España en la Bienal de Venecia: Pabellón Cerrado versus Pabellón Abierto.

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Como ya sabrán ustedes, queridos lectores, «Lo inadecuado» es el titulo del proyecto con el que la artista Dora García representará a España en la próxima edición de la Bienal de Venecia, consistente, a «grosso modo», en abrir el pabellón a muchos otros artistas de muy distintas nacionalidades. Como ella misma ha dicho, se trata de una reacción ante su incomodidad con la idea anácrónica del «pabellón nacional».
Los invitados por la artista, a lo largo de la duración de la bienal irán dando contenido al pabellón, en una suerte de performance continuada.


«Lo inadecuado» se nos presenta como un ejercicio de cuestionamiento de los mecanismos de representación de los estados nación a través del arte. Algo que estas alturas toda persona con dos dedos de frente y un mínimo de actitud crítica, o que al menos no sienta la imperiosa necesidad de lamer la mano que le da de comer, se plantea. Por primera vez alguien se atreve a dialogar con el pabellón planteado por Santiago Sierra. Si Sierra en su momento cerraba el pabellón y solo se podía acceder con pasaporte español, cuestionando las políticas migratorias del mundo real frente a la necesidad de propaganda en el ámbito simbólico del arte por parte de los estados, ahora Dora García sigue por la misma senda anteriormente trazada pero con una táctica totalmente opuesta, frente al «cerrado» de Sierra se plantea lo «abierto». Frente al aquí no pasa nadie, ahora tenemos las puertas abiertas (bueno tampoco tanto, se abrirá a aquellos con la debida legitimación que aportaran los comisarios «subcontratados» por la artista, otro tipo de pasaporte).
De repente entre la propuesta de Sierra y la actual de Dora García se revela la falta de nervio de los pabellones españoles que tuvieron lugar entre ambos, destacando la aberración de Barceló concedida por los servicios prestados al gobierno socialista. Por fin, el artista elegido recoge el testigo de la verdadera discusión contextual que se puede dar en Venecia: la obsolescencia de los pabellones nacionales y más allá, la crítica al estado.
A la espera de ver que acontece en el pabellón tendríamos que valorar finalmente si el proyecto realmente será «inadecuado» para los patrocinadores o si no se entenderá nada en absoluto deviniendo en decoración conceptual adecuada para los gustos hegemónicos.

7 responses to “España en la Bienal de Venecia: Pabellón Cerrado versus Pabellón Abierto.

  1. Las declaraciones de Dora García son para salir corriendo. No es nada seria esa pretensión paleta y cosmopolítica. ¿Cómo que el arte no ha de entenderse en absoluto? ¿Quiere decir que no puede comprenderse si no va acompañada de un contexto. A su obra le pasa lo que a otros artistas empeñados en utilizar el libro como soporte. Sólo leen las tapas. La literatura es otra cosa más seria. Eso de abrir el pabellón con sus amigos está muy bien, pero al arte hay que pedirle al menos un espíritu crítico. Lo de esa entrevista no hace más que rescatar la vieja idea de que el arte debe ser neutralizado y dedicarse a exponer ciertas ideas melifluas. El resultado sigue siendo que las políticas socialistas, en relación a sus representantes bienalísticos, son bastante deplorables. Lo mejor es que al menos hace honor a su título: es bastante inadecuado, flojo, superficial, etc. Y eso que aún no hemos visto lo que se habrá organizado en semejante batiburrillo. Su obra ha quedado notablemente hundida.

  2. Parece evidente que esta opinión (la del post) se excede por completo en su interpretación. El pabellón que plantea Dora García no tiene en absoluto que ver con el de Sierra según queda claro en la entrevista, allí no sólo explica que su pieza tiene poco que ver con el ambiente de la bienal sino que es un paso lógico en su trabajo que hubiera realizado de cualquier manera, en el contexto de la bienal o no. Así que estas dudas acerca de la coherencia de su trabajo como un planteamiento abierto también parecen estar de más, esto no es un planteamiento abierto como se nos dice en el post, sino una coral en grupo como explica García. Las dudas parecen responder a una estrecha vara de medir que sólo atiende a los criterios que establece Santiago Sierra.
    En cuanto a mi opinión acerca de qué pasa si esta pieza no se entiende en absoluto. Tanto mejor. Evidenciaría el ritmo acelerado del espectáculo frente a otro más lento. El primer error parece plantear cosas bienalísticas en las bienales, de esta manera sólo se verá lo que se quiere y espera ver, es decir nada.

  3. Querido amigo
    Cualquier interpretación es un exceso.
    En El País podiamos leer esto: «Su intervención, dice Dora García, no pierde de vista el carácter anacrónico de la Bienal de Venecia. ¿Tiene sentido en 2011? «Hubo la época en que no lo tenía y ahora es tan anacrónico que lo vuelve a tener. Es como una novela futurista que se ha quedado vieja, como Flash Gordon. Su defecto es su virtud. Las representaciones nacionales son algo que pertenecen a otra época, algo que debió desaparecer hace ya mucho tiempo pero que vuelven a tener interés, como una especie de fósil».
    Si el anacronismo tiene sentido ahora, más alla de porque sirva para justificar porque se participa de tal, es por la posibilidad de cuestionamiento que el modelo ofrece.
    En este sentido las varas de medir no las aplican los artistas sino más bien el campo de discusión y reflexión que plantea un determinado contexto, que tiene su historia
    Lo de que el primer error es plantear cosas bienalistas en una bienal, denota dos cosas:
    a-desconocimiento de las bienales (lo que estandariza es el modelo no los contenidos)
    b- La vana presunción de que se pueden hacer cosas no bienalisticas en una bienal (si están lo son)
    En cuanto a la defensa del elitismo hermetico que haces, simplemente responder que los tiempos no estan para tibiezas en las que se enfangan la mayoria de las veces el arte y los artistas contemporáneos. El sinsentido ya esta ahí de por si, que menos que buscar un sentido «otro».

  4. Se me olvidaba, el Pabellón de Sierra no estaba cerrado (se podia acceder con el pasaporte español), en el mismo sentido el de Dora García no está abierto (se necesita una invitación). Pero tomando un poquito de distancia si que ambos pabellones pueden responder a lo cerrado y lo abierto. En el primero se tapia, en el segundo otros artistas, en principio no invitados por el comisario seleccionador, entran.

  5. Hay que ser verdaderamente ingenuo para pensar que una obra de arte se mantiene en un hermetismo cerrado y oscuro, profundo y sólo para iniciados. Esa es una farsa también antigua. Cuando alguien pone algo en un sitio, sabe a lo que se expone. Y no creo que un planteamiento tan narcisístico como es el caso de Dora García pueda ser incomprendido. No se trata de depender de Santiago Sierra. Es que después de su intervención todo lo que ha ido desvelándose en ese pabellón corresponde precisamente a lo más antibienalista. Si se quiere modificar la bienal lo más oportuno es no acudir. Y respecto a lo de que «ver lo que se espera» sea nada es otra falacia. Uno siempre espera que el arte tenga un sentido y por tanto se entienda. Aquí permitidme que diga que Dora García ha patinado bastante y no pasa nada. Total, es una bienal.

  6. me la suda Dora Garcia pero te digo una cosa Lopez Cotilla la bianal de Venecia es un encuentro para maricones y putas. El arte es un refugio para caraduras y trepas. Ahi estamos

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