Veo con satisfacción que mis deseos -expresados en los comentarios a «No me trajines Rodrigo» en el sentido de que las acciones flamencas en los bancos y otras sedes de facinerosos se repitieran en todas las poblaciones donde hubiera artistas- se ven compensados por las nuevas intervencines por fandangos en distintas covachuelas de ladrones de Sevilla (¡qué cantaoras, qué letras!) y la acción por rumba de Barcelona: espléndidas bailaoras, letras «como anillo ar deo» anticapitalistas. Me sumo a los oles de 1. Faltan los artistas de Madrid, Jerez, Cádiz, Granada, Huelva, Badajoz…En casi todas las capitales de España y en muchos pueblos grandes y chicos del Sur hay flamencos: ¡que entren en los bancos y canten las cuarenta! La mayoría de los clientes y de los trabajadores del banco no pueden disimular su simpatía. A algunos de los jefecillos se les ve la ira contenida y la amenaza:»¡que llamo a la policía!»… «Hijoh de mala mare, criaoh en la mala leche y revuertoh en maloh pañaleh». Esta es ahora la vanguardia necesaria del flamenco.
Me alegro de las acciones en el País Vasco, en Zaragoza y otras plazas contra los delitos laborales, comerciales, etc. que, sin ser flamencas, se incluyen en este vídeo porque tienen todo el valor de la lucha contra la opresión y la injusticia.
ole, ole y ole
Pa que aprenda el Romain Gavras
Veo con satisfacción que mis deseos -expresados en los comentarios a «No me trajines Rodrigo» en el sentido de que las acciones flamencas en los bancos y otras sedes de facinerosos se repitieran en todas las poblaciones donde hubiera artistas- se ven compensados por las nuevas intervencines por fandangos en distintas covachuelas de ladrones de Sevilla (¡qué cantaoras, qué letras!) y la acción por rumba de Barcelona: espléndidas bailaoras, letras «como anillo ar deo» anticapitalistas. Me sumo a los oles de 1. Faltan los artistas de Madrid, Jerez, Cádiz, Granada, Huelva, Badajoz…En casi todas las capitales de España y en muchos pueblos grandes y chicos del Sur hay flamencos: ¡que entren en los bancos y canten las cuarenta! La mayoría de los clientes y de los trabajadores del banco no pueden disimular su simpatía. A algunos de los jefecillos se les ve la ira contenida y la amenaza:»¡que llamo a la policía!»… «Hijoh de mala mare, criaoh en la mala leche y revuertoh en maloh pañaleh». Esta es ahora la vanguardia necesaria del flamenco.
Me alegro de las acciones en el País Vasco, en Zaragoza y otras plazas contra los delitos laborales, comerciales, etc. que, sin ser flamencas, se incluyen en este vídeo porque tienen todo el valor de la lucha contra la opresión y la injusticia.