más claramente, la mayor parte de la gente que ‘vive de otro modo’ o son rentistas o profesionales bien remunerados por el capital. Para la mayoría no es cuestión de saber o no saber, la cuestión es económica. El asunto es precisamente ese, hace mucho tiempo que la contestación vive únicamente en la representación
Luego entonces lo de la ironía no lo era tanto. En cualquier caso, todo depende de los referentes de vida que cada uno maneja y los tuyos quedan bastante claros.
Por otra parte, cuando se es cómplice de una situación política concreta y ésta se viene abajo lo que se suele argumentar es precisamente la ignorancia de lo que sucedía en ese régimen periclitado.
Por otra parte uno no es cómplice o deja de cerlo por un discurso. Un discurso es una profesión, se es o no cómplice por el trabajo y los hábitos de ocio
Ya bueno, lo mismo un día caes en que más que aportar a una lucha real sólo mantenéis símbolos de una tradición y tal… pero bueno, es difícil que alguien comprenda algo si su salario depende de no comprenderlo. ¿No?
A ver por favor, Mongo y Carlos: si os estais insultando que nos enteremos todos que asi no hay quien se entienda, hijo de puta hay que decirlo más https://vimeo.com/54121454
La verdad es que el hijoputa Carlos se entera más bien poco, visto que todavía no logra entender que «saber» es una forma de «fuerza o poder o como lo queráis llamar», por citar al tipo en los términos literales que su ensalada argumental salpica.
Leido desde fuera, más pareciera que sus comentarios surgen de algun tipo de animadversión para con el emisor (no se si hacia Sección Madrid en particular o este blog en general), antes que de un análisis honesto referente al escueto mensaje que en esta entrada se comparte (un mensaje, un cuestionamiento, en mi opinión, no por breve menos oportuno)
Asimilar, interiorizar y finalmente verbalizar emprendeduría como único modo de vida posible frente al de todos los que saben y a pesar de ello continúan con su vida sometida, resulta revelador del punto de partida de Carlos… un punto que en su lógica circular, es además de inicio tambien paraje intermedio y monocorde final.
Respecto a mantener símbolos de una tradición, aqui el iconoclasta de saldo Carlos da la mordida chihuahua por respuesta, en un uso poco habilidoso de la técnica «hez contra ventilador, a ver si algo se pega».
Creo que en realidad Carlitos quería comentar otra entrada reciente de este blog, pero se ha sentido intimidado y ha usado esta como sucedáneo para desfogarse un poco.
Mongo y Ligarto ya le han dado algo de la atención que reclamaba, a partir de aquí convendría redefinir la conversación en términos que de verdad interesen, hijos de puta.
En cualquier caso queridos hijos de puta sigo pensando que se sobrevalora el valor de ‘saber’ o de ‘la verdad’ (y no es que me parezca de puta madre)’. Por desgracia los acontecimientos demuestran que en el mundo la población de hijos de puta es bien abultada y que ‘saber una verdad’ no implica un cambio de hábitos, menos una revuelta. El tiempo en que la verdad era revolucionaria ha pasado, en los tiempos que vivimos donde prima la razón cínica, como Sloterdijk plantea las cosas creo es más acertado: «ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así, lo hacen». Tampoco pretendo hacer un alegato a favor de la ignorancia, sólo salir un poco de consignas infantilistas.
A veces la necesidad de quedar por encima, debido a un claro complejo de superioridad (la pretensión de estar fuera de un supuesto estado de infantilismo), produce argumentos simplificadores. No sé si lo tuyo es malintencionado sin más o si existe una animadversión hacia este blog o a Sección Madrid. En cualquier caso, creo que está claro que tus pulsiones no te dejan ver la frase en la que se fundamenta esta controversia reconoce ciertas cuestiones que tú tratas de señalar como carencias. En primer lugar se dice que todxs sabemos, frente a la ignorancia que de modo exculpatorio se suele esgrimir. Claro que el saber, en la mayoría de los casos pero no en todos, no lleva a las personas a un tipo de reacción concreta (por ejemplo a la revolución como tú sobreinterpretas de la mencionada frase). Sin embargo, parece claro que es pertinente hacerse una pregunta que tú respondes con una simpleza (la opresión de la clase dominante). Me parece bien que hayas asumido como propia la razón cínica pero, al menos, no niegues la existencia de otras formas de vida que intentan separarse, en la medida de lo posible, de ese paradigma. Con esto no digo que desde aquí se esté constituyendo uno de esos modos pero si existe una sincera preocupación por tal cuestión. Tu rechazo furibundo parece responder, además de lo apuntado con anterioridad, a una forma de autojustificación que tú sabrás si te sirve de algo.
