La política del lenguaje en el diseño gráfico

Introducción a la ponencia que haré en la Universidad de Valladolid dentro del seminario
»Texto y subtexto en el arte contemporáneo» el 27 de abril de 2011.
Con la desaparición de los sistemas totalitarios explícitos y la consolidación de las democracias neoliberales, es decir, la confluencia de la democracia parlamentaria supeditada a los intereses del capital, el individuo recupera una cierta capacidad de elección. Puede, por ejemplo, decidir en qué se gasta su dinero o, también, a quién ha de votar.


Esta sencilla aunque parcial conquista pone en marcha enormes intereses por el control de la voluntad porque, una vez el individuo puede ejercer la suya propia, multitud de instancias tratarán de modularla para que sea favorable a sus propios intereses. Se libra así una batalla por el control de la subjetividad en la que el diseño gráfico, como un instrumento de producción simbólica de enorme poder de penetración, juega un papel especialmente activo.
Sin embargo, desde el diseño gráfico, a pesar de los innumerables debates alrededor del lenguaje, no se ha abordado correctamente esta cuestión. El diseñador alemán Gui Bonsiepe, residente en Brasil, ejercita una fuerte preocupación por el aspecto social del diseño. En su artículo «Diseño y democracia» ofrece algunas claves para la comprensión de este escenario. Bonsiepe establece una diferencia entre dos acepciones del diseño, una, como una herramienta para la solución inteligente de problemas y, otra, como estilismo. En definitiva, la clásica oposición entre función instrumental y función simbólica. Para él, muchos de los problemas nacen de la hipertrofia de esta segunda acepción del diseño y la solución que apunta pasa por el abandono de esta segunda vía de trabajo. Un diseñador, por tanto, debería prestar más atención a la funcionalidad del objeto que está produciendo y menos a su estilo, al lenguaje con el que se expresa. Es, en este sentido, un fiel heredero de la Bauhaus y el racionalismo.
Si obviamos, no obstante, el hecho de que la función simbólica es un terreno imposible de abandonar, su hipotético abandono dejaría despejado el campo de batalla para aquellos que sí desean instrumentalizar la producción de subjetividad a favor de sus intereses particulares. A menudo, los diseñadores, molestos (o aterrados) con la condición humana, deciden orientar su trabajo hacia el sector social, tomando un punto de vista humanitario, pero adoptando un lenguaje y una estrategia similar al de su enemigo y alimentando inconscientemente aquello que critican. Pero es, precisamente, en el uso del lenguaje como constructor de subjetividad donde el diseño tiene su herramienta más poderosa y donde aún queda todo por hacer.
Intentos no han faltado. En la década de los noventa, por ejemplo, se llevaron a cabo, en especial dentro del contexto de la Cranbrook School y alrededor de la revista de diseño Emigre, diferentes experimentos aplicando algunos presupuestos de la crítica deconstructiva al diseño gráfico que desembocaron en la hipertrofia de esa parte del diseño que se ocupa del estilo, aunque se hizo sin un conocimiento específico de cómo opera el lenguaje en la producción de subjetividad, y sin un objetivo claro. Parecía, más bien, una reacción generacional que una propuesta de corte social. Como ejemplo, baste recordar que la hipertrofia de la función simbólica ha sido muy eficazmente instrumentalizada por el mercado al potenciar los valores de exclusividad y elitismo que envuelven algunos productos y servicios. La hipertrofia de los experimentos de la Cranbook School, por el contrario, parecían reivindicar algo que afectaba sólo al diseño y los diseñadores.
Entonces ¿Cómo hay que utilizar el lenguaje, el estilo, en suma, la función simbólica, de cara a la construcción de una subjetividad autónoma? Esta ponencia hará un recorrido por las diferentes estrategias que he podido ensayar a lo largo de mi trayectoria poniéndolas en comparación con otras que se hayan podido ensayar a lo largo de la historia de la disciplina.
Aitor Méndez.
Madrid, 21 de marzo de 2011.

12 responses to “La política del lenguaje en el diseño gráfico

  1. Hangman Communication 0001
    7.7.1997
    Crimes of the future: The role of the artist against conceptualism and the idiocy of ideas.
    1. Good taste is fascism. «Either all are special or none.»
    2. It is the artist’s responsibility to smash style.
    3. Artistic talent is the only obstacle.
    4. We must embrace the unacceptable in all spheres.
    5. We use the tough language that only children can bear.
    6. Art is made to impress, but we are not in awe.
    7. Artists don’t laugh in case the mob should discover that they are pathetic.
    8. Western art has been stupefying its audience into taking the position of an admiring doormat. We, at Group Hangman however, intend to wipe our mud-encrusted boots on the face of conceptual balderdash.
    9. Fashion and its role in art. The artist as social terrorist or on the pay-roll of the conservatives and the Saatchi’s ?
    10. Art can achieve nothing.
    11. The negative and bogus posture of being positive. To like something or ‘be positive’ has always been held up as a laudable attribute. We, at Group Hangman however, believe that it takes consciousness and intelligence to dislike something. As if being a fan of some moronical half-wit artist or musician is an achievement. How often in life have we met ‘a fan’ who by their violent devotion to the god-like status of their chosen infatuation is really only puffing up their own shabby ego and trying to allude to some vast expansion of their pathetic brain.
    12. The conceptual artist arrives on the scene and frozen with fear, like some anal retard, is too scared to transmute their ideas into paint and commence a string of unacceptably pathetic canvasses and thereby experience themselves as crap. It is essential for every artist to paint a succession of unacceptably bad paintings.
    SUMMARY OF COMMUNICATION 0001
    People have allowed themselves to be robbed of their child’s right to paint by giving up their power to communicate to the pathetic professionals. We at Group Hangman denounce the violence of the so-called ‘professionals’ and stand firm by the rights and laudability of the intrepid explorer. In short the critic without and within must be smashed and trampled underfoot. Above all else we uphold the individual’s right to remain ignorant.

  2. Hola aitor.
    El texto está de puta madre. ¿Habrá posibilidad de conocer el contenido de la ponencia a través de contraindicaciones? Sería interesante poder acceder a todo el contenido.
    Un abrazo.

  3. El cartel de las jornadas: http://bit.ly/hM12lm
    Me pidieron un cartel que ilustrara las tesis que sostendré en la charla y, por hablar un poco del concepto, os diré que contiene dos ideas sencillas. Por una parte es un cartel que habla de sí mismo (es, por tanto, un cartel meta-narrado) y tiene el aspecto de las circulares que se cuelgan de manera informal en las universidades, un tufillo estudiantil. Dos propiedades acordes con el contexto donde se ubica y su temática.
    El juego de palabras con el título ofrece dos lecturas:
    «Incrédulos en la estética postmodrna» e
    «Incrédulos. Metanarrativa y subtexto en la estética postmodrna»
    Haciendo referencia de forma explícita a la diversidad de lecturas e interpretaciones que ofrece la perspectiva del subtexto y la metanarración. Es decir, se proyecta en el plano de la narración la propia metanarración (lo que, en sí, ya es «meta»)
    En relación con el lenguaje gráfico, fundamental en unas jornadas sobre lenguaje, es coherente con distintas estrategias: desficcionalización (carencia de postproducción y artificios visuales), desespectacularización, claridad, sencillez y atención al sentido.
    ¡De momento!
    Saludos.

  4. Aitor, ¿has colgado el texto de aquella conferencia en algún sitio que no consigo localizar? Personalmente me interesa muchísimo y no pude ir a escucharte.
    Gracias

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