El periodista Eduardo Martín de Pozuelo investiga los lazos que unen al régimen de Franco con el nazismo y cómo su negativa a acoger a los judíos españoles convierten al dictador español en una figura clave que empujó a miles de personas a la muerte en los campos de exterminio.
Desde el año 2005, el periodista ha tenido acceso a documentos desclasificados norteamericanos, ingleses y españoles que atestiguan esa relación que ha plasmado ahora en su libro El franquismo, cómplice del Holocausto.
¿Cuál es la aportación de este libro a la relación entre el franquismo y el nazismo?
Yo el convencimiento que tengo, y que creo que puede extraer el lector de este libro de ensayo, es que la España de Franco no fue fascista, sobre todo la de la posguerra, fue nazi. España fue nazificada profundamente, hasta tal punto que fue un apéndice del Tercer Reich…
¿Incluso después de la caída del nazismo?
Incluso, después. Una cosa es que Franco haga un doble juego y se vea obligado a apoyar la carta aliada, todo ello por una cuestión política y es que los aliados le tienen más miedo a Stalin que a Franco, y ante el miedo a que se instaure un gobierno comunista dicen, pues que se quede el dictador. Pero eso es lo que superficialmente vemos, pero subterráneamente lo que ocurre es que la verdadera alianza, que ha sido con el Tercer Reich permanece y se protege, lo que deja un fondo ideológico tremendo. Mira, te pongo un ejemplo, se mantiene el control de la prensa, un control que viene conducido y establecido por 150 especialistas que le manda Goebbels durante la Segunda Guerra Mundial. Toda esta ideología de cómo controlar las cosas, este quehacer franquista, se ve ahora desde la óptica de toda la documentación, vemos que le hemos llamado fascista y en verdad era más nacionalsocialista.
Y dentro de ese aparato del franquismo, ¿era Serrano Súñer el enlace con Alemania?
El más nazi de todo la cúpula del Consejo de Ministro era él, nunca lo ocultó, y sale de la escena con bastante rapidez. Sin embargo gente que aparece como anglófilo como Gómez Jordana y otros ministros de Asuntos Exteriores de Franco, que aparecen mucho más moderados en su nazismo, sin embargo en la documentación que he encontrado, son los que firman los pactos con los nazis más intensos y más cercanos.
¿Esta documentación va a hacer sonrojar a mucha gente?
Esta documentación me ha sorprendido. Por ejemplo, la gente de mi generación estudió que Franco en la reunión en Hendaya, le sacó los colores a Hitler. Y ahora que he tenido acceso al acta escrita por los alemanes y donde se ve punto por punto que fue al revés. Franco salió muy mal de la reunión, firmó la entrada en la Segunda Guerra Mundial y encima hay una carta al día siguiente de Serrano Súñer a Von Ribbentrop en la que le dice que se sentían muy dolidos por lo mal que había ido la reunión porque Hitler no había cedido a ciertas cuestiones que Franco le ponía sobre la mesa como era quedarse con el norte de África y a las que Hitler no accedió. Nos han contado la historia al revés.
Algo que ya sospechábamos…
Sí, nuestras sospechas estaban fundadas. Además, yo creo que la clave que aporto en el libro es que la proximidad al nazismo fue tan intensa que llegó a haber un eje Roma-Berlín-Madrid. Nosotros en la Guerra Mundial fuimos neutrales formalmente, pero hubo acción de guerra encubierta de forma constante
¿Cómo fue la participación de España en esa guerra?
Grande, desde dar la cobertura legal a los espías alemanes para que entrasen en Estados Unidos con pasaporte y nacionalidad española a otros ejemplos como dar logística a submarinistas italianos por parte del ejército español, o el control del Estrecho de Gibraltar. Pero hay más ejemplos, el centro de guerra alemán, que se llamaba el COS, estaba en la calle Bravo Murillo de Madrid, el centro de entrenamiento de espías de los nazis estaba en la Gran Vía de Barcelona, la Gestapo tenía despachos propios en las comisarías de las jefaturas superiores de policías española. No éramos neutros, éramos nazis total.
¿A Hitler le interesaba una España aparentemente neutral?
A Hitler le hubiese interesado más una España más combativa entrando en guerra, pero salíamos de la Guerra Civil, era una España de botijo, burro y alpargarta, con problemas de hambre, con una represión interna muy fuerte. Pero le dio todo el apoyo que quiso y necesitó. Pero lo que yo creo que lo que aporto en este libro es que Franco fue cómplice activo del holocausto.
Explíqueme esto…
Mira, Hitler, en este grado de amistad que te estoy describiendo, llegó a ofrecerle en 1943 a Franco, enviar a todos los spanische Juden (judíos de origen español) a España y el dictador lo rechazó una media docena de veces.
¿Y qué fue de ellos?
Están muertos. Fueron a varios campos de concentración. Pero Franco tuvo en su mano su vida, por eso digo que es cómplice. La Alemania nazi tenía una logística de exterminio y de deportación perfectamente organizada. Había un departamento de asuntos exteriores, que era un departamento de asuntos judíos. Había un funcionario que logró hacer que todos los ferrocarriles fuesen a los campos de exterminio. Él no tenía ninguna dificultad en hacer que esos trenes fueran a Irún y Portbou y hacer que cientos de miles de seres humanos fuesen deportados en España. Franco pudo acogerlos, pudo pedirle ayuda a los aliados, pero Franco se negó.
¿Y cómo reaccionó Alemania?
Cuando vio la negativa, insistió varias veces, pidió informes a sus embajadores porque no entendían esa negativa. Franco lo rechazó, sabiendo por informes que tenía de los embajadores que para esas personas la alternativa era la muerte.
¿Sólo se le ofreció a España?
En esta medida, y según los documentos que yo he visto, un ofrecimiento así, de este calibre y tan documentada, solo fue para España. La cuestión es por qué Franco lo rechazó. Los alemanes se lo preguntan por escrito y él responde que «si son enemigos de Alemania son enemigos de España». Sin embargo, y ahí es donde está la complicidad más alevosa, manda una orden oficial a Berlín en la que le recuerda que los deportados que están saliendo de Bélgica, Luxemburgo, Holanda y Francia, hacia donde tengan que ir, que son los campos de exterminio, son españoles, y por lo tanto sus bienes tienen que quedar bajo custodia de las autoridades españolas, es decir, rechaza a las personas , pero se queda con el dinero. Espero que los herederos de esas víctimas pongan una reclamación contra el estado español y le devolvamos, porque es de justicia, lo que le hemos robado.
Tostado de http://maspublico.com/2012/12/02/franco-era-mas-nazi-que-fascista/
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