Por cierto, ver en la frase una consigna no deja de ser una necesidad interpretativa tuya, difícilmente las preguntas se pueden entender como tal a menos que estén formuladas de manera teleológica que, en este caso, parece que preside tu interpretación.
Precisamente no soy yo quien niega la posibilidad de «otras formas de vida», lo hace la propia consigna totalizando en «¿cómo podemos seguir viviendo igual?». Cuando hablo de infantilismo hago referencia a que de forma general la cuestión económica está antes que la del conocimiento. Uno se cansa de llamadas a supuestos saberes emancipadores que se quedan en mera palabrería, y sirven poco más que para justificar determinados discursos convertidos en mercancías, cuando noson una mera pose melancólica y arraigada en mitos del siglo XX.
Es obvio que para la burguesía la opresión de los dueños de la sociedad existe sobre todo a nivel de la representación y es simbólico (de ahí su práctica contestataria iconofílica), pero para la gran mayoría la opresión es real y acontece en el terreno de la vida cotidiana. Así que los paradigmas defendidos aquí, de los que no dudo de su sinceridad, hacen gala de una postura pequeño burguesa inasumible desde mi punto de vista. En sí, la frase sería más llevadera del siguiente modo: Viviendo como vivimos, ¿cómo podemos seguir actuando igual?
Sobre la razón cínica (termino), de ella no se sale a través de un discurso si no de una acción que la inhabilite. La razón cínica está metida a fondo en toda la economía, cuando se compra cualquier elemento que sabemos hecho por esclavos, etc. Cuando se ejerce cualquier cargo y se está obligado a una dinámica prefijada. Por eso no es un problema referido al orden del discurso, y en realidad da igual lo que se diga o no sobre el tema.
La negativa a otras formas de vida, fuera de las figuras de autoridad del neoliberalismo, parecía clara en tus primeras respuestas, pero en fin… Es sencillo acusar a los demás de falta de profundidad mientras uno perfila con trazo grueso. Lo de consigna (Tal denominación la pones tú y tú sabrás el porqué) y lo de la totalización es algo que tú presumes, en un alarde de universalismo, y que desde este texto no se explicita en ningún momento. Respecto de tu planteamiento economicista, que das por sentado como dogma, no deja de rezumar un cierto marxismo clásico que, según entiendo, ha de ser revisado. Cierto es que vivimos bajo las consecuencias de una sociedad subsumida en el capital, pero tal cuestión no impide que existan otros agentes de igual importancia tejiendo la red de dominación. Me refiero, entre otros, al sexismo o al racismo.
En la frase no se defiende ningún paradigma, tú le atribuyes unas coordenadas ideológicas concretas. Te empeñas en hacer parecer a los demás como rígidos defensores de una fe que tú mismo les proyectas. Quizás por eso te cansas, pero más parece que estás cansado de ti mismo y de tu especie de cruzada puritana llena de prejuicios. Decir aquí y ahora que la opresión es también real y no sólo simbólica a modo de leccioncita para pequeñoburgueses es como poco ingenuo. Menos mal que los infantilizados somos los demás. Supongo que tú, en cambio, estás desarrollando una labor de análisis y praxis revolucionaria que se caga la perra. Te animo a compartirla. Te repito que creo que estás realizando una sobreinterpretación de carácter espuria, tú sabrás porqué, en ese sentido yo sí dudo de tu sinceridad.
En cuanto a tu aportación, corrección o como quieras llamarle dirigida a que tú, medida de lo oportuno, puedas llevarlo mejor, te diré que si te gustan los galimatías tautológicos allá tú.
Te agradezco que tan amablemente trates de hacer pedagogía sirviéndote de Sloterdijk, lo que no estoy tan seguro es de que éste te agradezca tanto tus sobreinterpretaciones. No es que a mi me importe demasiado la autoridad intelectual, lo digo ya que tú lo citaste como tal y, dentro de ese orden del discurso, deberías de guardar cierta coherencia.
En fin, estimado Carlos esta es la última contestación que realizo a tus intervenciones. Me parece claro que tenías ciertos asuntos pendientes que querías solventar aquí. Si al menos esta merluzada ha servido para tu desahogo, bien está.
Porque no se trata de saber, sino de tener fuerza o poder o como lo queráis llamar. La gente vive con una bota en el cuello
Siendo esto cierto, hay quién vive de otro modo.
Es la economía política… no todo el mundo puede ser ‘emprendedor’
Qué triste pensar que la única alternativa sea la del emprendizaje. ¡Hasta qué punto están colonizadas las mentes!
Ya te digo, aqui el tocayo se monta solo la hora feliz del aforismo.
