Emma Sulkowicz es una estudiante de artes visuales de la Universidad de Columbia. En el primer día de su segundo año fue violada por un compañero de clase en su colchón.
«Una violación puede ocurrir en cualquier lugar», explica. «Yo fui violada en mi propia cama del dormitorio. Desde entonces, se ha convertido básicamente en algo muy tenso y estresante para mi, y me siento como que he llevado el peso de lo que ocurrió allí conmigo a todas partes desde entonces.»
Sulkowicz ha titulado su proyecto de fin de grado «Colchón Performance» o «Llevar esa carga», una expresión literal de ese peso emocional. En lo que ella llama «una obra de arte de resistencia», arrastra su colchón dondequiera que vaya hasta que su violador sea expulsado o se vaya. Ya que su presunto agresor fue declarado no responsable por la universidad, y permanece en la escuela. El proyecto, dice, podría extenderse por un día o para todo el resto de su tiempo en Columbia, dependiendo de lo que la institución educativa tarde en reaccionar
Cuando el caso de Sulkowicz llegó a una audiencia universitaria siete meses después de ocurrido el incidente real, los administradores estaban confundidos acerca de cómo una violación anal podría tener lugar y ella tuvo que dibujar un diagrama. La experiencia la hizo sentirse enferma físicamente. Otras dos mujeres se presentaron para decir que habían sido asaltadas por el mismo estudiante y que sus casos fueron mal investigados por parte de las autoridades universitarias.
Sulkowicz es una de los 23 estudiantes que han presentado una demanda contra Columbia por el mal manejo de los casos de agresión sexual. El Departamento de Educación de Estados Unidos aún tiene que determinar si va a investigar la universidad.