El Instituto de Arte Contemporáneo aquejado del galerismo más rancio

Hoy la prensa generalista se hace eco de la reciente constitución del Instituto del Arte Contemporáneo (IAC). Este organismo pretende ser una herramienta de consenso entre las distintas partes legitimadoras del arte (léase artistas, galeristas, críticos, directores de museos y comisarios) y adquirir competencias para determinar políticas culturales. Lamentablemente, tras esta bonita fachada se esconde un rancio comportamiento antidemocrático que revela sórdidas intenciones relacionadas con la adquisición de poder. Y, entre otras cosas, los artistas se quedan fuera.


Desde la manera en cómo se ha gestado el proyecto (una reunión en IFEMA a la que sólo se podía asistir con invitación expresa y en la que inicialmente no había representación de artistas, aunque finalmente parece que se «coló» uno) a la la propia estructura del organismo.
De esta primera reunión sale un grupo de trabajo que elabora una suerte de contrato de acuerdo entre asociaciones participantes que estructura el organismo de la siguiente manera:
Participes originarios (¿qué privilegios se reservan estos partícipes, originarios por el mero hecho de haber medrado con más fuerza, que necesitan hacer una formulación jurídica que les diferencie?)
Participes sobrevenidos
Participes numerarios
Participes honoríficos
Hay una junta directiva elegida «democráticamente», pero no se lo pierdan, esta junta se encarga de incorporar a dedo a los partícipes sobrevenidos y numerarios. Partícipes que luego votan a la junta directiva. Es de chiste.
Para llevar a su extremo más indecente las pretensiones, este organismo será autosostenido. Lo que quiere decir que los socios pagan distintas cuotas en función de si son críticos, artistas, galeristas, editores o coleccionistas.
En definitiva ¿Hay, además, que pagar para formar parte de un organismo que desea orientar las políticas culturales de un país?
Pero la cosa no acaba aquí. Para colmo todos los representantes de asociaciones, tanto de galeristas como de artistas o directores de museos, que pudiéramos encontrar formando parte de este entramado ejercen su labor, por contrato, A T√çTULO PERSONAL, lo que viene a decir que no representan a nadie ni tienen, por tanto que rendir cuentas ante nadie.
Si eres artista, galerista o lo que sea, no vas a tener la más mínima incidencia en la toma de decisiones, ya que tus representantes en el IAC son representantes de nadie y pueden decidir lo que les venga en gana.
A todo esto (y otras cosas que no digo aquí) las Unión de Artistas, lógicamente, se retira del proyecto y en la asamblea de constitución del IAC, celebrada ayer mismo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, se emite un mandato a la junta directiva para que se busque la forma de integrar a este colectivo. ¿Alguien da más? Se admiten apuestas.

12 responses to “El Instituto de Arte Contemporáneo aquejado del galerismo más rancio

