¿Quién es el loco?

Desde que, en 1947, el escultor polaco-americano Korczak Ziółkowski iniciará el memorial a Caballo loco, este proyecto, que cuando este finalizado será la mayor escultura del mundo, ha ido avanzando lenta pero inexorablemente. La cuestión es si de la lógica monumental, que aquí se aplica, se puede inferir una nueva forma de colonización de un pueblo casi exterminado, como el Lakota, a través de su instrumentalización simbólica.

En definitiva no parece que, como sostienen algunos de los actuales jefes de la comunidad Lakota, reventar una montaña, a semejanza del monte Rushmore, con una transformación-explotación del paisaje esté en sintonía con los valores que conformaron la cultura sioux. Teniendo en cuenta, asimismo, que este memorial se está realizando en las Black Hills, territorio sagrado para el mencionado pueblo.
Finalmente sería conveniente recordar aquí las palabras de Benjamin:
«[…] tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer. […] Quien hasta el día actual se haya llevado la victoria, marcha en el cortejo triunfal en el que los dominadores de hoy pasan sobre los que también hoy yacen en tierra. Como suele ser costumbre, en el cortejo triunfal llevan consigo el botín. Se le designa como bienes de cultura. […] tienen todos y cada uno un origen que no podrá considerar sin horror. Deben su existencia no sólo al esfuerzo de los grandes genios que los han creado, sino también a la servidumbre anónima de sus contemporáneos. Jamás se da un documento de cultura sin que sea a la vez barbarie. E igual que él mismo no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el que pasa de uno a otro.»