Cuenta Greil Marcus en su «Rastros de carmín» que cuando se oía cantar a Johnny Rotten se podía escuchar su rechinar de dientes cuando hacía sonar sus erres. Si los Sex Pistols eran a partes iguales una conspiración cultural y una propuesta comercial, lanzados para sacar dinero del caos (cash for chaos), al menos Rotten cantaba para cambiar el mundo. Esa intuición era uno de los puntos de partida para trazar la genealogía de donde provenía el punk, y situar sus raíces en el situacionismo y más profundamente en el surrealismo y el nihilismo dadaísta.
Sex Pistols-Anarchy in the UK.
I am an anti-christ
I am an anarchist
Don’t know what I want but
I know how to get it
I wanna destroy the passer by cos I
I wanna BE Anarchy!
En 2007 se publicó la autobiografía de Rotten, No Irish, No Blacks, No Dogs y a propósito de este libro podemos leer una reflexión sobre el cantante y los años del punk seminal en el blog NO HABÍA FUTURO: Rotten (Podrido)
¡gracias anartistas! sigo este blog casi a diario y esto me ha sorprendido.
de nada, gracias a ti! por aqui también somos asiduos de http://nohabiafuturo.blogspot.com y de http://mikuerpo.blogspot.com/
rastros, no trazos.
cierto, me saltó un falso amigo del «Lipsticks traces»