[…] al final la propia herramienta discursiva, es decir, cómo compone uno su discurso, tiene que ser una estrategia adecuada a los fines. Es evidente que si yo voy a una cola del paro y voy a intentar hacer proselitismo y convencer a la gente de que hay que ir a una manifestación, por poner un ejemplo, es inadecuado que yo utilice terminología, digamos, académica marxista.
Alberto Garzón