La Movida: Veritas Non Auctoritas Facit Legem

Aún no hemos dicho nada sobre el impulso institucional a «La Movida» y este texto de Tomás Ruiz-Rivas resulta muy adecuado para situar la cuestión.


Por Tomás Ruiz-Rivas.
La cita que da título a este comunicado es una inversión de la famosa sentencia de Hobbes, «la autoridad, no la verdad, hace la ley», con la que el filósofo inglés pretendía, ya entrado el siglo XVII, justificar el absolutismo empleando la razón, lo cual es obviamente un sinsentido. La inversión no es mía, se hizo popular en el siglo siguiente y todavía hoy se encuentra con frecuencia en escritos sobre política y ciencias legales, porque es un principio del sistema democrático occidental: la verdad, no la autoridad, hace la ley.
He elegido una referencia tan pretenciosa para iniciar el segundo comunicado, dedicado al homenaje a la Movida que ha perpetrado la Comunidad de Madrid, porque pienso que debemos reflexionar, con seriedad y en profundidad, sobre lo que significa un proyecto así en el contexto actual de las artes visuales madrileñas. Es decir, para conducir el discurso hacia un debate sobre las políticas culturales locales y nuestro inexistente sistema de apoyo a la creación, y continuar con lo que se inició en el Conde Duque en noviembre (ver las notas Freaks I y II, que escribí para la ADPCM www.adpcm.wordpress.com ).
Evitando sarcasmos fáciles, el homenaje en lo primero que falla es precisamente en ser homenaje, en su carácter laudatorio, cuando lo único pertinente, de haberlo, habría sido una revisión histórica(1). Un análisis riguroso y desprejuiciado de lo que fue la Movida en su momento y en relación con un amplio espectro de manifestaciones artísticas y culturales que tuvieron lugar también en los 80 y que no se vinculan en modo alguno con ella. Y en relación también con un hecho crucial de esa década, que es el golpe de Estado de 1981, cuyo impacto en la cultura española se mantiene en una zona borrosa de las investigaciones históricas.
Pero el texto que presenta la exposición de Alcalá 31, en espera del catálogo, es un alarde de banalidad e irresponsabilidad, de cutrerío, para situarnos en la época: «La Movida no fue un movimiento propiamente dicho, no hubo un manifiesto teórico fue más bien la explosión de individualidades creativas.»(2) No pretendo hacer en estas páginas ni una crítica de esa exposición ni menos aún trazar una historia de la Movida, pero creo que hay que aclarar algunas cosas. «La Movida – cito a Eduardo Subirats porque no se puede mejorar su semblanza – fue un efecto de superficie, no una obra de arte total. Se identificó enteramente con la fiesta frívola y corrupta, con una estrategia de signos bufos, y con una acción social comprendida estrictamente como mercancía y simulacro. (…) Pese a su banalidad, o precisamente a causa de ella, la Movida significó, sin embargo, una verdadera y radical transformación de la cultura. Neutralizó cualquier forma imaginable de crítica social y de reflexión histórica.»(3)
La Movida, efectivamente, sólo puede entenderse como un momento reaccionario, inscrito en la revolución neo-conservadora promovida por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y que en las artes visuales se caracterizó por la vuelta a los soportes tradicionales, la erradicación de los discursos antagónicos desde una supuesta superación dialéctica conocida como postmodernidad, y un desprecio institucionalizado hacia las prácticas más connotadas políticamente, como el arte colaborativo, el public art y los site specific. Y también por la revalorización del «genio artístico» como modelo de individuo absolutamente autónomo y a-histórico, que es quizás lo único que, irreflexivamente, señala Blanca Sánchez en su texto.
Pero lo que realmente nos interesa es una especie de traca final titulada: «La Movida. Madrid 06 nuevos creadores». El primer texto de presentación gana en profundidad y extensión al de Blanca Sánchez: «Hace 25 años Madrid fue una movida. Hoy, la nueva generación de artistas trabajan desde el intercambio cultural y la relación entre disciplinas. El panorama bulle en torno a la moda, las letras, la música y las artes plásticas, que en diciembre y enero cuentan con todo el protagonismo en lugares mágicos para celebrar el acto fundacional de la nueva movida . Bienvenidos.»(4)
He prometido no caer en el sarcasmo, pero tengo que hacer notar que para la comisión de este textículo ha hecho falta el concurso no de uno, ni de dos, ni de tres, sino de hasta ocho cráneos privilegiados, pues tantos son los nombres de curadores que aparecen en el folleto. Su mejor hallazgo es sin duda lo de los «lugares mágicos». ¿Qué demonios querrán decir? Hay varios cambios entre este pequeño desplegable, que recogí en Alcalá 31, y el tabloide amarillo que se distribuyó un mes antes con la prensa diaria. Y en un tercer folleto, que he recibido por e-mail, la información cambia otra vez más, aunque aparte del delirante título «Destino Futuro» hay poco que reseñar.
La idea de promover una nueva movida es, sin ningún tipo de paliativo, una insensatez. Nadie con dos dedos de frente puede tomarse algo así en serio, y nadie con un mínimo de verg√ºenza debería poner su nombre en semejante cartel. Puede que nos hayamos acostumbrado a la desfachatez de los políticos, pero está claro que la propuesta sólo nos dice una cosa: que todo este programa carece de contenido cultural. Todo el homenaje a la Movida no es más que otro espectáculo de la pre-campaña electoral.
Pero vamos a entrar ya en materia, porque lo dicho hasta ahora era sobre todo para contextualizar la reflexión que prometí en el segundo párrafo. El problema, para plantearlo de la manera más sencilla, es que la Comunidad de Madrid se ha gastado en el homenaje a la Movida más de 3.000.000 de euros, y Madrid no tiene todavía un sistema de apoyo a la creación artística. Ni bueno, ni malo. Ninguno.
Hace un año, cuando Álvaro Ballarín, director general de Museos, Archivos y Bibliotecas de la CAM, anunció este programa y la dotación de un millón para su ejecución, todos nos llevamos las manos a la cabeza, y el portavoz de cultura de Izquierda Unida señaló las precarias condiciones en que se produce cultura en las salas alternativas de Madrid. ¿Qué vamos a hacer ahora que se han gastado no uno, sino tres millones?
El homenaje a la Movida es parte de una tradición de (mal-)uso político del arte contemporáneo, que tiene sus raíces en el papel que jugó Luis González Robles como comisario de exposiciones en la dirección general de Bellas Artes, durante los años 50 y 60. En los 90 Luis Alberto Cuenca, secretario de Estado de Cultura, y Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cooperación Internacional, redescubrieron para el gobierno de Aznar la rentabilidad política del arte contemporáneo: una producción artística con formas avanzadas pero contenidos frivolizados sirve para compensar la imagen nacional-católica y ultramontana del PP, al tiempo que neutraliza la cultura como espacio de conflicto ideológico. El mejor ejemplo sigue siendo la exposición The Real Royal Trip, en la que se gastó un millón de euros para montar una exposición de arte joven en Nueva York, pero no para introducir a nuestros creadores en los Estados Unidos, sino para convencer a los españoles de la modernidad internacionalista del gobierno de turno. La Movida no fue otra cosa, pero a beneficio del PSOE, que deseaba superar la imagen progre y pobre del socialista de los 70, y de paso evitar cualquier debate sobre la Transición.
El homenaje a la Movida está pues dentro de esta lógica: la imagen rancia que proyecta Esperanza Aguirre se puede compensar recuperando una modernidad idiotizada y festiva, que el sastre de turno cree poder recoser y adaptar a la medida de las necesidades políticas del momento.