Ah, se me olvidaba incluir unos puntos suspensivos.
…
Ahora si.
Veo que aquí la ironía no es el fuerte, las comillas de ‘emprendedor’ nos las saltamos, pues eso …
más claramente, la mayor parte de la gente que ‘vive de otro modo’ o son rentistas o profesionales bien remunerados por el capital. Para la mayoría no es cuestión de saber o no saber, la cuestión es económica. El asunto es precisamente ese, hace mucho tiempo que la contestación vive únicamente en la representación
Luego entonces lo de la ironía no lo era tanto. En cualquier caso, todo depende de los referentes de vida que cada uno maneja y los tuyos quedan bastante claros.
Por otra parte, cuando se es cómplice de una situación política concreta y ésta se viene abajo lo que se suele argumentar es precisamente la ignorancia de lo que sucedía en ese régimen periclitado.
Cuando se defienden consignas en vez de hacer análisis precisos no se es otra cosa que un reaccionario
Lo tuyo deben ser los análisis preciosos porque lo que son precisos…
Por otra parte uno no es cómplice o deja de cerlo por un discurso. Un discurso es una profesión, se es o no cómplice por el trabajo y los hábitos de ocio
Es verdad que tus hábitos de ocio nos quedan a todas claritos
Ya bueno, lo mismo un día caes en que más que aportar a una lucha real sólo mantenéis símbolos de una tradición y tal… pero bueno, es difícil que alguien comprenda algo si su salario depende de no comprenderlo. ¿No?
A ver por favor, Mongo y Carlos: si os estais insultando que nos enteremos todos que asi no hay quien se entienda, hijo de puta hay que decirlo más https://vimeo.com/54121454
La verdad es que el hijoputa Carlos se entera más bien poco, visto que todavía no logra entender que «saber» es una forma de «fuerza o poder o como lo queráis llamar», por citar al tipo en los términos literales que su ensalada argumental salpica.
Leido desde fuera, más pareciera que sus comentarios surgen de algun tipo de animadversión para con el emisor (no se si hacia Sección Madrid en particular o este blog en general), antes que de un análisis honesto referente al escueto mensaje que en esta entrada se comparte (un mensaje, un cuestionamiento, en mi opinión, no por breve menos oportuno)
Asimilar, interiorizar y finalmente verbalizar emprendeduría como único modo de vida posible frente al de todos los que saben y a pesar de ello continúan con su vida sometida, resulta revelador del punto de partida de Carlos… un punto que en su lógica circular, es además de inicio tambien paraje intermedio y monocorde final.
Respecto a mantener símbolos de una tradición, aqui el iconoclasta de saldo Carlos da la mordida chihuahua por respuesta, en un uso poco habilidoso de la técnica «hez contra ventilador, a ver si algo se pega».
Creo que en realidad Carlitos quería comentar otra entrada reciente de este blog, pero se ha sentido intimidado y ha usado esta como sucedáneo para desfogarse un poco.
Mongo y Ligarto ya le han dado algo de la atención que reclamaba, a partir de aquí convendría redefinir la conversación en términos que de verdad interesen, hijos de puta.
En cualquier caso queridos hijos de puta sigo pensando que se sobrevalora el valor de ‘saber’ o de ‘la verdad’ (y no es que me parezca de puta madre)’. Por desgracia los acontecimientos demuestran que en el mundo la población de hijos de puta es bien abultada y que ‘saber una verdad’ no implica un cambio de hábitos, menos una revuelta. El tiempo en que la verdad era revolucionaria ha pasado, en los tiempos que vivimos donde prima la razón cínica, como Sloterdijk plantea las cosas creo es más acertado: «ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así, lo hacen». Tampoco pretendo hacer un alegato a favor de la ignorancia, sólo salir un poco de consignas infantilistas.
A veces la necesidad de quedar por encima, debido a un claro complejo de superioridad (la pretensión de estar fuera de un supuesto estado de infantilismo), produce argumentos simplificadores. No sé si lo tuyo es malintencionado sin más o si existe una animadversión hacia este blog o a Sección Madrid. En cualquier caso, creo que está claro que tus pulsiones no te dejan ver la frase en la que se fundamenta esta controversia reconoce ciertas cuestiones que tú tratas de señalar como carencias. En primer lugar se dice que todxs sabemos, frente a la ignorancia que de modo exculpatorio se suele esgrimir. Claro que el saber, en la mayoría de los casos pero no en todos, no lleva a las personas a un tipo de reacción concreta (por ejemplo a la revolución como tú sobreinterpretas de la mencionada frase). Sin embargo, parece claro que es pertinente hacerse una pregunta que tú respondes con una simpleza (la opresión de la clase dominante). Me parece bien que hayas asumido como propia la razón cínica pero, al menos, no niegues la existencia de otras formas de vida que intentan separarse, en la medida de lo posible, de ese paradigma. Con esto no digo que desde aquí se esté constituyendo uno de esos modos pero si existe una sincera preocupación por tal cuestión. Tu rechazo furibundo parece responder, además de lo apuntado con anterioridad, a una forma de autojustificación que tú sabrás si te sirve de algo.
