1922, tras un viaje por las Hurdes en compañía del rey Alfonso XIII, Gregorio Marañón escribía en La Medicina Ibérica que “en las alquerías míseras de las alturas, el 50% de las mujeres eran portadoras de bocios desarrollados”. Igualmente frecuente ha sido esta endemia en las principales cordilleras del mundo, desde los pueblos andinos de Suramérica hasta los Pirineos, el Himalaya o los valles alpinos de Suiza.
Me interesa destacar esto último porque el nombre científico actual de la idiocia hipotiroidea deriva precisamente del apelativo que los montañeses del Valés otorgaban a quienes padecían esta grave enfermedad: crétin, variante dialectal suiza del francés chrétien (cristiano). Cuando, en 1784, los médicos franceses acuñaron el término crétinisme, la ciencia gala brillaba en su máximo esplendor, por lo que el término no tardó en pasar a otros idiomas europeos, y antes de terminar el siglo XVIII se registran ya cretinismo y cretino en español, cretinism y cretin en inglés, Kretinismus y Kretin en alemán.
Pero, ¿por qué a esos rudos aldeanos suizos se les ocurrió llamar ‘cristianos’ a los cretinos? Es difícil saberlo con certeza, pero se me ocurren tres explicaciones posibles para este aparentemente herético proceder.
1. Los cretinos eran enanos de extremidades cortas y torcidas; boca abierta y babeante, que dejaba ver una gruesa lengua; vientre abultado; piel seca, ictérica y sucia; ojos pequeños y estrábicos; cuello desfigurado por el bocio; diversas deformidades óseas, y, por si fuera poco, oligofrénicos profundos. Este aspecto monstruoso haría, sin duda, que el cretino fuera percibido por sus paisanos como algo en cierto modo próximo a un animal. Y es posible que, refiriéndose a él, sus familiares utilizaran el término cristiano en el sentido de persona —como oposición a animal—, que todavía conserva en castellano cuando decimos “no se ve un cristiano” o “cualquier cristiano”.
2. El cretino, debido a su propia idiotez, era incapaz de cometer pecados y sería, por lo tanto, un buen cristiano. Bondad e idiotez son, en efecto, dos conceptos que a menudo confundimos: “Juan es tan bueno que parece tonto”. El diccionario académico, sin ir más lejos, define bendito como “persona sencilla y de pocos alcances”, e inocente como “cándido, sin malicia, fácil de engañar” o “ignorante, que desconoce una cosa”.
3. Lo más probable es que, a la vista de uno de estos niños, sus paisanos, compadecidos, dejaran escapar un piadoso crétin!, en el sentido de pauvre chrétien! (¡pobre cristiano!, ¡pobre hombre!). En español, cristiano carece de tal acepción, pero sí tenemos un buen ejemplo análogo que nos puede ayudar a entender este desplazamiento semántico. Me estoy refiriendo a la palabra sandio, que deriva de la exclamación piadosa medieval sancte Deus (¡santo Dios!, ¡Dios santo!, ¡Dios mío!) y significa tonto o majadero; de ahí que llamemos sandeces a las acciones o dichos propios de un sandio.
Fuente: http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2013/01/09/cretinismo/
El comunismo tiene una base ideológica fuertemente influenciada por el cristianismo (de Cristo, no de la cobertura crocante y dorada que lo rodea)
Muy bueno el vídeo.
Respecto al título del post, cualquier afirmación sobre la bondad de una cosa u otra (en este caso, el comunismo) podría dar lugar a un interminable debate bizantino, pero en lo referente a la estupidez del cristianismo la cosa cambia, ya que la anterior constituye, bajo cualquier prisma, un aseveración empíricamente cierta.
Si, el cristianismo es estúpido, sus dirigentes unos listos y la imaginería que despliegan, una sucesión de horteradas.
El titulo del post, es basicamente lo que dice la «canción», para más info de por qué se dice no hay más que leer el link al que lleva el texto
No todaz la personah savemos escrivir ho ablar Hinjles i el Español tb es mazo complikado
sutitulos porfabor
CRETINISMO:
El bocio hipotiroideo ha sido tradicionalmente una enfermedad endémica de los valles altos, debido al aporte insuficiente de yodo y otros factores asociados al aislamiento, como la alimentación escasa, la consanguinidad, la pobreza y la falta de higiene. En 1922, tras un viaje por las Hurdes en compañía del rey Alfonso XIII, Gregorio Marañón escribía en La Medicina Ibérica que “en las alquerías míseras de las alturas, el 50% de las mujeres eran portadoras de bocios desarrollados”. Igualmente frecuente ha sido esta endemia en las principales cordilleras del mundo, desde los pueblos andinos de Suramérica hasta los Pirineos, el Himalaya o los valles alpinos de Suiza.
Me interesa destacar esto último porque el nombre científico actual de la idiocia hipotiroidea deriva precisamente del apelativo que los montañeses del Valés otorgaban a quienes padecían esta grave enfermedad: crétin, variante dialectal suiza del francés chrétien (cristiano). Cuando, en 1784, los médicos franceses acuñaron el término crétinisme, la ciencia gala brillaba en su máximo esplendor, por lo que el término no tardó en pasar a otros idiomas europeos, y antes de terminar el siglo XVIII se registran ya cretinismo y cretino en español, cretinism y cretin en inglés, Kretinismus y Kretin en alemán.
Pero, ¿por qué a esos rudos aldeanos suizos se les ocurrió llamar ‘cristianos’ a los cretinos? Es difícil saberlo con certeza, pero se me ocurren tres explicaciones posibles para este aparentemente herético proceder.
1. Los cretinos eran enanos de extremidades cortas y torcidas; boca abierta y babeante, que dejaba ver una gruesa lengua; vientre abultado; piel seca, ictérica y sucia; ojos pequeños y estrábicos; cuello desfigurado por el bocio; diversas deformidades óseas, y, por si fuera poco, oligofrénicos profundos. Este aspecto monstruoso haría, sin duda, que el cretino fuera percibido por sus paisanos como algo en cierto modo próximo a un animal. Y es posible que, refiriéndose a él, sus familiares utilizaran el término cristiano en el sentido de persona —como oposición a animal—, que todavía conserva en castellano cuando decimos “no se ve un cristiano” o “cualquier cristiano”.
2. El cretino, debido a su propia idiotez, era incapaz de cometer pecados y sería, por lo tanto, un buen cristiano. Bondad e idiotez son, en efecto, dos conceptos que a menudo confundimos: “Juan es tan bueno que parece tonto”. El diccionario académico, sin ir más lejos, define bendito como “persona sencilla y de pocos alcances”, e inocente como “cándido, sin malicia, fácil de engañar” o “ignorante, que desconoce una cosa”.
3. Lo más probable es que, a la vista de uno de estos niños, sus paisanos, compadecidos, dejaran escapar un piadoso crétin!, en el sentido de pauvre chrétien! (¡pobre cristiano!, ¡pobre hombre!). En español, cristiano carece de tal acepción, pero sí tenemos un buen ejemplo análogo que nos puede ayudar a entender este desplazamiento semántico. Me estoy refiriendo a la palabra sandio, que deriva de la exclamación piadosa medieval sancte Deus (¡santo Dios!, ¡Dios santo!, ¡Dios mío!) y significa tonto o majadero; de ahí que llamemos sandeces a las acciones o dichos propios de un sandio.
Fuente: http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2013/01/09/cretinismo/