Nuestros gobernantes parecen haber adoptado como programa una sentencia de Habermas, aunque el filósofo alemán la escribiese como crítica: «El contacto con la cultura forma, mientras que el consumo de la cultura de masas no deja huella alguna; proporciona un tipo de experiencia que no es acumulativa, sino regresiva.»(5)
En definitiva, cualquier cosa menos dejar que sean los artistas los que hagan el arte. El discurso emana del poder político, porque para ellos «Auctoritas non veritas facit legem». Esto ya no es la lógica del absurdo, sino la de la dictadura. La verdad, en este caso el discurso del arte madrileño, no reside en un debate entre diferentes agentes culturales, sino en el ejercicio del poder. Su estructura no se corresponde con la de ese debate, sino que consiste en su identidad con el poder. Hardt y Negri definen la corrupción como «…el ejercicio puro de la autoridad, sin ninguna referencia proporcionada o adecuada al mundo de la vida.»(6) Mejor ni extraer conclusiones.
Pero sí voy a poner ejemplos con nombre: los espacios alternativos de arte contemporáneo de Madrid, que estamos agrupados en una red, rechazamos en repetidas ocasiones participar en el susodicho homenaje. Ni el Antimuseo (más conocido como el Ojo Atómico), ni Liquidación Total ni la Enana Marrón consideramos coherente tomar parte en él, y así se lo hicimos saber a Álvaro Ballarín. Sin embargo una vez que en la CAM habían descubierto la existencia de los espacios alternativos de arte, debieron considerar necesaria su participación en eso que modestamente llaman el «acto fundacional de la nueva movida». Si los que hay, que llevan años trabajando, con programas internacionales, con apoyo de instituciones de medio mundo, etc. no quieren colaborar, ¿qué se hace? Pues inventar otros. Por ejemplo el bar La Mari Pepa; véanlo en el programa. Ahora bien, la transformación del bar La Mari Pepa, que quizás sea un bar estupendo, no lo conozco, en espacio alternativo de arte contemporáneo sólo puede consumarse por un ejercicio puro de autoridad, vulgo porque me sale de los huevos , y en latín auctoritas non veritas facit legem .
Y mientras la autoridad que indudablemente se desprende de tres millones de euros convierte al bar la Mari Pepa y otros muchos en la versión madrileña de la NGBK y el PS1 juntos y en su mejor momento, devuelve la juventud a artistas cuarentones e inventa una excitante escena artística allí donde los demás vemos desolación y podredumbre, los espacios alternativos de verdad carecen de un canal administrativo para solicitar apoyos a la Comunidad de Madrid. Y no sólo ellos, sino todos los mediadores independientes de Madrid, sean curadores, colectivos, asociaciones, y promuevan espacios, revistas, festivales o eventos únicos, así como los mismos artistas. Más exactamente, el sistema de apoyo de la CAM en la actualidad consiste en un «premio» de arte, y hasta hace poco había una subvención destinada a galerías para asistir a feria de arte internacionales, que no sé si sigue existiendo. Para artes escénicas hay un sinfín de convocatorias, una de las cuales incluyó, creo que en 2001, una sección para artes visuales, y nunca más. ¿Por qué se financia tan generosamente el teatro y no el arte? Seguramente ni ellos lo saben. Desde luego Esperanza Aguirre ignora por completo cómo es su propia política cultural, porque en el catálogo de ARCO 2005 escribió: «El gobierno de la Comunidad de Madrid incentiva la creatividad de los artistas contemporáneos a través de numerosas convocatorias y de su apoyo a foros, exposiciones y ferias.»(7) Y lo más sorprendente es que aunque en realidad no hay convocatorias ni canales para solicitar dinero para proyectos de artes visuales, vemos el logotipo de la CAM en muchos de ellos, desde el Festival Edición Madrid a PhotoEspaña o ARCO.
Entre tanto el tejido cultural de Madrid está cada vez más dañado, pese a que vaya a haber una nueva movida, como amenazan desde Alcalá 31. Esta es una realidad tan patente que hasta La Fábrica, responsable en buena medida del desastre, lo reconoció así tras una informal encuesta hace un año.
Creo firmemente, y seguro que no soy el único, que Madrid necesita un sistema de apoyo a la creación que sea transparente, pensado a largo plazo, con criterios consensuados con los diversos colectivos profesionales que actúan en la Comunidad, pero en especial con lo que conocemos intuitivamente como creación de base y con el tejido asociativo. Los tres millones gastados en el homenaje habrían bastado para poner en marcha, a lo largo de la legislatura que ahora acaba, un sistema de apoyo en condiciones y empezar a corregir los muchos males que nos aquejan. Es necesario acabar con la arbitrariedad y el oportunismo político en el uso de los fondos públicos, de nuestro dinero, y es además un derecho no sólo de los creadores, sino de la sociedad en su conjunto, puesto que se le está negando el acceso a la cultura. Se le está dando gato por liebre, y se le está ofreciendo, como dice Habermas, una experiencia de tipo regresivo, en lugar de la oportunidad de involucrarse en un ambiente cultural diverso, crítico y enriquecedor.
¿Y qué hacer? Lo primero no colaborar. Resistir. Decir NO cuando hay que decirlo, que no es siempre, ni siquiera con frecuencia, pero sí cuando tiene sentido. Romper las redes clientelares. Negarles la legitimidad que extraen de nuestro trabajo y dilapidan en cuestiones partidistas.(8) Lo segundo, y esto ya lo hemos repetido hasta la saciedad en conversaciones de café, es formar una mesa en la que esté cabalmente representado el tejido asociativo del arte de Madrid, para redactar el sistema de apoyo a la creación, ya que nuestros políticos no son capaces de hacer el trabajo por el que les pagamos. Hasta entonces, y mientras los mismos artistas que se quejan de la situación participen en estos saraos o quieran acceder a repartos arbitrarios de dinero, tendremos que seguir soportando malas prácticas políticas y una imparable degradación de nuestro entorno cultural.
(1) No considero que las 9 mesas redondas organizadas por Fernando Huici puedan tomarse como una revisión seria de las artes visuales en los 80 y su relación con la Movida.
(2) Sánchez, Blanca. Folleto desplegable gratuito, edita la CAM. Madrid 2006. La trascripción es literal.
(3) Subirats, Eduardo. Transición y espectáculo, en Intransiciones. Crítica de la cultura española. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid 2002. Pág. 78.
(4) Varios autores. Folleto desplegable gratuito, edita la CAM Madrid 2006. La trascripción es literal. Negritas de los autores.
(5) Habermas, J√ºrgen. Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. Gustavo Gili. Barcelona 2004. Pág. 195. Nota: la traducción, de 1981, ha quedado desfasada para el estado actual de la investigación sobre la esfera pública.
(6) Hardt, M. y Negri, A. Imperio. Ed. Paidós, Barcelona 2002. pp. 354 y 355
(7) Catálogo ARCO’05. Edita ARCO – IFEMA Feria de Madrid. Madrid 2005. Tomo 1, pág. 11.
(8) Aunque no pasa de ser una anécdota, quiero dejar constancia de que fui invitado a una de las mesas redondas del acto fundacional de la nueva movida, sin que yo entendiese, por la forma en que se hizo la invitación, que se trataba de eso. Lógicamente renuncié a participar en cuanto lo comprendí, y sugiero a los organizadores que gasten los 150 euros que me iban a pagar en fotocopiar este texto y repartirlo en los diversos eventos del tal acto.
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36 responses to “La Movida: Veritas Non Auctoritas Facit Legem

