UN ART√çCULO DE NUESTRA COLABORADORA EN LONDRES: MÓNICA SÁNCHEZ ARGILÉS
LA «N-WORD» EN LA TELE BRITÁNICA
Hoy me he desayunado con «Sticks and Stones». Uno de esos documentales matutinos que Channel 4 acostumbra a emitir a eso de las 10 de la mañana en Inglaterra. Conducido por el exitoso rapper
Asher D (aka Ashley Walters) ex-miembro del grupo So Solid Crew, el documental de hoy se interesaba por el empleo masivo del término racista «nigger» en el lenguaje cotidiano de los jóvenes y niños de hoy. La ignorancia y la amnesia histórica, el desplazamiento de los significados, las modas, la evolución de los lenguajes, la educación y la disciplina han sido los asuntos tratados.
Dentro de la categoría «learning», Channel 4 dedica las mañanas a un espacio de programas documentales dirigidos especialmente a adolescentes británicos «descarriados». A veces descubriéndoles nuevas posibilidades de trabajo atractivas, relacionadas con el diseño, la música, el arte, la arquitectura, la danza, la interpretación … o incluso la armada, a veces tratando asuntos sociales que les atañen directamente, temas como las bandas callejeras, el «antisocial behaviour», las drogas, la educación, el racismo … Hechos para jóvenes y protagonizados por ellos, estos documentales pretenden erigirse como plataformas mediáticas desde donde otorgar voz a los jóvenes y crear posibilidad de identificación.
En «Sticks and Stones», el rapero negro Asher D acostumbra al empleo indiscriminado de la palabra «nigger» en las letras de sus canciones. Fiel reflejo de lo que ocurre en la realidad social de los colegios, institutos y calles de países anglófonos. Con unos puntos de vista «bien» cimentados en lo que el ídolo de masas piensa que es el signo de su tiempo postmoderno, acostumbrado al multiculturalismo, ajeno a los conflictos históricos y a la lucha de los movimientos de liberación —ya no tanto al racismo—, no entiende por qué debería desterrar la «N word» de su slang cotidiano o de sus canciones.
Un recorrido iniciático por diferentes lugares de Inglaterra, intercambiando opiniones con otros grupos o cantantes de rap, expertos en asustos de racismo, tutores de colegios públicos, niños y adolescentes, acaban por mostrarle que el término en cuestión no está tan desactivado como era de esperar. Descubre el racismo en los colegios públicos donde niños de menos de seis años —blancos, negros, chinos, indios o latinos— se arrojan el término los unos a los otros sin importarles el color de su piel, sólo con el ánimo de provocar daño y exclusión. En Liverpool la directora del Museo Marítimo, se encargó de impartir clases de historia explicando los orígenes del término «nigger», que durante siglos sirvió a los blancos para rebajar a la categoría de animales a los negros esclavos traídos de África. Los expertos en la materia le recuerdan lo peligroso que es lanzar mensajes violentos y racistas en las letras de las canciones dirigidas a jóvenes y adolescentes. Al final del documental el rapero acaba por reconocer la gravedad del asunto y se instala por fin en la duda. ¿Debería seguir empleando el término como hasta ahora sin importarle las implicaciones que los «bienpensantes» le suponen? ¿o debería desecharlo rápidamente ahora que ha despertado al conocimiento histórico y se siente un «role model» para niños y adolescentes? Una vez más la bondadosa tele presiente haber realizado su cometido: «enseñar» a los que no saben y «encarrilar» a los perdidos.
No estoy por la labor de criticar la programación televisiva británica, que comparada con la española o la italiana saldría bastante mejor parada, pero desde unos años a esta parte la apuesta por la distribución de la imagen de la «educación» y la «disciplina» en la tele del Reino Unido se revela obscena. Los «reality shows» con nanis para niños rebeldes, campos reformatorios para adolescentes con piercings, brigadas de limpieza para higienizar y poner orden en los hogares de los ciudadanos, colegios a la antigua usanza para fracasados escolares y, el éxito rotundo de dietistas a lo rottenmeyer que modifican tus hábitos de vida para hacerte bajar de peso, son el pan nuestro de cada día. De lo que se desprende que en la tele británica, como en la de todos los países democráticos occidentales, «disciplina» es la palabra clave y «educación» su esbirro. Dispositivos imprescindibles al servicio de un «sistema de autorregulación del individuo contemporáneo basado en la autorrepresión y la autovigilancia»,(1) vendría a explicar Daniel Villegas. A nadie escapa que en la sostenibilidad de las hegemonías demoliberales, el papel que ostentan los constructores visuales es de primera magnitud. Gracias a ellos, la idea interiorizada de que habitamos una realidad absolutamente inhóspita, llena de peligros, supone importantes dividendos políticos al discurso oficial y económicos a las empresas de seguridad. Una violencia legitimizada que encuentra su germen en la autocensura y la autovigilancia ejercidas por el propio ciudadano.
Mónica Sánchez Argilés
1. VILLEGAS, Daniel; «Sobre el ejercicio del monopolio de la imagen legítima de la violencia» en Democracia. Galería Salvador Díaz. Madrid, 2005. pág. 9 (Catálogo de exposición).
creo que se pudiera decir que se percive cierto autoritarismo didactico mediado a traves de la susodicha programacion televisiva, quizas exista un deseo de construir algun tipo the structura social que a veces parece pertenecer a una ideologia conservadora (controladora, quizas) mas que liberal. Claro que, es esto evitable si un gobierno pretende aplicar su vision educativa? y como se implanta esta en las masas o en la multitud?, se puede evitar el problema de metodologia?…….se puede aplicar un metodo sin caer en sus limitaciones?….!?…
Y…la ley dirigida a los padres de prohibir abofetear a sus hijos, pero eso si dejando bien claro que la ultima decision la toman los padres, es decir crean un stigma social en el caso de que algun padre abofetee a su hijo, pero claro la decision no es de la ley, la definitiva es la de los padres, no es esto un poco contradictorio?…. desdeluego que nadie desearia que ningun ninyo fuera maltratado, a ningun nivel, pero es este tipo de leyes la mas apropiada?, por un lado implantacion pero por otro desentendimiento de responsabilidad; a veces me pregunto en quien se pensara cuando se aprueban este tipo de leyes, en el niny@ seguramente, pero en que tipo de padres?, en los que ya de por si no maltratan a sus hijos o en los que si lo hacen (pero que no lo haran en publico). Se despierta cierto temor ante una ley de castigo moral, donde se queda el conociemiento, entendimiento de la sociedad en la que vivimos?, que no tiene porque ser ‘aceptamiento’, conformismo, y desde luego no creo que debiera ser ‘si tu castigas, te castigo’…en fin, creo que me he salido un poco de el tema televisivo….pero es que acabo de emplazar la susodicha….
volviendo a ello y para terminar, a pesar de estas controversias, uno se alegra que no sea totalmente como la programacion en Espanya, la cual le deja a uno mas bien ‘numb’.
Saludos.
Totalmente de acuerdo
utilizamos las palabras o las palabras nos utilizan?.
tienen las palabras vida propia?
son las palabras ofensivas en ellas mismas, o somos l@s que las pronunciamos l@s que las convertimos en ‘ofensivas’?
son las palabras representativas de los hechos o se convierten en los hechos en cuestion?
no son simbolos las palabras?
desaparece la historia cuando desaparecen los simbolos?…