Por cierto, ver en la frase una consigna no deja de ser una necesidad interpretativa tuya, difícilmente las preguntas se pueden entender como tal a menos que estén formuladas de manera teleológica que, en este caso, parece que preside tu interpretación.
Precisamente no soy yo quien niega la posibilidad de «otras formas de vida», lo hace la propia consigna totalizando en «¿cómo podemos seguir viviendo igual?». Cuando hablo de infantilismo hago referencia a que de forma general la cuestión económica está antes que la del conocimiento. Uno se cansa de llamadas a supuestos saberes emancipadores que se quedan en mera palabrería, y sirven poco más que para justificar determinados discursos convertidos en mercancías, cuando noson una mera pose melancólica y arraigada en mitos del siglo XX.
Es obvio que para la burguesía la opresión de los dueños de la sociedad existe sobre todo a nivel de la representación y es simbólico (de ahí su práctica contestataria iconofílica), pero para la gran mayoría la opresión es real y acontece en el terreno de la vida cotidiana. Así que los paradigmas defendidos aquí, de los que no dudo de su sinceridad, hacen gala de una postura pequeño burguesa inasumible desde mi punto de vista. En sí, la frase sería más llevadera del siguiente modo: Viviendo como vivimos, ¿cómo podemos seguir actuando igual?
Sobre la razón cínica (termino), de ella no se sale a través de un discurso si no de una acción que la inhabilite. La razón cínica está metida a fondo en toda la economía, cuando se compra cualquier elemento que sabemos hecho por esclavos, etc. Cuando se ejerce cualquier cargo y se está obligado a una dinámica prefijada. Por eso no es un problema referido al orden del discurso, y en realidad da igual lo que se diga o no sobre el tema.
La negativa a otras formas de vida, fuera de las figuras de autoridad del neoliberalismo, parecía clara en tus primeras respuestas, pero en fin… Es sencillo acusar a los demás de falta de profundidad mientras uno perfila con trazo grueso. Lo de consigna (Tal denominación la pones tú y tú sabrás el porqué) y lo de la totalización es algo que tú presumes, en un alarde de universalismo, y que desde este texto no se explicita en ningún momento. Respecto de tu planteamiento economicista, que das por sentado como dogma, no deja de rezumar un cierto marxismo clásico que, según entiendo, ha de ser revisado. Cierto es que vivimos bajo las consecuencias de una sociedad subsumida en el capital, pero tal cuestión no impide que existan otros agentes de igual importancia tejiendo la red de dominación. Me refiero, entre otros, al sexismo o al racismo.
En la frase no se defiende ningún paradigma, tú le atribuyes unas coordenadas ideológicas concretas. Te empeñas en hacer parecer a los demás como rígidos defensores de una fe que tú mismo les proyectas. Quizás por eso te cansas, pero más parece que estás cansado de ti mismo y de tu especie de cruzada puritana llena de prejuicios. Decir aquí y ahora que la opresión es también real y no sólo simbólica a modo de leccioncita para pequeñoburgueses es como poco ingenuo. Menos mal que los infantilizados somos los demás. Supongo que tú, en cambio, estás desarrollando una labor de análisis y praxis revolucionaria que se caga la perra. Te animo a compartirla. Te repito que creo que estás realizando una sobreinterpretación de carácter espuria, tú sabrás porqué, en ese sentido yo sí dudo de tu sinceridad.
En cuanto a tu aportación, corrección o como quieras llamarle dirigida a que tú, medida de lo oportuno, puedas llevarlo mejor, te diré que si te gustan los galimatías tautológicos allá tú.
Te agradezco que tan amablemente trates de hacer pedagogía sirviéndote de Sloterdijk, lo que no estoy tan seguro es de que éste te agradezca tanto tus sobreinterpretaciones. No es que a mi me importe demasiado la autoridad intelectual, lo digo ya que tú lo citaste como tal y, dentro de ese orden del discurso, deberías de guardar cierta coherencia.
En fin, estimado Carlos esta es la última contestación que realizo a tus intervenciones. Me parece claro que tenías ciertos asuntos pendientes que querías solventar aquí. Si al menos esta merluzada ha servido para tu desahogo, bien está.