  1. No parece tan adecuado el texto del Sr Ruiz-Rivas si tenemos en cuenta que él estuvo negociando con la CAM ayudas para su espacio para participar en estos festejos, de espaldas a casi todos los espacios alternativos de Madrid y queda claro que no recibió su parte del pastel. Como pataleta de despechado es vergonzante, independientemente de lo bochornoso de la actuación de la CAM.

  2. parece que alguien maneja información privilegiada, que pena que no se aporte prueba ninguna. no voy a entrar a valorar si esto es cierto o es un bulo pero esta claro que el movidón de la «movida» es un claro ejemplo de instrumentalización política de la cultura… por cierto la exposición del botánico no tiene ni pies ni cabeza y al escusa es muuuy chusca. comparto que hay que decir que no si no es asi solo nos queda el barrizal presente del salvese quien pueda (aqui el salvese puede sustituirse por expongase)

  3. «Formar una mesa en la que esté cabalmente representado el tejido asociativo del arte de Madrid»… me parece muy buena idea.
    Lástima que cuando se planteó desde la asociación de artistas de Madrid crear ésta plataforma (para lo que se convocó a la asociación de críticos y a la red de espacios alternativos)en el mismo momento en el que el ayuntamiento de Madrid empezó a hacer los encuentros con colectivos independientes; con el visible objetivo de legitimar su proyecto del Matadero, no se viera viable por parte de alguno de los convocados, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
    Si ese no fue el momento, quizás sea ahora y la verdad es que se necesita para presionar a los burocratas culturales de Madrid. Si el propio tejido artistico de Madrid estuviera minimamente cohesionado y representado nos podríamos ahorrar muchas «movidas» promovidas.

  4. LA HISTORIZACI√ìN DE «LA MOVIDA MADRILEÑA»
    No nos engañemos, en la exposición de Alcalá no hay nada «inventado» o que no haya sucedido en aquellos años, otra cosa es que no nos guste reconocernos en el cutrerío que fueron los ochenta, porque el personal lo único que quería era «buen rollito», lo que demuestra todo esto no es más que la expresión de lo que la gente quería: comodidad del sofá, alegría del color, sexo a todas horas, etc., seguro que había gente que además quería otras cosas, pero‚Ķ ¿‚Ķ? Absolutamente lógico que ahora se reconstruya en términos «Históricos», con una evidente doble funcionalidad política: legitimación del pasado y auratización a futuro.
    El parto estaba ya bastante asistido desde hacía años, y casi nadie aguantaba entonces otro tipo de prácticas resistentes o antagonistas. Tampoco podemos ahora, sustituir la reflexión crítica por una construcción romántica de otros comportamientos (artísticos o políticos) que posiblemente habría que buscarlos con lupa.
    Es posible que unos pocos años antes, aún hubieran podido evolucionar las cosas de otra manera, pero para entonces había ya mucha gente dispuesta a integrarse en el sistema de la manera que fuera, porque era una necesidad de supervivencia económica. La debacle política provocada por los Pactos de la Moncloa era visible antes de que el PSOE convirtiera en mercancía y pelotazo todo lo que se movía. De hecho, al «el que se mueva no sale en la foto» característico del entramado político de los ochenta, se correspondía la práctica de «si te haces la foto puedes llegar al pelotazo», y en ese sentido, creo que nadie que realmente estuviera en el sitio adecuado y en el momento oportuno, haya optado por elegir la agarofobia.
    Por mi parte considero que, en este momento es abrumadoramente hegemónica la práctica de culturizar cualquier creación artística, con lo que ello conlleva de fetichización, sometimiento a los intereses de la industria cultura, etc. Es absolutamente coherente la práctica política de las instituciones, toda vez que como debería leerse como una obviedad, los individuos que las dirigen y representan hace mucho tiempo que han dejado de tener en cuenta «los intereses de la sociedad». Para ellos, «la sociedad» no es algo abstracto, es por el contrario una comunidad definida por las redes de poder en las que ellos y esa industria de la cultura participan, y con las que logran dirigir los beneficios del común, hacia sus propias cuentas corrientes.
    Lo que realmente sorprende, es que desde los actantes supuestamente antagonistas al sistema clientelar, se pida ayuda a las instituciones hegemónicas; que las soluciones a esa obviedad de que Madrid necesita espacios alternativos para el arte, continúen dependientes de lo que las instituciones que sabemos sirven a intereses hegemónicos distribuyan el chocolate del loro.
    J.V.

