El técnico de sonido Mario Wienerroither se está dedicando a remontar videoclips a los que ha sustraído la música y les ha añadido lo que seria el sonido ambiente, lo que nos hace ver claramente lo ridículos que pueden llegar a ser. Una suerte de justicia poética ante la apropiación y la explotación de los estilemas del cine de vanguardia clásico, de los experimentos soviéticos de montaje y demás avances vanguardistas del lenguaje fílmico que con fines exclusivamente mercantilistas fueron incorporados a la industria cultural con el auge del videoclip como el formato audiovisual de masas por excelencia.
¿Os acordais de aquel hit ochentero de Jagger y Bowie titulado Dancing in the streets?