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Saharawhy.net forma parte del proyecto Otras Cartas Marruecas, propuesta de Rogelio López Cuenca y Elo Vega para el proyecto 1812_2012. Una Mirada Contemporánea

13 responses to “saharawhy.net

  1. UN EJEMPLO DE AUTOPROMOCION LLENO DE MENTIRAS, SEMBRANDO MINAS DE CONFUSION Y ODIO, ESPERO TENGAMOS UNA DISCUSION DIRECTA. SOYS LAMENTABLES NO DIGO MAS PORQUE ESTOY PROFUNDAMENTE RABIOSO CON VUESTRA MIERDA DE PROPAGANDA

  2. Federico,sin ánimo de que inicies conmigo esa discusión que esperas mantener aquí (supongo que con Rogelio López Cuenca y/o Elo Vega) y que tal vez resulte interesante… ¿podrías desarrollar un poco tu postura?
    Visitando el enlace al proyecto, no acabo de localizar en sus contenidos el origen de esa profunda rabia que te produce, si bien reconozco que de momento solo lo he mirado un poco por encima.

  3. Fede, te voy a sembrar minas de confusión y odio, por los cuatro lados de la camaarr. Y te voy a borrar el cerito, verás cómo tu rabia se desvanece como el aire de las minas de fosfato. Yo sí que estoy ahora profundamente rabioso. Infiel, da ahora la cara

  4. «Anónimo en perejil», disculpa el afán moderador de mi intervención pero eso de las cuatro líneas está bien si con ello te refieres a que Federico haría bien en explicarse con claridad cuando vuelva a intervenir, pero soy de la opinión de que si su cuestionamiento requiere una extensión mayor que la que le concedes, no creo que sea problemático en absoluto, antes bien, un análisis detallado (si lo hubiere) solo puede resultar beneficioso para pensar entre tod@s esta propuesta concreta y, tal vez a partir de la misma abordar lo que un comentarista, en otro tema reciente, señalaba como punto crucial del análisis de determinadas prácticas que parecen interesarnos a los que por aquí leemos y escribimos.
    Esta cuestión que creo resulta urgente abordar es, citando textualmente al comentarista que he mencionado, «(…) si desde el arte se puede operar políticamente, más allá del hecho de que cualquier trabajo artístico está atravesado por determinaciones ideológicas, y por tanto es político.»
    Es este un debate que parece flotar en el ambiente sin que hasta ahora hayamos podido entrar en faena, dada la proliferación de comentarios que pretenden (y en ocasiones logran) entorpecer el pensamiento mediante ataques ad hominem y otras tácticas, que si bien poseen un cierto componente de entretenimiento, acaban por resultar más teatrales y estériles que intelectualmente estimulantes.
    Para evitar que esto se convierta en un lapidamiento apriorístico a quien plantea un frontal disenso ante la propuesta de Rogelio y Elo, y como veo que tal vez Federico escriba desde una franja horaria distinta a la nuestra (o que ayer se acostó a las tantas y hoy necesita un rato extra para desperezarse), me gustaría emplazar las referencias directas a este comentarista hasta que haga de nuevo acto de presencia, momento en el que podremos conocer sus dudas de primera mano y argumentar a favor o en contra de las mismas.

  5. Pues recojamos el guante, a ver si es posible pasar del improperio a la argumentación.
    El asunto es que parece que hay una cosa que pertenece al arte y otra que pertenece a la política. En el caso de esta intervención de Rog/Elo, no hace nada más que continuar su trabajo de los últimos tiempos. No vamos a hablar ahora del resto, centrémonos en este. Pienso que recuperar documentos, videos, informaciones, etc., del universo árabe en Marruecos, forman parte de la técnica empleada. Con esto quiero referirme a que cuando uno dice algo desde la perspectiva del arte, está haciendo política. Parece que el arte político debiera ofrecer soluciones o arreglar algo, bajo un compromiso incólume, pero prefiero pensar que no mantiene estas aspiraciones un tanto milenaristas.
    Es simplemente una cuestión más sutil. Se trata de ofrecer información encontrada. Esto es suficientemente útil. A mí no me importa saber si esa información, con una técnica apropiada, va a estar en un proceso mercantil tipo ARCO o en las galerías donde se vende este mismo arte. Es obvio que bueno o malo, todo se vende, pero eso no tiene nada que ver con su valor simbólico.
    Pienso que, además, la estrategia fuertemente literaria de Rog/Elo debería responder a la exigencia de mostrar otras cartas, marruecas. Quizá habría que seguir a Cadalso, alguien que como precursor del romanticismo europeo, trató de mostrar estos problemas en España. Total, murió en Gibraltar. Así lo escribe, con tono irónico en las Cartas Marruecas:
    «¿Sabes lo malo de esto? -díjome volviendo la espalda al otro-. Lo malo es que la gente, desazonada con tanto proyecto frívolo, se preocupa contra las innovaciones útiles, y que éstas, admitidas con repugnancia, no surten los buenos efectos que producirían si hallasen los ánimos sosegados»
    Quiero decir que no se pueden expender certificados de pureza en el arte. Que cada cual haga lo que le venga en gana. Pero si es para denunciar algún estado de cosas de manera apropiada, a mí me parecería correcto el caso de Rog/Elo.
    Si la cuestión es saber si se puede hacer algo desde el arte con fines políticos, para mí es obvio. Si está bien hecho, tendrá su razón de ser. Pero quizá el arte se encuentra también en un nivel más simbólico que económico, social, ámbitos que corresponden aparentemente a lo que creo que consideramos lo «político». No sé si se me entiende.
    Perdonen la largura.