  5. LA EDAD DE ORO por Bruno Marcos
    Los estudios generacionales han sido, en los últimos años, denostados y con razón. En casi todos los casos, en las artes o las letras, desde finales del siglo XIX, han servido como plataforma de lanzamientos que, rentabilizando esquemas historiográficos, acabaron por acaparar la atención e instalarse en el anaquel de la historia historicista.
    En la actualidad no se puede hablar de generaciones sin entrar de lleno en la lógica de la exclusión y en las ingenierías del éxito y, por consiguiente, sin ser objeto de críticas evidentes. De manera que, como sustituto del patrón generacional, la industria cultural ha extendido una especie de confusión generalizada, un totum rovolutum donde aparecen y desaparecen cualesquiera manifestaciones de un nuevo género denominado arte joven.
    Nadie quiere parecer ya un tonto entusiasmado con la posibilidad de que un mismo tiempo y un mismo lugar -en esta globalización que disfrutamos- puedan ser las claves de la realidad que padecemos. Es peligroso poner en función un pensamiento histórico cuando lo que se espera es ordeñar la ensoñación de un futuro presente que nunca llegará y que, además, no importa.
    Pero lo cierto es que este tiempo y este sitio que hemos vivido han propiciado determinados estados de la sensibilidad, estados expresivos, que han puesto en juego sus propios sustitutos de lo bello.
    Hará algo más de un año que se repuso a altas horas de la madrugada el mítico espacio televisivo La Edad de Oro. Podíamos asistir en él a uno de los últimos y más vehementes intentos de poner en marcha el mecanismo generacional.
    Entre el acné y la afectación iban apareciendo personajes que no intentan disimular parecer desorientados, incompetentes, incluso rematadamente estúpidos. Por momentos, los más locuaces, como Santiago Auserón o Almodóvar, llegan a parecer altisonantes, fuera de lugar. Vemos más interesantes a los más perezosos, los más raros, los desconocidos, aquellos de los que no se supo más.
    Tal vez todo el país estuviera esperando ser redimido por los jóvenes, aunque estos fueran imbéciles, o precisamente por eso. Puede ser que todo el mundo creyese que la estupidez les salvaría del discurso, de los recitadores del discurso que habían estado cuarenta años siendo locuaces.
    Paloma Chamorro iniciaba el primer programa refiriéndose a algo ya pasado, algo histórico: ¿Qué fue ‚Äìpregunta- Kaka de Luxe? El programa más vanguardista del momento empezaba con algo que ya era un pasado. La compulsión automitificadora rezumaba en el plató desnudo y negro como si todo aquello se hubiera fraguado en el aula de literatura de un instituto cercano.
    Los personajes indolentes, respondían con desgana a las preguntas de la presentadora, reconocían no saber por qué hacían lo que hacían, aseguraban no saber música ni cantar, militaban en un grupo cuatro meses y pasaban a la historia. Un crítico musical justificaba, decía que creía en unos que cantaban repetidamente: «…opera tu fimosis, opera tu fimosis…» porque habían escogido el camino del mal y todo era bañado por la aureola del futuro, como si todo eso fuese observado desde ese ahora, desde esa reposición.
    ¿Es posible que esos protagonistas de una improvisación general estuvieran traspasados hasta tal punto por un pensamiento histórico? Prueba de ello sería la larga vida de mitos, enquistados en nuestra esfera de lo popular como Alaska, Almodóvar -y su universo-, cuando lo verdaderamente propio, habría sido su decadencia y olvido.
    Los que aún éramos unos niños en esa época, 1983-84, no podemos volver a ver esos documentos sin sentir una mezcla de verg√ºenza y excitación. Sumergidos, a partes iguales, en la expectación ingenua de la utopía cultural y en una colección de traumas heredados, vivíamos la ensoñación de una libertad minusválida.
    Gran parte de la energía de la actualidad proviene de esos años de la transición y alimenta, incluso, los productos más comerciales que aprovechan el tirón de las mitologías ocasionales. ¿Pero qué contenía esa energía?: Contenía la fuerza del salto al vacío que situó a nuestro país en el último avatar del pintoresquismo, la movida*. Lo que, en otros países, era una reacción contra una sociedad que no ofrecía ninguna esperanza a la juventud, en España, presentaba una deslumbrante contradicción, expresada en la extravagante alianza entre estado y contracultura, el gesto más punki que ha hecho nuestro país, a medio camino entre el ridículo más bochornoso y la genialidad histórica.
    La clausura del tiempo de adviento, que supuso el paso de la dictadura a la democracia, exigió una reconversión de los valores urgente. A la tartamudez ingenua de los muchachos de La Edad de Oro se la tragó la estrategia de éxito garantizada por la sobrexposición. La fama enseguida fue la nueva religión, como si su altísima visibilidad banal neutralizara la tensión existencial. De ahí hasta la telebasura, desde ahí hasta el freak y, desde él, hasta el tonto del pueblo, otra vez.
    ¿Acaso fuimos ‚Äìseamos-, los niños de la transición, la última generación ingenua? Por ahora.
    * Lo que hizo singular a la movida, respecto a todos los movimientos de los años 80, fue el respaldo institucional del que disfrutó. Baste recordar que el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, alumbró la idea de poner despacho a la cantante Alaska.

