Fotografía de Marina Abramovic parcialmente ocultada de izquierda a derecha por el anterior ministro de Cultura, César Antonio Molina, la Reina, Leire Pajín, el Rey, Lourdes Fernández directora de Arco y Gallardón.
Esto no se si es siquiera una noticia. Parecía que los galeristas estaban dispuestos a dar plantón a la nueva edición de ARCO en bloque, ya que no estaban de acuerdo con las injerencias de IFEMA (propietaria de la feria) en las labores del comité de selección.
Pero finalmente en una reunión que tuvo lugar ayer decidieron por unanimidad acudir bajo una serie de condiciones, fundamentalmente que el comité de selección recupere su función ejecutiva. Y es que a los galeristas no les sentó nada bien que el presidente de IFEMA, Luis Eduardo Cortés, empezara incluir a galerias cuya actividad principal son las antiguedades. Ante la protesta de la asociación de galerias de arte contemporáneo, Luis Eduardo Cortés dijo que habia un centenar de galerias esperando entrar a la feria (cosa que también les debió de sentar como un tiro a los comercientes del arte de nuestro país, aunque este es un argumento que conocen bien, ya que cuando les sale algún artista «díscolo» siempre acaban diciendo eso de «tengo mil artistas esperando para sustituirte a tí y a todos los otros de la cuadra»).
En fin, que este año también tendremos sobredosis de arte contemporáneo en los medios durante cuatro días, una nuevo ladrillo para apuntalar esa imagen de que arte contemporáneo, glamour y dinero son la misma cosa y un nuevo e indigesto puré de mercado y experiencia artística.
Que lo pasen ustedes bien.
Arco es una cosa bastante aburrida. Qué pena que no metieran las antigüedades, habría sido divertido encontrar fotos de Marina Abramovic o algún bodrio de Damien Hirst, junto a una vánitas del XVII o una mesa camilla de la abuela.