  1. Esta es la carta que la revista brumaria ha difundido en respuesta a un documento del IAC explicando su filosofía e intenciones:
    BRUMARIA. DOCUMENTOS. 82
    DOCUMENTO DE LA COMISIÓN DE TRABAJO DE LAS ARTES VISUALES:
    El proyecto en marcha no es más que burocracia.
    La Institución arte en España está a punto de una reorganización de gran alcance si es que hemos de creer a¬† la Convocatoria y al Documento de trabajo puestos en circulación a propósito de la reunión de hoy, lunes 13 de diciembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Pero no son sólo los textos en juego, son, y de manera todavía mas decisiva los firmantes de la convocatoria del 13: la mayoría, o todos, son poder, y quieren, evidentemente más poder. El poder es siempre ambición, atracción, invocación de poder : el poder siempre es deseo de¬† poder, a pesar de que esa excedencia de ser la haya evitado Máximo Cacciari, quién, como bien se sabe, ha preferido ocuparse en exclusiva de¬† la clase de excedencia de ser que¬† lleva el mismo nombre de la belleza.
    Pero no nos distraigamos: el asunto es claro: se trata de reorganizar la institución arte en¬† España con el propósito evidente,¬† tal y como se afirma ¬ñ y se firma -¬† en el Documento de trabajo de poner en pie un Instituto de Arte Contemporáneo y un Centro de Investigaciones Estéticas. O sea que se trata de descartarse completamente, de cortar la baraja, repartirla de nuevo y de volver a jugar. Eso sí, con los mismos¬† jugadores y¬† en la misma mesa: sólo que en posiciones distintas porque tienen o pretende tener nuevas cartas. ¿ Mejores cartas, mas ventajosas?¬† Nadie que no sean ellos puede saberlo. Y quizás ni ellos mismos lo sepan. En cambio lo que todos podemos saber es que la reunión en IFEMA de mayo – que dio pie a este intento de redistribución del poder en marcha- se fraguó en abril, a las pocas semanas del tránsito de un gobierno a otro, y que el plazo que el Grupo de trabajo se ha concedido a sí mismo para realizar la tarea ( ¿ o su tarea) de organizar el Instituto y el Centro es, miren por donde, de 1 año. ¿ No les suena ese plazo? ¿ No es acaso el mismo plazo que se ha concedido la dirección política del Partido Popular atrincherada en la calle Génova para precipitar las elecciones generales anticipadas que darán al traste con un gobierno que esa misma dirección considera, por sí y ante sí, ilegítimo?
    Cierto. Estas asociaciones pueden ser simplemente frutos de nuestra paranoia, explicable aunque no disculpable -¬† todo sea dicho -¬† por el clima paranoico, de Shock and Awake, impuesto por la guerra sin fin contra el terrorismo y exacerbado por las arengas paranoicas y también interminables¬† de Federico Jiménez Losantos. El arte es otra cosa y no tiene nada que ver con los conflictos políticos. Como lo dijo Baudelaire, como lo dijo Oscar Wilde, como lo han dicho tantos otros. Y lo siguen diciendo. El arte es el arte, el arte es por el arte,¬† y de lo que se trata simplemente es de exhibirlo y venderlo lo mejor posible, tal y como podrían decirlo, con convicción y en pleno Madrid, Rosina Gómez Baeza y Soledad Lorenzo. Añadiendo – si es que alguna vez se vieran en la tesitura de hacerlo -¬† que el arte es armonía, civilización, paz. ¿ O podrían decir, en cambio, que es¬† creación ex nihilo, poética jackobsiana, darwinismo ling√ºístico, simulacro,¬† deconstrucción ?
    El problema es que la política no nos deja en paz, como si pasado todo lo que ha pasado, pasado el ciclo de las guerras, las revoluciones y las contrarrevoluciones desencadenado por la Revolución de octubre e iniciado el ciclo de las guerras posmodernas con las dos guerras de Irak, la política insistiera en inmiscuirse sin remedio en nuestras vidas. Y en nuestras obras. Si es que lo que hacemos son sólo obras y no también mercancías, inevitablemente mercancías.¬† Por favor: no se confundan. No somos nosotros los primeros en invocar la cuestión política a propósito de la reunión del 13 de diciembre. Son los propios autores del Documento de trabajo quienes la invocan¬†en dos puntos y de dos maneras. Pero la invocan. La primera, para decir que la gestión de la institución del arte debe independizarse de los políticos. Y la segunda, para concederle el poder de decisión en los museos y los centros de arte de titularidad pública a los patronatos, incluido el poder de nombrar a los directores de estos últimos. Repitámoslo:¬† el poder de nombrar a estos últimos.
    Aquí, evidentemente se plantea una cuestión de poder en su forma mas abierta y palmaria: quién decide qué y para qué. Y lo que dicen y lo que pretenden los firmantes del Documento es que ya no decidan mas los políticos elegidos por el pueblo, sino que decidan ellos. Que son los profesionales, que son los enterados.
    Advertencia. Nos referimos a ellos, porque quienes han montado fundamentalmente esta operación no hemos sido los artistas sino los gestores y mediadores culturales y – si nos apuran – básicamente los galeristas. Los artistas hemos estado aparte, abrumadoramente¬† excluidos de antemano, como se encargó de decirlo Daniel Canogar en la reunión de mayo, en IFEMA, repetimos, en IFEMA. Excluidos aunque en esa reunión haya participado Florenci Guntín, el factotum de la UAAV (Unión de Asociaciones de Artistas Visuales) que nos representa a todos en España.¬† Si, Guntín, es¬†»nuestro» representante pero aunque todos le reconociéramos por aclamación como nuestra voz ¬ñ diciendo en¬†alto: nuestro, así,¬† sin las comillas que podrían dar curso a una hipotética reticencia¬† ¬ñ la verdad es que ni siquiera con ese gesto lograríamos conjurar el fantasma que asedia no sólo al Documento de trabajo sino a todas las formas de representación contemporáneas. Aquí y en cualquier parte. En nuestro ámbito y muchos otros ámbitos.
    Cabe recordarle a los autores del Documento – y a todo el grupo de trabajo si hace falta- : sus modestas proposiciones dirigidas a promover una reordenamiento de los dispositivos del poder en el mundo del arte, tienen como premisa silenciosa el cuestionamiento de los mecanismos de representación política, vigentes actualmente en nuestra sociedad. ¡ Hay que ponerle coto¬† a la ingerencia de unos políticos que aunque hayan sido elegidos como representantes del pueblo no tienen ni idea de arte!. Esa es la parole d¬¥ordre en la que se funda, repetimos, las modestas proposiciones del Documento.¬† Y hasta tienen razón. Pero ¿ porqué tendríamos que fiarnos de los firmantes de la Convocatoria del 13, varios de los cuales han dado pruebas clamorosas de que no tienen mas idea del arte que los políticos de los que ahora denigran? Y no lo decimos sólo nosotros. Recordemos que en la reunión de Mayo donde varios de los participantes mas críticos subrayaron el fracaso¬† sin atenuantes de¬† determinados¬†
    gestores¬† y gestoras en la promoción internacional del arte español contemporáneo, quienes – ¡vaya por Dios! -¬† han cumplido¬† un papel de primera fila en la promoción de esta iniciativa. Muchas razones se dieron para explicar porqué se habían equivocado de cabo a rabo. Nosotros agregamos otra: ni supieron formatear un discurso¬†social y artísticamente eficaz¬† ni supieron elegir a los artistas que había que promover. Y así les fue. Así les sigue yendo. Mal.
    Pero volvamos sobre el tema de la representación. El Grupo de trabajo -¬† o su Documento -¬† cuestionan a los políticos, representantes del pueblo o de la ciudadanía, sólo para proponerse ellos como representantes auténticos o legítimos del «arte contemporáneo en España» y nosotros les cuestionamos a su vez dicha representación, que nos parece sin fundamento. Porque ese es el verdadero problema: la representación en cuanto tal ya carece de fundamento, aunque quienes todavía la ostentan o pretenden ostentarla insistan en que si lo tiene. Ya nadie puede representar a nadie. Y fuimos nosotros los artistas, desde Picasso y Braque desguazando en la pintura el espacio de la representación clásica, hasta Allan Kaprow y Joseph Beuys, proponiendo el derribo de la escena artística centrada en el poder político, pasando por las formas mas consecuentes y radicales del net art. El arte es acción paralela, nuevas subjetividades, identidades fluidas, intercambio en tiempo real, nomadismo, poder constituyente, multitudo. Cualquier cosa, menos representación, como es el caso, a través de formulaciones predemocráticas directamente iluminadas desde el pensamiento reaccionario español.
    ¿A qué colectivo cívico o profesional se le ocurriría «pedir un debate a la administración»?
    El proyecto en marcha no es más que burocracia, burocracia antigua y maloliente¬† destilada desde la derecha que perdió las elecciones del 14 de marzo. La mayoría de sus impulsores a lo peor son el problema y no parte de la solución.¬†¬†¬†¬†¬†
    Difunde: Brumaria. Prácticas artísticas, estéticas y políticas
    http://www.altediciones.com/brumaria.htm