  6. Hola
    B., sólo puedo decirte que lo que has escrito es falso, y que hay demasiados testigos como para que puedas mantenerlo. Si estás en aquello de que una mentira repetida 1.000 veces se convierte en verdad, te faltan 999 copias. Y para que les quede claro a los demás, el contacto con la CAM surgió a raíz de la primera noticia del homenaje a la Movida, en el País, hace cosa de un año. En el mismo reportaje se recogían las declaraciones del portavoz de IU que aludo en el texto, y la respuesta de Ballarín: aseguraba que la CAM había dado soporte económico a todos los espacios alternativos de Madrid en 2005. Escribí una carta al mismo periódico, sección de Madrid, refutando a Ballarín y emplazándole para una reunión. El mismo día Ballarín me llamó por teléfono y me invitó a reunirme con él en Alcalá 31. Mi única condición para aquel primer encuentro fue que participase un representante de cada espacio asociado a la red, y así lo hicimos. En aquella misma reunión nos propusieron tomar parte en el homenaje, y lo rechazamos por unanimidad, postura que hemos mantenido hasta hoy, por más que un miembro de uno de los espacios haya colaborado en la organización. Eso ya es cuestión de cada uno. Nuestra colaboración con la CAM consistió en ayudar a la redacción de las bases de una subvención para espacios alternativos de arte contemporáneo, que seguramente ha quedado en el cajón. Si se retoma esa relación en el futuro, espero que colaboramos para crear una sistema de apoyo a la creación, no sólo a los espacios.
    Pablo: la plataforma la rechazamos en aquel momento no porque la idea de una plataforma sea mala, sino porque no estábamos de acuerdo con la manera en que se planteaba. Para que una organización así sea realmente incluyente hay que fijar pocas premisas y pocos objetivos, y además muy generales. Para mí el momento no sólo es bueno, sino que es urgente que nos organicemos.
    Circe: yo siempre he defendido la financiación pública de la cultura. Es todo un tema de discusión, y sé que hay muchas cosas cuestionables en mi postura, tantas como en las contrarias. Creo que no es el lugar, pero que valdría la pena desarrollar esta cuestión.

  7. 1. Desde Liquidación Total confirmamos la forma y contenidos con los se desarrollaron las conversaciones con la CAM.
    2. Efectivamente Pablo, hace más de 2 años de aquellas conversaciones. No fue el momento de llegar a ningún acuerdo no sólo por divergencia entre los objetivos y estrategias entre AVAM, la Asociación de Criticos, Red de Espacios y otros implicados sino porque en ese momento los espacios estábamos acordando nuestra propia forma de organizarnos. La única realidad es que hace 3 años cuando la Red de Espacios presentó un plan director al Ayto (tal y como se nos solicitó por parte de Juanjo Echevarría) y más tarde a la Comunidad de Madrid había involucrados 6 espacios, después del apoyo recibido no quedan más que tres. COn esto se ilustra claramente la excelente estrategia de ambas administraciones para desactivar cualquier intento de independencia y continuar con el control, concentración y apropiación de la cultura.
    Pues…¿adelante con la nueva ronda no?

  8. Para hablar de la «Cultura» estaríamos mejor en Delayed, porque es un término que como diría Gustavo Bueno, es claro y confuso; y como decía Carl Andre es aquello a lo que se opone el arte. Es decir, que si queremos vaciar en la medida de lo posible el lenguaje de misticismos, o articular un discurso lo más alejado posible de un metalenguaje, hemos de abandonar también el mito de la cultura como algo por lo que podríamos luchar.
    Por mi parte considero que pedir a las instituciones del poder, que financien nuestros proyectos antagonistas, podría estar a medio camino entre el infantilismo ignorante y el cinismo económico-pancista.
    Otra cosa sería exigir que las administraciones destinaran la parte del erario público que se considere, concebido como «capital» (Beuys) para producir nuevos artefactos ‚Äìvisuales, plásticos, performáticos, etc, etc.- destinados a informar (producir conocimiento) a los sujetos, sobre el mundo del que formamos parte.
    Prefiero no entrar en las discusiones bizantinas sobre si eran galgos o podencos quienes frustaron una posibilidad de «contaminación» participando en las propuestas institucionales, porque en el fondo, si como colectivo antagónico al sistema, no se articula un discurso claro y distinto, la fagocitación está garantizada. Por otra parte, se pueden valorar esos procesos como un modo de supervivencia, un posibilismo casi endémico en nuestro país, del que luego surgen tipos como Almodovar o Alaska, pero del que podemos esperar mejorar algunas cosas, pues como bien señala Pablo «nunca es tarde si la dicha es buena»; aunque como señalan desde Liquidación, las partipaciones individuales (llámese oportunistas) ocultas, ilustran la estrategia del poder para desactivar las prácticas antagonistas al hegemonismo institucional.
    J.V.

  9. Como Pablo parece saber bien, el refranero da para mucho; en este punto yo apelaría la mítico palentino: Donde no hay mata no hay patata y es que por mucho que no queramos entrar en disquisiciones bizantinas, no nos queda más remedio que plantearnos quién elabora los discursos. Si bien el de la institución lo conocdemos a la perfección el de nuestras propias filas parece un poco más delicado y podemos acabar en la trampa de hacerle el juego a quien demuestra de manera continua que lo que realmente le importa es la propia bolsa y no generar tejido. Y cuando hablo de bolsa no hablo sólo de dinero sino de colocar en primera persona el esfuerzo ajeno. No es bizantino desenmascarar al impostor, al que se aupa sobre los esfuerzos de los demás en su propio beneficio; es el quintacolumnista el que hace el juego al sistema. Tiempo ha que conocemos las licencias del corsario, otra cosa es que queramos dejarnos engañar. La creación de la red de espacios altenativos está llena de cadaveres; los espacios no han desaparecido por si sólos, se les ha silenciado desde su propio medio por cuestiones tan prosaicas como disminuir el divisor para aumentar el cociente.
    Salud.

  10. Lo siento, pero yo no me acabo de enterar de este cruce de acusaciones que os traeis (e imagino que como yo, otros a los que les interese este tema de los espacios independientes)
    ¿Quien conforma a día de hoy la red de espacios alternativos? ¿De quién son los cadaveres y por qué murieron? ¿Cuánto se divide?
    Hablar por hablar no da para informar. Para poder valorar lo que se dice, y que las acusaciones que se vierten no sean gratuitas se necesitan datos contrastados, no sobrentendidos de «enteraos».
    Tampoco se si estoy alimentando un troll, pero tiene toda la pinta.

  11. Tanto Pablo como Tomas ya han comentado cuándo se creó y en qué condiciones la red de espacios alternativos unos comentarios antes; en cuanto a los cadaveres mira a ver quien forma parte de la red y que espacios había en ese momento operando en Madrid.
    El cuanto lo desconozco con precisión pero mira las ayudas recibidas del ayuntamiento por los cuatro miembros de la red en los dos últimos años y las que han recibido los demás.

