Parte del barrio de Malasaña está en venta, esa que algunos se empeñan, incluso desde el Ayuntamiento, en llamar TriBall. Basta con que una marca comercial se persone quién sabe dónde y hable con quién sabe quién para que comience un baile del que todos esperan sacar un provecho económico que, al menos este fin de semana ha pasado tan de largo como pasaron de largo los americanos por el berlangariano Villar del Río
Disfrazando la cosa de evento cultural de postín la firma de ropa Hugo Boss ha tomado estos días como propia parte del barrio para hacer en él casi lo que le ha dado la gana. «Haga, Hugo, uso del espacio público en su propio beneficio».
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