El holandés Anno Dijkstra has instalado en el Paseo de Recoletos, una escultura publica de caracter realista que reproduce la imagen de un niño africano hambriento. Su trabajo se completaba con la aparición de una limusina negra que en el maletero llevaba fruta que era ofrecida gratuitamente a los transeuntes.
Visión obligada
Testigo de la hambruna de Etiopía de 1984, a los 14 años de edad, Anno estaba viendo la televisión en casa.
Un recuerdo de una escena vista en la televisión. Una imagen con la que no se tiene relación directa, inmaterial, evasiva, sin localización, flotando a través del aire. No se puede regresar al lugar donde se desarrolló el drama. La televisión del cuarto de estar es el lugar donde sucedió, pero la televisión ya muestra otras imágenes y en ese cuarto de estar no hay nada que remita al drama.
¿Cuán libre es observar sin comprometerse? Dicho en otras palabras, ¿puede un testigo ser culpable de lo que ve?
Fuera de lugar
Para Madrid Abierto, el artista quiere investigar un nuevo ángulo de la reconstrucción/propuesta indagando la posición errónea. La provocada por los medios. En este contexto, un icono mediático conocido es colocado fuera del contexto original de la televisión/Internet de nuestro cuarto de estar, situándolo en el espacio público. Del espacio público plano (TV) al espacio público tridimensional. Mediante la desaparición del conflicto provocada por la posición errónea (conozco esta imagen pero, ¿qué tiene que ver con este lugar?) la nueva situación revela la absurda posición del espectador, la absurda situación de ser testigo en la era de la globalización mediática.