  12. Pues parece que a «EL OJO AT√ìMICO» de Tomás Ruiz Rivas es a quien más ayuda recibe del Ayuntamiento de Gallardón. Por tanto el Ayuntamiento madrileño del P.P. ayuda a su espacio tanto como la Comunidad de Esperanza Aguirre financia «la movida» del Botánico. No parece por tanto coherente su crítica. Fui invitado y asistí a esas jornadas en el Jardín Botánico y no me pareció que se tratara de refundar ninguna movida, más bien de presentar trabajos intersnates de artistas madrileños. Fueron un éxito y los debates muy ricos. ¡Enhorabuena a los Organizadores!

  13. Pues parece que a «EL OJO AT√ìMICO» de Tomás Ruiz Rivas es a quien más ayuda recibe del Ayuntamiento de Gallardón. Por tanto el Ayuntamiento madrileño del P.P. ayuda a su espacio tanto como la Comunidad de Esperanza Aguirre financia «la movida» del Botánico. No parece por tanto coherente su crítica. Fui invitado y asistí a esas jornadas en el Jardín Botánico y no me pareció que se tratara de refundar ninguna movida, más bien de presentar trabajos intersnates de artistas madrileños. Fueron un éxito y los debates muy ricos. ¡Enhorabuena a los Organizadores!

  14. Pues parece que a «EL OJO AT√ìMICO» de Tomás Ruiz Rivas es a quien más ayuda recibe del Ayuntamiento de Gallardón. Por tanto el Ayuntamiento madrileño del P.P. ayuda a su espacio tanto como la Comunidad de Esperanza Aguirre financia «la movida» del Botánico. No parece por tanto coherente su crítica. Fui invitado y asistí a esas jornadas en el Jardín Botánico y no me pareció que se tratara de refundar ninguna movida, más bien de presentar trabajos intersnates de artistas madrileños. Fueron un éxito y los debates muy ricos. ¡Enhorabuena a los Organizadores!

  15. Pues parece que a «EL OJO AT√ìMICO» de Tomás Ruiz Rivas es a quien más ayuda recibe del Ayuntamiento de Gallardón. Por tanto el Ayuntamiento madrileño del P.P. ayuda a su espacio tanto como la Comunidad de Esperanza Aguirre financia «la movida» del Botánico. No parece por tanto coherente su crítica. Fui invitado y asistí a esas jornadas en el Jardín Botánico y no me pareció que se tratara de refundar ninguna movida, más bien de presentar trabajos intersnates de artistas madrileños. Fueron un éxito y los debates muy ricos. ¡Enhorabuena a los Organizadores!

  16. Pues parece que a «EL OJO AT√ìMICO» de Tomás Ruiz Rivas es a quien más ayuda recibe del Ayuntamiento de Gallardón. Por tanto el Ayuntamiento madrileño del P.P. ayuda a su espacio tanto como la Comunidad de Esperanza Aguirre financia «la movida» del Botánico. No parece por tanto coherente su crítica. Fui invitado y asistí a esas jornadas en el Jardín Botánico y no me pareció que se tratara de refundar ninguna movida, más bien de presentar trabajos interesantes de artistas madrileños. Fueron un éxito y los debates muy ricos. ¡Enhorabuena a los Organizadores!

  17. Pero vamos a ver… El comportamiento preconstitucional de aceptar limosnas a cambio de callar la boca está un poquito ya pasado no? Desde cuándo hay que dejar de criticar por recibir ayudas? ¿A qué tipo de modelo de apoyo a la cultura responde eso?… Siguiendo tu razonamiento ¿Cuál sería entonces la misión de las administraciones? ¿Aportar dinero a cambio del silencio?

  18. Totalmente de acuerdo con este ultimo comentario. Por otro lado parece que los de La Fabrica han puesto a trabajar a destajo al tal vittorio para que no se pueda cuestionar su poder omnimodo dentro de las instituciones de madrid.

  19. Precisamente por eso, los organizadores de las jornadas han seleccionado artistas y ponentes que reflejan excepcionalmente lo que se hace en la actualidad en Madrid. Las performances de Murciego o de Los Torreznos fueron extraordinarias, entre las muchas acciones que se pudieron realizar allí. Además, los debates -libres- estuvieron abiertos a la crítica, y es incomprensible que no se hicieran en aquel foro, declinando un compromiso previo. Ah, en mi caso nada que ver con Anaut. Que conste.

  20. Por supuesto que algunos de los artistas presentados trabajan de forma muy acertada, y así lo vienen demostrando desde hace mucho tiempo.
    En mi opinión, la critica que hace Tomás no va dirigida a los trabajos puntuales de cada uno de los artistas, sino a las motivaciones e intrumentalización de todos estos eventos por parte de las instituciones organizadoras. Y el que no quiera ver eso es porque de alguna forma sabe que no era ni el momento ni el lugar… por favor, que estábamos viendo arte frente a los bonsais de Felipe Gonzalez

  21. hasta que algunos -de los que escriben- no maten el momento «movida»… malamente vamos a seguir. parecemos muralistas mexicanos.. igual no estaría demás dejarnos de mirar al ombligo
    ¿o va a ser que nos vienen bien aquellos tiempos dorados?

  22. Perdón pero siguiendo las informaciones sobre el sarao este de la movida he leido una cos con la que me he partido el culo de risa y os la copio para que podais disfrutar como yo misma, lo he copiado de http://www.ladinamo.org/blog/?p=99 :
    «El pasado 14 de diciembre se conmemoró el décimo aniversario de una oscura Cátedra San Juan de la Cruz, celebración que contó con un importante apoyo de la CAM. Según algunos de los asistentes a la inauguración del acto, Álvaro Ballarín, director general de Archivos, Museos y Bibliotecas, en pleno subidón de (como poco) adrenalina electoral declaró: «San Juan de la Cruz fue algo así como el principal representante de la Movida de su época». En efecto, numerosos eruditos han sugerido una íntima conexión entre aquello de «Salí sin ser notada» de San Juan y el «Gran ganga, gran ganga / yo soy de Teheran» de Almodovar y McNamara.
    Esto augura diversión sin límites hasta las elecciones. Seguiremos informando».

