¿Cómo puede ser una película un arma política?
-facilitando informaciones que la prensa burguesa escrita y hablada ignora deliberadamente (huelgas locales, despidos, lucha revolucionaria en cualquier país);
-ayudando a analizar los mecanismos del sistema capitalista con el fin de poner de relieve sus contradicciones y de ese modo ayudar a combatirlas;
-popularizando, comprendiendo y extrayendo enseñanzas de todas las formas de lucha revolucionarias, desempeñando en todos esos casos una función crítica y movilizadora.
En consecuencia, es necesario ligar, tanto como sea posible, y en función de las situaciones objetivas y de las posibilidades de acción que éstas implican, esta ruptura ideológica a una práctica militante.
Por eso defendemos:
1) La utilización del cine como arma de lucha política […] y sobre el que los militantes implicados ejerzan un control político tanto en su realización como en su distribución.
2) La utilización del cine como base de intercambios de experiencias políticas; de ahí deriva la necesidad de suscitar tras cada proyección cualesquiera debates que puedan desencadenarse a consecuencia de los problemas concretos que la originaron. Este método debe permitir a los trabajadores orientar otras realizaciones según las necesidades de su lucha y permitir la inclusión en aquéllas de las soluciones propuestas.
3) La utilización y la realización de películas vinculadas a acciones políticas (mítines, manifestaciones, huelgas, etc.)
4) Paralelamente a la difusión de tales películas, una información que las explique, las complete o las provoque.
Estados Generales del Cine, 1968
Ciclo de proyecciones en el MNCARS: La imagen sublevada. Cine anónimo y colectivo en Mayo del 68 (3 – 28 mayo 2018)