Pocos argumentos se pueden esgrimir para afirmar que el reino de españa, tal y como su constitución proclama, sea realmente un estado aconfesional.
Nadie se sorprenderá si señalamos que la reticencia política y mediática ante medidas como la retirada de símbolos católicos en locales o actos dependientes de lo público es sintomática de la verdadera naturaleza de un estado que comparte afinidades programáticas, acuerdos económicos y tratos de favor con la iglesia católica, hasta el punto de que este credo opere de facto como religión oficial.
Un ejemplo tan claro como pocas veces analizado es la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén, institución dependiente de la cartera de Exteriores y Cooperación, sobre la cual podeis encontrar información en la propia página de este ministerio.
La Obra Pía, presidida por el ministro de turno y cuyo cargo de vicepresidente ocupa el Rector de San Francisco el Grande de Madrid, cuenta en su patronato con los consabidos cargos técnicos del estado y dos Franciscanos, uno de ellos «versado en asuntos de Tierra Santa», el otro «versado en asuntos de Marruecos».
Destacar que esta centenaria institución se presentó en su momento como modelo a seguir para que la Obra Pía de los Establecimientos Españoles en Roma reformase la problemática gestión de su suculento patrimonio inmobiliario, históricamente administrado de forma conjunta por el embajador de españa en el vaticano y la iglesia apostólica romana.
Ignacio Escolar publica hoy en la edición digital de Público un artículo de título «La Obra Pía y el Estado Aconfesional» en el que presenta información sobre este organismo oficial:
http://www.escolar.net/MT/archives/2012/03/la-obra-pia-y-el-estado-aconfesional.html