  23. Hola hermosos:
    Me parece acertada la propuesta del dilema de galgos o podencos, habría que decidir si hay que ir a por el dinero de todos: la bolsa del tesoro o ser autogestionarios y pasar de papá PP Ayuntamiento.
    Personalmente opino que si yo fuera artista me organizaría en grupos y haría ambas cosas. O solo van a ser listos los gestores de la caja, que es de todos. Ellos siempre hacen caja A y caja B.
    Sólo es una opinión, salud

  24. y volvemos a empezar…
    Manifiesto de los agentes artíticos independientes de Madrid
    Los agentes culturales abajo firmantes, asociaciones culturales y colectivos especializados en mediación de arte contemporáneo, de carácter no lucrativo y domiciliados en la Comunidad Autónoma de Madrid, se reunieron en asamblea el día 7 de mayo de 2007, y tras deliberación decidieron emitir el siguiente manifiesto:
    El ayuntamiento y el gobierno autonómico de Madrid han desarrollado en los últimos años políticas culturales que ignoran el tejido cultural y asociativo de nuestra ciudad y comunidad.
    Estas políticas se caracterizan por la opacidad de los procesos de gestión cultural y asignación de recursos públicos, y por el carácter exclusivamente vertical de la toma de decisiones: son los políticos los que idean, diseñan y proyectan los programas expositivos y demás actos relacionados con el arte contemporáneo, sin tener en cuenta las posiciones de los diferentes agentes culturales, o incluso a pesar de su oposición.
    En consecuencia se promueven grandes proyectos de presupuesto millonario y carácter espectacular, como las Noches en Blanco, 1.000.000 de euros, o el Homenaje a la Movida, más de 3.000.000, e infraestructuras faraónicas, como el Matadero, 110.000.000 de euros, y otras iniciativas institucionales como la Fundación Arpegio de la CAM, que nace con 2.500.000 euros para un programa de ayudas cuyas bases tienen una clara orientación ideológica. Es un sistema donde artistas y mediadores se ven constreñidos a encajar, mientras la sociedad civil carece de algo tan elemental como un sistema de apoyo a la creación y producción artística contemporánea; sistema que ya existe, por ejemplo,
    para el cine y el teatro.
    Este proceder ha causado y causa un profundo daño a la sociedad madrileña: impide el desarrollo del tejido asociativo, que es esencial para la salud de la democracia, frena y reprime la energía creativa de la sociedad, impide también el crecimiento y la profesionalización del sector cultural, entendido como un tercer sector de servicio público y ciudadano y priva al conjunto de la sociedad de la participación y acceso a manifestaciones artísticas diversas tanto en sus contenidos como en su identidad social y vinculación territorial.
    En conclusión, nos encontramos en una situación regresiva: se cierran espacios alternativos, se cancelan festivales, apenas hay medios impresos independientes, y toda actividad artística que no tenga un carácter estrictamente comercial parece estar de sobra en Madrid.
    En una conurbación de más de seis millones de habitantes, con el mayor nivel de renta de España, tenemos el panorama propio de una pequeña ciudad en un país en vías de desarrollo, o dicho de otro modo, un retraso de más de cincuenta años.
    Sin embargo en Madrid existe un tejido asociativo de larga tradición, con gestores que han hecho su trabajo en las condiciones más adversas, soportando intermitencias, quiebras y carencias de todo tipo, y que vienen reclamando un cambio profundo en las políticas de apoyo y promoción del arte contemporáneo desde hace más de una década.
    Se trata de colectivos y asociaciones culturales que gestionan espacios, festivales y publicaciones, o que trabajan puntualmente en proyectos expositivos. Son iniciativas sin ánimo de lucro, pero generan riqueza y conocimiento. Pueden gestionar los recursos mejor que las instituciones públicas, trabajan en la proximidad al ciudadano y forman una parte esencial del sistema artístico de cualquier país. Sin ellas no existe un tejido cultural y artístico vivo, abierto y en constante evolución.
    La precariedad e incertidumbre en que trabajan las asociaciones y colectivos que conforman el tejido cultural de Madrid es una verg√ºenza y es ya insoportable. Más teniendo en cuenta la larga trayectoria de muchos de ellos, en ocasiones superior a los 10 años, y su proyección local, nacional e internacional.
    Es incomprensible que al día de hoy todo el apoyo a la creación artística en Madrid se resuma en un premio anual para artistas que otorga la Consejería de Cultura de la Comunidad, y el programa general de Intermediae, por parte del Ayuntamiento. Ambos de carácter meramente simbólico, insuficientes y mal estructurados.
    De los 18.169.000.000 euros del presupuesto general la Comunidad de Madrid en 2007 la Consejería de Cultura y Deportes dispuso del 1,84 %, 335.000.000 euros, de los cuales 188.000.000 fueron para Cultura y Patrimonio Histórico. La cantidad que ha destinado este año a fomentar la creación artística suma 92.000 euros. El ayuntamiento por su parte este año va a gastar en total 4.814.840.000 euros, de los cuales el área de gobierno de las Artes del Ayuntamiento se lleva 146.440.000, aunque el total gastado en cultura asciende a 202.210.000 euros, un 4,19 % del total. Lo aportado al fomento de la creación artística sumó 300.000 euros, pero con la salvedad de que parte de estas ayudas ha sido destinada a proyectos que se realizan en el marco del programa municipal Intermediae.
    En resumen, Comunidad y Ayuntamiento gastan en cultura 537.210.000 euros al año. Mucho dinero.
    Pero las convocatorias abiertas a la ciudadanía, las que permiten a los diferentes agentes de la creación artística contemporánea aplicar para obtener recursos públicos, suman en total de 392.000 euros, el 0,07 del total. El resto va a dedo; sobran comentarios.
    Lo que reclamamos es connatural a la democracia y ya está escrito en nuestras leyes, entre ellas la de administraciones públicas, que previene el uso arbitrario del dinero público. No exigimos otra cosa que la participación de los ciudadanos en la construcción de la sociedad y la justa redistribución de la riqueza, dentro de la cual están también el capital cultural y el acceso al conocimiento.
    El Gobierno autónomo y el Ayuntamiento de Madrid deben reconocer que la cultura es un derecho y cumplir con su deber, que es garantizarlo y facilitar las condiciones para que los agentes culturales desarrollen su trabajo.
    Madrid necesita con urgencia un sistema de apoyo a la creación artística similar a los que existen en los países de nuestro entorno. Un sistema de apoyo articulado, que diferencie entre artistas y mediadores no empresariales, y que ofrezca a los primeros ayudas a la producción de obra, becas anuales y trienales y talleres subvencionados. Y a los segundos un plan de choque en infraestructuras, apoyos a proyectos, apoyos anuales y trienales, tanto para producción como para gastos fijos, y difusión de sus actividades.
    Si en la pasada legislatura entre ambas administraciones hubieran destinado solamente 1.000.000 de euros anuales al apoyo a la creación, el 0,18 % del gasto en cultura, con los criterios y mecanismos de participación que proponemos, Madrid sería ya un lugar de referencia en el arte español. En realidad deberían destinar el 1 % anual, 5.372.100 euros, que no suponen más que el 0,02 % de los presupuestos generales. Sólo así habría cultura en Madrid, porque la creación surge de la base de la sociedad, no de los despachos de los políticos. Y con la cultura, aunque esto debería saberse ya, vienen el desarrollo personal para los ciudadanos, la reflexión y pensamiento crítico sobre las transformaciones colectivas, el fortalecimiento del asociacionismo y la participación ciudadana en la producción cultural, con la consiguiente mejora de la gobernabilidad, etc. etc. etc. Y finalmente los artistas y mediadores ya no nos veríamos obligados a emigrar, como es tradición en el arte español, o a soportar las diferentes formas de exilio interior en que se han asfixiado tantas carreras y talentos.
    Desde este manifiesto los agentes de la creación de base del arte de Madrid, organizados en colectivos y asociaciones, queremos poner en conocimiento de los candidatos a la alcaldía de Madrid y presidencia de la CAM cuáles son los problemas reales del arte en nuestra ciudad y comunidad, y convocamos a sus portavoces de cultura a una reunión urgente, donde se establezcan las bases de una nueva política cultural más constructiva y participativa, y más conforme con las demandas y requerimientos de nuestro tiempo.
    Madrid, 15 de Mayo de 2007
    A.C. Antimuseo
    Mantuano 25, local. Madrid 28002
    CIF: G 84399427
    La Enana Marrón
    Travesía San Mateo Nº 8, bajo dcha. 28004
    Madrid
    Brumaria AC
    Santa Isabel, 28. 28012 – Madrid.
    CIF G-82631219
    Asociación Cultural Clave 53
    C/Campomanes 8, Bajo C
    28013 – Madrid
    Registro de Asociaciones de la Comunidad de
    Madrid 25.687
    Asociación elinvernaderocultural
    Dirección: Marqués de Toca 12, 2º Madrid 28012
    Cif: G83821511
    ASOCIACIÓN CULTURAL PUBLIC-ART
    Mesón de Paredes, 58 – 28012 MADRID
    Registro Nacional de Asociaciones 161.235
    CIF.: G-81794844
    ASOCIACIÓN CULTURAL ACCION!MAD
    Registro Nacional de Asociaciones «En Trámite»
    Asociación Espacio Menosuno
    La Palma nº 28, 28004 Madrid
    CIF G-84226042
    Liquidación Total
    Asociación LT2003
    C/ San Vicente Ferrer 23
    28004 Madrid
    Asociación JAOS
    Costa Brava 53
    CIF: G 83552273.

