¡Hola, Dionisio! Soy Mario, saqueador del Banincesto y consejero delegado del holding Estafadores de Pasta y Opinión, Ltd., integrado por Intersodomía, La Gafeta, La Ración, AMC, TelEspe, Cospetal, Faticano, Bankea-Atander y otr@s de la misma zahurda y no menor cuantía. Entre todos habremos afanado unos 1000 billones y mandamos -enajenados de sí- a un inestimable contingente de 15 millones de fachas: la mitad tenderos; la otra mitad: curas, cuerpos y fuerzas, agentes de rating, telecoms, registradores como Mariposón, y otros profesionales de la adhesión incondicional. Si eso es en lo ideológico, en lo económico mandamos hasta en las cucarachas y parte del extranjero. Se me olvidó apuntar que fui otrora manager de una famosa colipoterra, nombre de guerra Mármara Rei: mi fin era manipularla para que extorsionara al más conocido de sus clientes, un tartagangoso cuyo apellido coincidía con el de ella, siendo por lo mismo el Number One.Yo quería vengarme de él porque no me hubo salvado cuando el SeñorX, su más poderoso subordinado, se empecinó en chulearme el Banincesto y enchiquerarme. Ella tenía vídeos haciéndolo con el tarta y, como necesitaba pelas en cantidad porque estaba enganchada al casino (él también) vi la oportunidad de que lo chantajeara, y repartirnos la morterada (para mí la parte del león, obvio). Yo siempre conservaría una copia de los porno para volver a intentar que me librara de la cárcel y me fuera restituyendo -con cargo a los «fondos discretos» y a otras partidas del presupuesto- lo que X me había impedido seguir desvalijando en el Banin. En fin: la rabiza Mármara, torpe como el nombre de su pueblo indica, metió su metro y medio de gamba y ambos salimos con bastante menos de lo que esperábamos. Pero aguardo mi venganza en plato frío: si tú me secundas, fingiré ante mis socios (que se saben propietarios fácticos de lo que tú quieres privatizar) que nos la quedaremos yo y ellos «de iure» si me proveen de algunas cantidades para gastos de papeleo y sobornos; raudo promoveré una OPA hostil a tu plan, la subasta quedará desierta y, a partir de entonces, te comunicaré a quién le adjudicaremos al gangoso y a su ejemplar familia «que es pepitoria del mundo / donde patas y pescuezo / todo va revuelto y junto». Saldrás millonario de la operación si esperas mis noticias y me sigues a pies juntillas. ¡Salud y monarquía!
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Eso ya es un negocio privado ¿no?
¡Hola, Dionisio! Soy Mario, saqueador del Banincesto y consejero delegado del holding Estafadores de Pasta y Opinión, Ltd., integrado por Intersodomía, La Gafeta, La Ración, AMC, TelEspe, Cospetal, Faticano, Bankea-Atander y otr@s de la misma zahurda y no menor cuantía. Entre todos habremos afanado unos 1000 billones y mandamos -enajenados de sí- a un inestimable contingente de 15 millones de fachas: la mitad tenderos; la otra mitad: curas, cuerpos y fuerzas, agentes de rating, telecoms, registradores como Mariposón, y otros profesionales de la adhesión incondicional. Si eso es en lo ideológico, en lo económico mandamos hasta en las cucarachas y parte del extranjero. Se me olvidó apuntar que fui otrora manager de una famosa colipoterra, nombre de guerra Mármara Rei: mi fin era manipularla para que extorsionara al más conocido de sus clientes, un tartagangoso cuyo apellido coincidía con el de ella, siendo por lo mismo el Number One.Yo quería vengarme de él porque no me hubo salvado cuando el SeñorX, su más poderoso subordinado, se empecinó en chulearme el Banincesto y enchiquerarme. Ella tenía vídeos haciéndolo con el tarta y, como necesitaba pelas en cantidad porque estaba enganchada al casino (él también) vi la oportunidad de que lo chantajeara, y repartirnos la morterada (para mí la parte del león, obvio). Yo siempre conservaría una copia de los porno para volver a intentar que me librara de la cárcel y me fuera restituyendo -con cargo a los «fondos discretos» y a otras partidas del presupuesto- lo que X me había impedido seguir desvalijando en el Banin. En fin: la rabiza Mármara, torpe como el nombre de su pueblo indica, metió su metro y medio de gamba y ambos salimos con bastante menos de lo que esperábamos. Pero aguardo mi venganza en plato frío: si tú me secundas, fingiré ante mis socios (que se saben propietarios fácticos de lo que tú quieres privatizar) que nos la quedaremos yo y ellos «de iure» si me proveen de algunas cantidades para gastos de papeleo y sobornos; raudo promoveré una OPA hostil a tu plan, la subasta quedará desierta y, a partir de entonces, te comunicaré a quién le adjudicaremos al gangoso y a su ejemplar familia «que es pepitoria del mundo / donde patas y pescuezo / todo va revuelto y junto». Saldrás millonario de la operación si esperas mis noticias y me sigues a pies juntillas. ¡Salud y monarquía!