La próxima semana se presentará en Alcorcón (Madrid) el proyecto «The Democracy Shop: Democracia1-PlayStation2».
Este proyecto se ha desarrollado con la colaboración de Malahierba.com y Vampire Warriors, grupos de graffiti de Alcorcón.
En la inaguración, martes dia 14 a las 21:00 horas, en el Centro Municipal de las Artes de Alcorcón (Avda. Pablo Iglesias s/n) contaremos con una sesión de hip-hop a cargo de Kamikaze, El Sr. Rojo y Jordán Donaire/Hermanos Herméticos.
La Segunda Guerra del Golfo ha sido presentada por los dirigentes occidentales implicados como un esfuerzo por llevar el ideal democrático a un pueblo sometido por una dictadura, y por extensión al resto del mundo islámico. Las fotos de las torturas de Abu Ghraib supusieron un cuestionamiento mediático inmediato de esta pretensión. En este sentido también se abre una nueva reflexión ¿en que tipo de democracia vivimos?¿qué democracia exporta el mundo occidental? la respuesta nos la puede dar Noam Chomsky: «Si por ¬´democracia al estilo norteamericano¬ª entendemos un sistema político con elecciones regulares pero ningún desafío serio para el dominio empresarial, es indudable que los políticos estadounidenses ansían verlo establecido en todo el mundo (¬Ö)El ideal democrático, en nuestro país (EE.UU.) y en el extranjero, es simple y honesto: Sois libres de hacer lo que queráis, siempre y cuando eso sea lo que queremos que hagáis.»
La idea de poner en marcha The democracy shop como marca (de camisetas, de tablas de skate), partiendo de la imagen de la soldado Lynddie England cometiendo torturas en la prisión de Abu Ghraib responde al hecho de entender las torturas de Irak, tal como las interpreta Slavoj Zizek, no como un caso más de arrogancia imperialista ante una población del Tercer Mundo, sino al hecho de que al someterse a esas torturas humillantes, los prisioneros iraquíes fueron en efecto iniciados en la cultura occidental y en su valor democrático, probaron el sabor de su obsceno submundo, el de las bromas pesadas a lo Jackass, y otros ritos iniciáticos de la tortura y la humillación a las que uno ha de someterse para que se le acepte en el seno de una comunidad cerrada. No se suelen ver fotografías análogas al menos en intervalos regulares en la prensa occidental, salvo cuando estalla algún escándalo en una unidad del ejército o en un campus universitario, donde el ritual iniciático se les va de las manos y ya sean los soldados, ya los estudiantes, resultan perjudicados más allá de un nivel que se pueda considerar tolerable. Estas humillaciones constituyen el suplemento necesario para acceder a los valores públicos de la dignidad, la democracia y la libertad personal. Lo que percibimos cuando vemos las fotos de los prisioneros iraquíes humillados en nuestras pantallas, en nuestros periódicos, es precisamente una visión privilegiada de los «valores del mundo civilizado». Valores de los que Jimmy Knoxville, Steve O y demás creadores y participantes de Jackass, o de su última versión manierista más salvaje: Bumfight, literalmente La Lucha de mendigos