  2. Desde luego la constitución de este ICA tiene su miga. Como bien apunta Brumaria muchos de los «constituyentes» son parte de los problemas que quieren resolver, no hay más que ver quién es su portavoz: Miguel Cereceda, crítico de ABC, reconocido por su rancio posicionamiento estético y autor de declaraciones tan pasmosas como esta: «…lo realmente bonito es la Estética y la Filosofía del Arte, pero esta salida (la crítica de arte) es particularmente buena porque combina la teoría con el dinero y la fama. Así pues, la vanidad y el ego se pueden llenar a la vez que se está haciendo un trabajo serio y riguroso.» En fin, también comentar que en el «documento de trabajo» que maneja el ICA, dice que lo que quieren es «algo como La Accademia de Disegno renacentista dirigida por Vasari» (un buen modelo si bien no tiene en cuenta varios siglos de Historia).
    Pero en lo que patina, y mucho, el análisis de Brumaria, es en la disección política del acto, no parece que sea algo orquestado desde el PP, ya que a la ministra Calvo le ha faltado tiempo para «celebrar el nacimiento del ICA» y eso cuando por la tarde en una conferencia con Trueba decía que «la cultura tiene que ser entendida como servicio público» y que » el mejor servicio que se puede prestar a la modernización y cohesión social de nuestro país es través de lo que representa la cultura de la ciudadanía». Bellas ideas que se dan de narices con «celebrar la iniciativa de Un Instituto de Arte contemporáneo» manejado por galeristas tipo Oliva Arauna y Soledad Lorenzo, críticos como el citado Cereceda o Guillermo Solana y artistas que según los promotores «solo se representan a si mismos a título personal».
    Por ahora lo más cabal parece la postura adoptada por la Unión de artistas y expresado por Guntín en el ABC: «Guntín calificó de ¬´bueno, pero mínimo¬ª el documento de intenciones aprobado: ¬´Nos hubiera gustado que fuera más ambicioso. Nosotros propusimos que se incluyera una defensa de la concepción de servicio público del arte¬ª. La Unión también propuso la creación de un Consejo de las Artes: ¬´En Cultura, la Administración debe poner los medios, pero el carácter estético lo deben poner los expertos¬ª. Por otra parte, Guntín considera que no hace falta una nueva Asociación, sino ¬´coordinar las ya existentes, que son mucho más representativas. Hay gente muy prestigiosa en las Asociaciones de Artistas, donde no hacemos distinciones. Como ya hay una Asociación de galerías y está a punto de crearse una Asociación de críticos y de Museos, nosotros propusimos un convenio de colaboración para impulsar las anteriores iniciativas. Al final una mayoría de gente ha querido crear una cosa de nueva planta, ante lo cual la Unión se desvincula deseando buena suerte al Instituto¬ª. Para Guntín, ¬´este Instituto no será el interlocutor con nuestros artistas, sino un interlocutor más, porque ya hay otros mucho más representativos y con más años de experiencia¬ª.
    Germano París

