Manual rápido de ética periodística para críticos de suplemento cultural (1)
Lección 1
Visitar las exposiciones antes de publicar la crítica
Continuará…
Manual rápido de ética periodística para críticos de suplemento cultural (1)
Lección 1
Visitar las exposiciones antes de publicar la crítica
Continuará…
Esperaremos con impaciencia las nuevas lecciones
Estimado Germano, necesitamos urgentemente la continuación de esta serie.
La poesía no es máas que el grito de un niño al nacer, la belleza de la interioridad de los seres humanos, la proyección de las grandes motivaciones y lo bello de las figuras literarias con que nacen los buenos poemas. Presentamos umnos poemas de una familia que le ha dado luz y enaltece las letras de Nicaragua. Esa familia es:La familia Cuadra.
EL MENDIGO
Caminando por la calle
Solo y abandonado
Solo con la sombra
de lo que pudo
haber sido
Parado y mirando
su reflejo en el piso
Con la mirada perdida
y el estómago vacío
Solo lleno de miradas
de desprecio y asco
de los demás
Juzgándolo sin conocer
su historia
Pero aún así
continúa caminando
en círculo por esas calles
Buscando la vuelta
que lo desvió
y lo llevó al mundo
del olvido.
Mario Cuadra Arguello
EN LA MADRUGADA
Un grito estremecedor
en plena madrugada
rompió el silencio
de aquel tranquilo vecindario.
Todos lo escucharon
mas nadie se atrevió a salir
Esperaron la luz del día
para saber que había pasado
más nada se pudo hacer
el hombre yacía desangrado.
Myrtha Cuadra A
EN MIAMI
Hay noches
que tienen costras
y albardas
asperos vientos
que quiebran en el mar
heridas de un angustiado lobo
y ojos de trasnochada
mujer
Hay noches que tienen
cadenas de crimen
fétidas alcobas
y un submundo de aletéo
en medio del dolor
Hay noches que tienen como sello
el eco de los perros
alguna cama de triste
pordiosero
y una inmensa lágrima
de alguien a quién mató.
Alberto Cuadra M
NO RECUERDO
No recuerdo el día en que partí, ni la fecha, ni la hora de mi salida.
Solo recuerdo el repique solemne de las campanas, como despidiéndose de mis
sombras, al son de un Te Deum.
Las calles estaban vacías, una que otra alma se asomaba por las ventanas dejando escapar una mirada turbada y circunspecta.
No recuerdo si era día, tarde, o madrugada,
mi mente ya se había fugado de aquel lugar.
Solo recuerdo el ligero zumbido del viento,
y el vaivén mustio de una palmera
que, con su suave ritmo, parecía decirle adiós a mis ayeres.
No recuerdo lo que me llevé, lo que dejé, o lo que se quedó olvidado en el baúl traumado del pasado.
Solo recuerdo los rostros tristes de aquellos que atestiguaron mi partida al mundo de lo desconocido.
No se si era otoño, verano o invierno, mi tegumento no sentía frió, ni calor, ni escalofríos.
Solo recuerdo el vació de irme y no volver, y el miedo de volver y no irme.
No me despedí de nada, ni de nadie, y nadie se despidió de mi.
Desvanecí como un fantasma, como el espejismo de un oasis en medio del desierto, sin dejar rastros, ni huellas.
No recuerdo el día en que partí, ni la fecha, ni la hora de mi salida.
Solo recuerdo mi mirada, entumecida de dolor, reflejada en un espejo averiado por el tiempo.
No recuerdo la muda que llevaba puesta, o el color del calzado aferrado a mis pies, o el sabor de la merienda que deleitó mi paladar.
Solo recuerdo el vuelo sibilino y apresurado de las aves, como vaticinando mi partida.
No recuerdo el día en que partí, ni la fecha, ni la hora de mi salida.
Solo recuerdo el vació de irme y no volver, y el miedo de volver y no irme.
.
Poema de Pablo Alberto Cuadra Arguüello
claro, claro, los que piensan en Nicaragua viven en Miami, como no.
Juan Pablo II es de los que han matado, aunque sea simplemente prohibiendo el uso del condon en tiempos de SIDA
A buen seguro que estará en un caldero de Pedro Botero friendose eternamente
SONIDOS
Me gusta escuchar el sonido
de las hojas secas
cuando las arrastra el viento
semejan sigilosos pasos
como que te van siguiendo.
Me gusta sentir
el golpe seco
de las grandes gotas
al comenzar la lluvia.
Me gusta escuchar
en medio de la noche
el ladrido lejano
alertando a su amo
de extraña presencia.
Myrtha Cuadra A
Poeta de Nicaragua
ESPINAS
La vida no está llena de espinas
nacemos y las llevamos dentro
crecen en nosotros
punzan cuando se siente dolor
también por la impotencia
de desear algo que no alcanzas
punzan de coraje
ante la injusticia
punzan de hambre
en el estómago vacío
de aquel pobre vagabundo
como punzan también
sus pies descalzos
de tanto andar y andar sin rumbo
punzan la piel
cuando te invade el frío
ese que te cala hasta los huesos
punzan también
al llegar la muerte
cuando se desprende el alma.
Myrtha Cuadra A