  6. Pues yo creo que este proyecto poco tiene que ver con el arte, y ese poco seria únicamente la «firma» del autor. Como no me parece que a estas alturas podamos defender que el artista convierte en arte todo lo que toca, con saharawhy.net nos quedamos en la nada.
    Es decir, la labor de divulgación, de denuncia, no es de por si una actividad artística. Entiendo el arte como un lenguaje que maneja y combina unos códigos propios, menos claros que los del habla, por ejemplo, que aquí no veo por ningún lado.
    Así que, en este caso, me parece que habría que hablar de información.
    Puestos a analizar la web bajo un criterio de efectividad, en términos de transmisión de información, no me parece demasiado lograda, la verdad. Y me temo que esa perdida de efectividad se debe justo al intento de acercarla a lo artístico, usando los iconos reconocibles de Rogelio, por ejemplo, sin que lleguen a constituir un indice funcional.
    Esto sin entrar a cuestionar la cantidad y calidad de los datos disponibles u otros criterios a tener en cuenta bajo esta óptica.
    No me parece, por tanto, ni una buena obra, ni una buena web.
    Quedo con ganas de que me convenzáis de todo lo contrario.

  7. Bueno, la cosa no está en que algo sea bueno. Tampoco creo que se trate únicamente de una web. El cartel de la imagen ya muestra que no es así. Si hablaba antes del componente informativo, es por una razón sencilla. Quizá ahora podamos saber muchas cosas que antes pasaban desapercibidas. No creo que se pretenda resolver el problema saharaui, pero lo cierto es que Rogelio lleva usando estas armas -si se quiere llamar así- desde hace bastante tiempo. Por la misma razón, es posible que tampoco te guste Malagana u otras obras que ha dispuesto de esa manera narrativa. Pero sus intereses están además en lo que dice, no en la forma de decirlo. En cualquier caso, no tiene porqué gustarle a todo el mundo sus aspecto técnico.

  8. Yo sí creo que un proyecto ha de ser bueno, por lo menos a la hora de cumplir sus propios objetivos discursivos.
    Si decidimos no considerar criterios de calidad, bajo los cuales analizar una propuesta, estaremos aceptando el «todo vale», eso si, mientras lleve la firma del artista.
    Y me parece que el «todo vale» poco favor le está haciendo a este gremio.
    Sé que el proyecto no se limita a la web, pero esta parece ser el resultado destinado al publico en general. No puedo ahondar en otras fases, a las que no he tenido acceso, y creo que esta en particular, a la que sí puede acceder cualquiera, merecía, por las dudas que genera, una crítica más sosegada que el exabrupto con el que Federico abrió el debate.
    Volviendo a la cuestión de la información, reiterar que si el propósito del proyecto es divulgar los datos que se presentan, no me parece que el tratamiento dado al formato sea un acierto, ni tampoco que el ámbito del arte contemporáneo sea el más eficiente, ya se sabe.
    Me da que este tipo de desajustes tienen mucho que ver con esa falta de efectividad que se atribuye a mucho «arte comprometido».

  9. El compromiso empieza por uno mismo. No pasa nada, si no te gusta el trabajo de Rogelio. Pero de lo bueno a lo bonito hay un paso, quizá sea lo mismo. En cierta manera, es igual lo que piense el autor. Pretender que el arte actual tiene que ver con una firma es absurdo. De hecho, si no te gusta, déjalo y ya está. Aquí vamos a buscar menos preciosismo

  10. ¡No te enfades hombre! Lo mío con Rogelio no es nada personal.
    Este proyecto suyo solo me ha servido de ejemplo, a la hora plantear algunas cuestiones que me encantaría debatir a fondo.
    No pasa nada, en otro momento será.

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