  3. Está bien conocer otras opiniones. No obstante, cabe preguntarse si no se desautorizan solas con el marco legal que se está construyendo: los pactos que se han firmado en el contrato-acuerdo.
    Es muy bonito el planteamiento, pero si no se dota de mecanismos democráticos a una institución que quiere representar los intereses de un estado hay que preguntarse cuáles son los motivos reales que se esgrimen para su defensa. Motivos hay muchos y variopintos, a veces producidos por la ignorancia, otras por la ambición y en ocasiones por la ingenuidad.

  4. Más reacciones recogidas en la prensa, en este caso de La Razón:
    José Jiménez (presidente del IAC) explicó que en un plazo de seis meses, la Unión de Asociaciones de Artistas Visuales se sumará al proyecto del IAC. ¬´Si ahora no se han incorporado como colectivo ha sido por problemas estructurales y no de objetivos¬ª, dijo la artista Marina Núñez.
    Bueno habrá que ver si en seis meses son capaces de convertir esta pandilla selecta que ahora conforma el IAC en una plataforma en la que se den cita los representantes democráticamente elegidos de las distintas asociaciones de galeristas, críticos y artistas; si no es así habrá que ver si se incorpora la Unión de Artistas Visuales, ya que no van a ir por un lado los artistas representados desde su asociación a discutir con particulares que se han inventado un a nueva institución, ciertamente problemas estructurales como dice Marina Nuñez.
    Por otro lado Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, mostró sus dudas sobre el IAC. ¬´Es bueno que haya un grupo de presión en el arte, pero aquí se han juntado sectores diferentes con intereses diferentes¬ª. Habrá divergencias. Y puso como ejemplo ésta: ¬´Ellos reclaman que haya patronos cualificados en los museos. Yo, en cambio, estoy en contra de los patronatos¬ª. ¿Por qué Fernando Francés está en contra de los patronatos? Pues porque es el único que manda en el CAC de Málaga, y quiere que así siga siendo para no dar cuentas de que subcontrata a empresas de transporte, montaje, etc… directamente controladas por él mismo, todo un negocio bien diversificado y estructurado.

  5. El IAC dice contar con una suma inicial de 40.000 euros para iniciar sus actividades. Dicen ser independientes. ¿Quién paga? Los socios. El volumen más importante es el aportado por galerías y coleccionistas privados….
    Y mientras los artistas afiliandose miserablemente… cuando han sido incapaces de entrar en las Asociaciones de Artistas que directamente (y democráticamente) les defienden. Así nos luce el pelo en este país, si los creadores solo se preocupan de estar a la que marcan galerias y colecciones mal vamos y mal seguiremos.
    Para esto es mejor trabajar en la publicidad directamente.

  6. La Unión de Asociaciones de Artistas mueve ficha. Ayer tuvo un encuentro con la ministra Calvo en la que le expuso sus reivindicaciones:
    -Llegar al 1% de los Presupuestos Generales para Cultura.
    -Reforma de las leyes de propiedad intelectual y mecenazgo
    -Programas culturales divulgativos en los medios públicos
    -Creación de un Consejo estatal de las Artes, con capacidad ejecutiva.
    -Consideración de la cultura como servicio público
    -Redefinir la política cultural hacia el exterior.
    Este encuentro tendrá continuidad a finales de este mes.
    De momento la intención del Instituto de Arte Contemporáneo de erigirse en el único y legítimo interlocutor de la esfera del arte con el Gobierno parece lejos de consolidarse. Esto es una buena noticia,

  7. No os enteráis de nada. Florenci Guntín acaba de solicitar su adhesión al Instituto de Arte Contemporáneo, y agarraos: se dice que eso tiene que ver con su reciente relación sentimental con Oliva Arauna…

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