Protestas domesticadas. Por Agustín García Calvo.

Cambio climático – Desarrollo sostenible – Educación para la ciudadanía – Oleoducto por Tierra de Barros
Son unos avisos para las gentes todavía vivas, cada vez más numerosas a pesar de todo, que sienten en sus carnes el destrozo y la paste de tierras y vida que produce este régimen al servicio del movimiento del dinero, pero que luego, por el afán mismo de que su protesta sea realista y de demostrar que están al tanto, se ven obligados a adoptar el lenguaje de los Medios y de la Ciencia que sirve al Régimen , con lo cual han conseguido ya que la propuesta quede asimilada a la corriente informativa dominante y pierda la viveza y furia del dolor y la indignación de que nacía.


Al que no le basta con sentir la miseria de la condena a la gasolina y a la autopista con que nos cargan, ahí mismo, en campos y ciudades, y tiene que acudir, para levantarse contra ella, al estudio de lo que el empleo de combustibles fósiles pueda influir, allá en los polos y el día de mañana, en el calentamiento de la atmósfera, ése se ha alejado de la indignación elemental y común que declara que el automóvil y su reata de consecuencias es un error y la gran plaga del siglo, y que no tienes que acudir a la Alta Información para darte cuenta de eso, porque está ahí ante tus narices y a la puerta de tu casa, y lo que eso pueda hacer con el cambio climático no es más que una floritura de lo que está haciendo ahí cerca y hoy mismo.
Lo mismo, si uno adopta inocentemente el Desarrollo Sostenible, ya con eso está abriendo entrada al enemigo (al gran dinero, enemigo de la gente), y está queriéndose olvidar de lo que eso que le queda de pueblo le dice en el corazón: que el Desarrollo tan sólo al Capital le hace falta para sostenerse y seguir con su obra funesta, y para la gente viva el Desarrollo, sin más apellido, es insoportable y distribuidor de muerte para los pueblos y las vidas.
Quien se entretiene discutiendo sobre un nuevo Plan de Educación de niños y muchachos y la noción de ‚Äòciudadanía’ remplazando a la ‚Äòreligión’, lo que está haciendo es colaborar ( aunque sea sin darse cuenta, hombre) con la labor pedagógica y mortífera del Poder, ya que con ello distrae la atención y la ira de lo que cualquier ganapán o cualquier infeliz rapaz percibe: que en lo que ha de consistir el Nuevo Plan de Educación ( llámese como quiera) es en conseguir que todos los educandos de la Superior a la Primaria tengan un ordenador personal para cada uno.
Y así también vosotros, amigos de la Tierra de Barros, más vale que no tiréis por el camino de defender vuestras tierras, los ricos vinos que estabais estos años haciendo nacer de ellas, vuestros pueblos y vuestras vidas o costumbres, con argumentos ecológicos y sensatos y ni siquiera económicos (que la riqueza de vuestras tierras, vinos, industrias y artes que de ahí salgan es, desde luego, mucho más cierta que la que los consorcios petrolíferos os prometen por dejaros atravesar en línea recta, y que el agua preciosa de vuestros cultivos se dedique a refrescar los calentamientos de una refinería), porque, si lo hacéis así, parecerá que estáis respetando la necesidad superior de ese oleoducto o de que haya oleoductos en el mundo: no: en esto no hay más defensa que el ataque: descubrir y declarar que eso del …(¡ Qué diablos ¡ no lo llaméis oleoducto tan siquiera, no vaya alguien a creerse que eso de ‚Äò óleo ¬¥- tiene algo que ver con el rico y santo aceite de los olivos, sino ‚Äò tubo de petróleo’ o algo peor aún), que eso sólo es una necesidad para el Poder y la Empresa que ponga su fe en eso, pero que a las tierras, las gentes y las vidas no les hace falta para nada.
Negaros a creer en el Futuro que os quieren imponer como irremediable: lo demás, como se dice en el evangelio, se da por añadidura.
Agustín García Calvo
Fuente:Extremadura al día.

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