  25. Envió este manifiesto, con el que puedo comulgar por partes sino desconfiará tanto de las intenciones de quien lo promueve para avivar de nuevo esta entretenida charla‚Ķ un nuevo comunicado con mucho verbo reconocible de su instigador el Sr. Rivas -prolífico comunicador de tonos ferolíticos- aleccionando de nuevo a la batalla aunque esta vez con el cuajo honesto al criticar también a aquellos de los que recibe dinero.
    Entre los firmantes están algunos que nunca fueron invitados en la primera convocatoria que se menciona arriba y otros que como decían antes, quedaron cadáveres… inocencia o voluntarismo? no tengo dudas de que mucho de ambas por casi todas las partes

  26. rata,
    no pareces entender que lo importante aquí es establecer precondiciones para una sociedad civica. A los creadores, colectivos y asociaciones (que surgen de la ciudadania) hace falta que se les nutren. Y eso a lo largo está en beneficio de TODOS.
    Asi que basta ya de demagogia barata – ni inocencia ni voluntarismo. No trates de crear un falso debate como lo instigado por ‘circe’ arriba, donde acusa a los creadores de ‘contaminación’ por el hecho de aceptar y exigir apoyos institucionales. La dura realidad es que se trata de 537.210.000 euros de DINERO PUBLICO – que sin embargo ni se gestiona democráticamante ni llega donde tiene que llegar.

  27. …y es más – en el pais de hoy 21.5.07 hay este articulo:
    «Aguirre propone que la colección permanente del Thyssen se exhiba en Nuevo Baztán
    La presidenta regional ofrece el Palacio Goyeneche para albergar el Centro Internacional de Artes de Madrid»
    … otro ejemplo del mal uso de fondos públicos (nuestros!) para fines elitistas en vez de formenatar la sociedad civil con ayudas a la creación de base.

  28. ecléctico, aquel que adopta posturas intermedias en vez de seguir soluciones extremas, me niego a que el único vino que me sirvan sea malo bajo pretexto de ejercicios de civismo mal entendidos. Y también a «aceptar pulpo» sólo por que estemos de acuerdo en un fin. El medio, y lo debemos recordar hablando de «cultura», es importante y esclarecer los objetivos de aquellos que promueven una iniciativa en lugar de asumirlo religiosamente, es intentar un ejercicio de reflexión.
    No me hagas la torticería de asumir mi discurso al del regimen sólo por que no trague con las ruedas del molino atómico.
    No sólo lo «nuestro» es «subvencionable», por «bueno» digo yo, en la sociedad cívica que reclamas. Las precondiciones que pides existen y las ejercen muchos colectivos, asociaciones y espacios alternativos, que por supuesto se servirían de mejores condiciones.
    No es posible que existan otras vías para dejar de pasar el cepillo de la caridad institucional??
    amen

  29. Ecléctico se ha ido, yo sigo en monólogo, ahora en forma de comentario de texto:
    «fines elitistas» no, trantandose de una colección que se pone a «disposición» del público podríamos hablar de «fines populistas». Lo criticable es que esa colección no tiene tanta calidad y es de interés relativo en una región que cuenta, además de con la de su marido, con el Museo del Prado.
    «fomentar (formenantar sic) la sociedad civil»…
    una sociedad civil fomentada es una sociedad civil cautiva.
    Y por último, «creación de base». La analogías de el entorno creativo con la organización política es potencialmente interesante para el análisis… pero me da pereza

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